José Javier Arizkuren Ruiz, durante el juicio celebrado en 2016 por la colocación de un coche-bomba en el polideportivo de Mendizorroza, en Vitoria. José Huesca / EFE

Hospitalizado en Murcia Kantauri, el etarra que mandó matar a Blanco

El exjefe del aparato militar de la banda, que cumple condena en Campos del Río, sufrió un infarto

Alicia Negre

Murcia

Lunes, 30 de abril 2018, 18:50

José Javier Arizkuren Ruiz, alias 'Kantauri', exjefe del aparato militar de ETA y uno de los mayores asesinos de la historia de la organización terrorista, ingresó en la tarde de ayer en el Hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia tras sufrir un infarto. Desde ... el verano de 2016, el etarra cumple condena en la cárcel de Campos del Río (Murcia II), desde donde fue trasladado ayer, en torno a las tres de la tarde, al centro hospitalario. Según informaron fuentes ligadas al caso, su estado es grave y está previsto que permanezca unos días ingresado en el centro.

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Nacido en Pamplona (Navarra) el 13 de noviembre de 1958 y electricista de profesión, Kantauri inició su actividad terrorista en 1981 en el comando 'Baratza', para en 1984 pasar al comando 'Araba' y finalmente integrar el comando 'Madrid'. Aunque ascienden a una veintena las víctimas de los atentados que protagonizó como miembro de los dos comandos y los que más tarde ordenó como máximo responsable del brazo armado de ETA, son especialmente reseñables los de los dirigentes políticos Gregorio Ordóñez (PP) y Fernando Múgica (PSOE), los del concejal del PP de Sevilla Alberto López Becerril y su esposa, y el del concejal del Partido Popular en Ermua Miguel Ángel Blanco. Este etarra también ordenó y planificó el asesinato del Rey Juan Carlos I en Mallorca en el año 1995.

Kantauri estuvo detrás de los secuestros del funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara y del empresario vasco Cosme Delclaux, con lo que bien puede sostenerse que lideró una de las épocas en las que mayor dolor y conmoción provocó la organización terrorista.

A comienzos del pasado año, se convirtió, además, en el primer preso de ETA que trató de abrir en Estrasburgo el melón judicial de la dispersión de los presos de la banda, argumentando la «vulneración del derecho familiar». Arizkuren Ruiz fue el primer miembro de la banda en denunciar su situación ante el Tribunal de Derechos Humanos.

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