La pesadilla de una mujer y su hijo en el asalto de su chalé: «Como grites, como te resistas, te corto el cuello»

La sangre hallada en el robo de una vivienda de una pedanía de Murcia por unos atracadores permite a la Policía Nacional detener a un supuesto integrante del grupo criminal

Domingo, 23 de febrero 2025, 07:17

Se había desvelado esa noche y la mujer estaba fumando un cigarro en su cocina. Pasaban varios minutos de las cinco de la madrugada y lo que le pasaría a continuación le haría desvelarse varias noches más durante años. Dos encapuchados con pasamontañas, guantes y vestidos con ropa negra invadieron la estancia donde estaba y le plantaron el cañón de una pistola en la sien. Con el hierro frío y plateado incrustado en su cabeza y sin poder reaccionar, uno de los asaltantes le dijo al oído:

Publicidad

—«¡No grites, no grites! ¿Quién más hay en la casa?»—, le preguntó, mientras le tapaba la boca con una mano y le ponía un cuchillo que había encima de una mesa en el cuello.

—Como grites, como te resistas, te corto el cuello, le repitió.

—¿A qué hora va a llegar tu marido?, le seguía preguntando el atracador a la mujer petrificada de terror.

En ese momento, ella solo pensaba en su hijo, que dormía en su habitación. Y hasta ese cuarto se dirigió el otro encapuchado. Cuando el joven abrió los ojos, se encontró a un tipo delante de él apuntándole en la cara con un revolver. Lo levantó de la cama y le exigió que abriera la puerta de la planta superior para que entraran los otros dos atracadores, que esperaban en el exterior.

—¿Dónde está la caja fuerte? Sabemos que hay una con dinero. Nos lo han dicho, le exigió al chico.

Este contenido no puede visualizarse correctamente en este formato. Ver experiencia completa

La pesadilla que vivieron la mujer y su hijo duró 40 eternos minutos, durante los cuales ninguno de los dos sabía muy bien cómo iba a acabar aquello. Los asaltantes inspeccionaron todas las habitaciones, cada rincón. Abrieron los cajones y los armarios de la casa en busca de la cancela y del supuesto botín. Pero la presa que iban buscando no apareció y se tuvieron que conformar con 2.400 euros, teléfonos móviles, algunas joyas y un lujoso Mercedes ML, que estaba aparcado en el garaje. Un vehículo que disfrutaron durante poco tiempo, ya que tres meses después aparecería calcinado en una zona apartada de Fortuna.

Antes de marcharse, uno de los asaltantes pidió a la dueña de la casa que le diera una botella de lejía. Uno de los encapuchados se había cortado en una mano al romper el cristal de la puerta principal del chalet y había dejado un reguero de gotas de sangre por toda la casa. Los atracadores rociaron el suelo, las paredes y los muebles de la casa con un pulverizador con lejía, intentando eliminar la sangre.

Publicidad

«Ese es mi coche»

Mientras conducía pasadas las seis de la madrugada de regreso a casa tras una noche de trabajo, el dueño de la vivienda vio a lo lejos dos vehículos aproximándose a gran velocidad. Y algo le hizo fijarse bien, porque el primero de ellos le resultaba demasiado familiar. Se acababa de cruzar con su Mercedes ML, el mismo que había dejado aparcado en su casa la noche anterior. Se le heló la sangre.

Detrás de él, un segundo coche oscuro le seguía de cerca. Intentó girar la cabeza para captar una matrícula, una cara un detalle, pero ambos vehículos pasaron a toda velocidad. De la incredulidad pasó a la angustia, porque se temió lo peor. Algo no estaba bien, y cuando llegó a su casa, confirmó su peor presagio: el cristal roto, la casa revuelta, el hueco en el garaje que había dejado el Mercedes y su esposa y su hijo en estado de shock.

Publicidad

El rastro biológico

Pero el remedio que buscaron los ladrones para hacer desaparecer la el rastro biológico no funcionó. A la mañana siguiente, los agentes de la Policía Científica de la Policía Nacional de Murcia encontraron suficiente sangre en la vivienda, y fue enviada al laboratorio para analizar el ADN.

Tiempo después de aquel mes de marzo del año pasado en el que la familia sufrió la pesadilla, la cara de los investigadores del atraco al chalet de una pedanía de Murcia, se transmutó cuando vieron los resultados del laboratorio. Sabían que ya tenían a uno de los sospechosos y con él, probablemente cazarían al resto.

Publicidad

Las pruebas genéticas identificaron al propietario de aquella sangre. Se trataba de un viejo conocido de la Policía. En sus antecedentes policiales figuraba detenciones por tráfico de drogas, asociación ilícita, falsificación de documentos, tenencia ilícita de armas, y un historial de atracos que se remontaba al 2016. Y, a pesar del rosario de delitos que tenía a su espalda, en apariencia, había evitado la sombra del chabolo en prisión. Pero en este caso, el ADN lo situó de manera incuestionable en la escena del atraco.

La Policía lo detuvo a principios de este mes de febrero. El joven, de 27 años, había logrado eludir la cárcel en múltiples ocasiones, pero en esta ocasión su sangre lo había delatado.

«No hay pruebas que lo posicionen en la casa ni identificación»

A pesar de la gravedad de los hechos, el Juzgado de Instrucción número 6 de Murcia decretó el pasado seis de febrero la libertad provisional para el sospechoso del robo violento en el chalet de una pedanía de Murcia en marzo del año pasado. Su abogado, Jorge Novella, defiende que su cliente se presentó voluntariamente ante la Policía y que la única prueba en su contra es el análisis de ADN que la Policía Científica halló en la vivienda. «Hicimos valer que se presentó voluntariamente y que no hay otras pruebas más allá del ADN. Aunque es una prueba objetiva, no hay otra nada adicional que lo implique en este asunto», afirma. El letrado también señala que ningún testigo identificó a su cliente en la vivienda, ni existen registros que lo ubiquen en la zona en el momento del asalto. «No hay posicionamiento de su teléfono ni otras pruebas de carácter periférico. Además, no tiene antecedentes por delitos de este tipo concreto», añade. A pesar del peso que tiene la prueba genética, la defensa del acusado insiste en su inocencia y en la falta de pruebas adicionales que lo incriminen directamente.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes por 1€

Publicidad