Hasta hace poco, solo se conocían términos como 'burnout' (quemado por cansancio y estrés laboral) o 'workalholic' (por trabajar en exceso). Pero no se había identificado la obsesión espoleada por la ambición y el perfeccionismo de realizar lo mejor posible la tarea, que está provocando ... graves consecuencias psíquicas y físicas entre los trabajadores. José Manuel Vicente (Villarramiel, Palencia, 1956), director de la Cátedra de Medicina Evaluadora Pericial de la UCAM, identificó este trastorno al que llamó sisifemia. Inspirado en el mito griego de Sísifo, condenado por los dioses a subir una roca a lo alto de una piedra y repetir la tarea una y otra vez, el también jefe de la Unidad Médica del equipo de Valoración de Incapacidades del INSS en Guipúzcoa lo acuñó en 2022.
Publicidad
–¿Cómo identificó el trastorno?
–Veníamos viendo cómo determinado tipo de trabajadores llegaba a una situación de agotamiento o una situación de incapacidad temporal o en algunos casos a tener que dejar de trabajar por no poder más. Un trastorno diferente a los otros que había. La sisifemia es el cansancio del trabajador incansable, el padecimiento por agotamiento físico y mental de un trabajador sometido a esa condena de tener cada día que abordar una tarea con mucha sobrecarga, con mucha demanda y que le obliga en ocasiones a prolongar la jornada y, finalmente, entrar en un bucle de tener el trabajo como única referencia y vivir para trabajar. En la sisifemia, como en otras enfermedades, se da una serie de factores de riesgo y luego la aparición de la enfermedad. Los factores de riesgo para que aparezca la sisifemia son primero un trabajo con una sobrecarga mental intensa, y con demandas o con objetivos diarios que son muy difíciles de alcanzar, salvo que uno se dedique de forma extrema y en ocasiones prolongando la jornada, pero también hay factores personales.
–¿Cuál es perfil de la persona que padece sisifemia?
–Son personas perfeccionistas, muy responsables, muy implicados con el trabajo y ambiciosas, pero no en el sentido malo sino profesional. Cuando se combinan estas dos cosas, ese trabajo sisifénico y esta especial forma de ser o de confrontar o de llevar el trabajo, se produce un cóctel explosivo. La diferencia con el 'burnout' u otros tipos de trastorno reside en el cansancio físico y mental de este trabajador incansable.
–¿En qué actividades se da?
–Es muy frecuente en consultorías, auditorías, financieras, despachos y hasta el colectivo médico padece sisifemias; pero también no nos olvidemos del personal de investigación y trabajos de 'freelance', como periodistas. Además, se suele dar mucho en etapas de formación y en jóvenes, con carreras cortas profesionales.
Publicidad
–¿Cómo se siente ese trabajador?
–Quien padece sisifemia se mete en una situación en la que sabe que hoy va a tener que hacer un esfuerzo extraordinario para poder llegar al final del día y aún así a veces no habrá concluido con la demanda, con el objetivo, pero también siente miedo a que mañana le va a pasar lo mismo; es más bien esa situación de angustia que hablar de frustración.
–¿Qué síntomas pueden acarrear este trastorno?
–Mentalmente, llega un momento en que cuando aparece ya desarrollada la enfermedad, uno se encuentra con que tiene menos memoria, menos capacidad de juicio, menos capacidad de atención, y una sensación de cansancio, pero además pueden aparecer procesos psíquicos específicos como estados de ansiedad, depresión, trastornos del sueño, también en ocasiones abuso de tóxicos y otros procesos de carácter físico, porque puede dar lugar a infartos, hipertensión arterial, taquicardias, síncopes y lumbalgia, entre otros. Por esta situación de tensión mantenida, hay casos en los que aparecen diabetes y obesidad. Cuando se combina trabajar tanto y descuidar las actividades de ocio, el deporte, intentamos calmar la ansiedad acudiendo al frigorífico. Incluso puede reagudizar procesos de carácter respiratorio que pueden desencadenar a veces el asma. Existe ese componente psíquico, psicológico. En el último extremo puede llevar a lo que los japoneses denominan el karoshi, la muerte por exceso de trabajo.
Publicidad
–¿Qué aconsejan a los pacientes cuando detecta la sisifemia?
–Como toda enfermedad, lo bueno es atajarla a tiempo. Desde el punto personal cuando uno se va dando cuenta que cada vez dormimos peor, que solo pensamos en ese trabajo que nos ha quedado pendiente o en el trabajo de mañana, que estamos destinando tantas horas al trabajo y muy pocas horas al ocio. Cuando hay un agotamiento psíquico y mental, no queda más remedio que parar de trabajar y acudir al psicólogo, pero también tener en cuenta cuando nuestro entorno familiar dice que estamos más irritables, nos despertamos a media noche, nos resulta difícil conciliar el sueño o mantenemos una situación de ansiedad permanente.
–¿Puede tener alguna responsabilidad la empresa?
–Conoce la carga de trabajo que está por encima de lo normal, por lo que la responsabilidad del empresario es vigilar que el trabajo no perjudique la salud. Debe atender al trabajador y tratar de que la distribución del trabajo sea la correcta, advertir de una situación de deterioro de la salud a través del servicio de prevención y, después, derivarlo al médico.
Publicidad
–¿Y también la política?
–Nos queda un largo recorrido en cuanto a la estrategia de salud en el trabajo para facilitar la conciliación que nos permita trabajar y vivir, porque hay vida después del trabajo.
Infórmate con LA VERDAD: 1 año x 29,95€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.