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A medida que las ciudades empiezan a moverse de nuevo, hay un enorme potencial para que Uber ayude a nuestras comunidades a recuperarse». Esa frase, pronunciada en plena desescalada post-Covid, es la carta de presentación de la cartagenera Anabel Díaz Calderón como nueva directora general de la compañía estadounidense de coches con conductor para 36 países de Europa, Oriente Medio y África.
Nunca antes una ejecutiva española había llegado tan alto en una multinacional de ese sector. Ni tan rápido. Díaz desembarcó en Uber hace un año para dirigir desde Ámsterdam el equipo de Operaciones Centrales en la misma región de la que ahora es superjefa. Dejaba atrás una exitosa carrera de dos décadas en operaciones logísticas y de gestión comercial en General Electric Plastics (GEP) y Sabic.
Ayudar, desarrollar, igualar y empoderar son verbos muy presentes en la trayectoria de esta cartagenera que estudió con notas ejemplares en Carmelitas. «Me parece importante la diversidad, mantenerme en contacto con todas las esferas de la sociedad, la honestidad y el liderazgo empático», resume quien también es patrocinadora ejecutiva del grupo Women at Uber, dedicado al desarrollo personal de las empleadas de la compañía.
Anabel desarrolló todos esos valores trabajando en la factoría de plásticos de última generación de La Aljorra, donde hizo casi toda su carrera. Llegó a ella en 1997, cuando era GEP, tras acabar Ingeniería Informática en la Universidad de Murcia. Se integró en el equipo que diseñó, construyó y puso en marcha la planta de Lexan II. Pronto destacó en el departamento de automatización y al poco tiempo ya lideraba un equipo dedicado al control de los programas de calidad.
Sus antiguos compañeros de La Aljorra la recuerdan como una profesional muy eficiente, «segura y fiable», que sacaba adelante «con mucha solvencia» cualquier operación. «Una auténtica líder, muy respetada por todos», resumen con franqueza. Con la llegada de Sabic, Díaz pasó a la gestión de compras de materia prima, planificación de producción, inventario, logística y exportación, encargándose cada vez de equipos humanos y presupuestos más grandes.
Su trayectoria en La Aljorra acabó en febrero de 2012. Aún no había cumplido cuarenta años y fue promovida para hacer el mismo cometido para toda Europa, Oriente Medio y África desde Bergen op Zoom, en Países Bajos. Allí lideró un equipo de 150 profesionales para transformar la cadena de suministro de las factorías de Sabic con un presupuesto superior a los 100 millones de dólares. Antepuso su carrera profesional a su familia, al buen tiempo de su tierra y al buceo en Cabo de Palos, una de las aficiones de esta mujer reservada y muy ocupada.
Hace un año que dio un salto a otro gigante global, donde sus jefes valoran su «experiencia operacional» y su visión del negocio. Se ha dado hasta septiembre para poner a punto la maquinaria en su nuevo puesto. Quienes la conocen no dudan de que lo logrará.
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Óscar Beltrán de Otálora e Isabel Toledo
Fermín Apezteguia y Josemi Benítez (ilustraciones)
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