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Con el espíritu más sereno tras pasar seis meses del final de la pesadilla, el ingeniero de Caminos Diego López Ruiz, retenido en Vietnam por las autoridades del país a raíz de una investigación sobre las deficiencias en una autopista en la que trabajó, pero ... del que pudo huir en una escapada de película a lo largo de 40 días, atravesando también Laos y Tailandia, tal como adelantó el día 1 de mayo LA VERDAD a su llegada a Cehegín, está ya decidido a ajustar cuentas y exigir responsabilidades por el infierno vivido.
Para ello, el primer paso dado ha consistido en enviar un burofax al embajador vietnamita en España, Ngo Tien Dung, el pasado miércoles, donde le reclama «amablemente» que le devuelvan su pasaporte, «que como bien sabe, me fue robado ilegítimamente». Asimismo, le solicita «una disculpa formal por parte de su Gobierno y de las autoridades que han actuado arbitrariamente conmigo», a raíz de retirarle la documentación cuando viajó hasta allí en plenas navidades para testificar en una investigación por las deficiencias en la construcción de una autopista donde trabajó como jefe de proyecto con el grupo OHL.
En su misiva al representante diplomático de esta república asiática, con régimen comunista, le recuerda que el 12 de enero, estando en Hanoi después de testificar, le escribió rogándole consejo y apoyo «ante el abuso al que fui sometido al retenerme injustificadamente en su país desde el 26 de diciembre de 2019 en el que llegué». Sin embargo, pese a la «situación angustiosa como en la que me encontraba, bien sabe que no obtuve respuesta suya alguna».
Por otra parte, el ingeniero ceheginero ha decidido poner su caso en manos de dos abogados murcianos Pablo Ruiz Palacios y Silvana López Merino, para estudiar todas las acciones legales que sean necesarias para defender sus intereses y reclamar así las indemnizaciones correspondientes por los perjuicios económicos y morales ocasionados.
En el burofax, López Ruiz rememora que durante los encuentros que el embajador mantuvo con altos cargos de la Comunidad Autónoma, como ocurrió con el consejero Javier Celdrán, expuso que «yo no tendría nada que temer» respecto a las medidas preventivas que el Gobierno de Vietnam aplicaba», cuando en realidad «se me retuvo ilegítimamente durante varios meses sin acusarme de delito alguno», aparte de «las amenazas de muerte», puntualiza.
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