Cuando a principios de la década de 1920 la Armada Española adquirió una amplia extensión de terreno en Santiago de la Ribera, a orillas del Mar Menor, destinado a la construcción de la que habría de ser su principal base aeronaval, pocos podían aventurar el importante papel que el municipio de San Javier tendría en el desarrollo económico y turístico de la Región de Murcia en las décadas posteriores.
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Si la construcción de la base, concluida en 1932, supuso todo un hito económico y social para las poblaciones aledañas, más lo fue, once años después, la ubicación en sus instalaciones de la entonces recién creada Academia General del Aire.
A partir de entonces, San Javier se convirtió en la cuna de los pilotos militares de nuestro país, así como en un referente internacional por sus magníficas cualidades para la enseñanza de las técnicas de vuelo, contribuyendo decisivamente a ello su privilegiada ubicación y la benigna climatología de la que goza buena parte del año.
Mientras todo ello sucedía, la sociedad murciana, a través sus instituciones políticas, sociales y económicas más representativas, siguió demandando de manera infructuosa durante décadas la construcción de un aeropuerto que diera respuesta a sus necesidades.
Finalmente, en 1963, la Academia General del Aire mostró su plena disposición a recibir en sus pistas tráfico aéreo comercial siempre que no existiera una coincidencia de vuelos militares y civiles.
Así comenzó la historia del primer aeropuerto comercial de la Región de Murcia, aunque para ello la base aérea requirió de la construcción de las instalaciones y servicios necesarios para los pasajeros. Concluidas las obras de adaptación de la base aérea, en mayo de 1967 se abrió oficialmente el aeropuerto de San Javier al tráfico aéreo nacional e internacional de pasajeros.
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Ahora que cede el testigo al nuevo Aeropuerto Internacional del Región de Murcia, una moderna infraestructura que permitirá triplicar en unos años el número de pasajeros que, hasta hoy, recibían a diario las instalaciones sanjaviereñas, sin limitación de horarios y con una pista de mucha mayor longitud que hace posible el aterrizaje de aviones de muy superior capacidad, llega el momento de los reconocimientos y de celebrar lo alto que San Javier ha dejado el listón a su sucesor. De mostrar el agradecimiento de toda la Región de Murcia con un municipio como el de San Javier, y de lo mucho que todos debemos a su aeropuerto por ser nuestra ventana a España y al resto del mundo para aquellos que querían disfrutar de nuestra tierra, y nuestra principal vía de acceso al extranjero.
Gratitud también con todas aquellas personas que han trabajado o ayudado a mejorar su funcionamiento desde que comenzara sus operaciones aéreas hace ya medio siglo.
Cincuenta años en los que ha demostrado con creces que un aeropuerto, además de su utilidad como centro de transporte, cumple una importante función social y de servicio público, en la medida en que contribuya a mejorar la vida de sus usuarios y trabajadores.
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Felizmente, esa experiencia y buen hacer demostrado en San Javier no se van a perder, sino que serán un excelente legado y el mejor ejemplo a seguir para el nuevo Aeropuerto Internacional.
El Gobierno regional tiene el firme compromiso de que la Base Aérea de San Javier continúe desempeñando un papel muy importante no solo en el ámbito militar, sino también como un referente turístico, social y cultural de primer orden. Y cuenta para ello con unidades tan emblemáticas y representativas de la Región de Murcia como la Patrulla Águila.
Con ese propósito, el pasado 3 de junio, el Grupo Parlamentario Popular presentó en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley en la que se solicitaba al Gobierno de España evaluar la posibilidad de ubicar otras unidades aéreas en la Academia General del Aire, aprovechando las nuevas instalaciones que estarán disponibles tras el traslado definitivo de los vuelos civiles desde San Javier al nuevo Aeropuerto Internacional, para aumentar las capacidades aéreas, formativas y operativas de la Academia.
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También se ha pedido al Ministerio de Defensa su cooperación para que las actuales instalaciones del Aeropuerto de San Javier alberguen en un museo la colección de aviones históricos de la Fundación Infante de Orleans, la tercera más importante de Europa, y que exige el traslado de su actual sede en Madrid hasta las orillas del Mar Menor, en donde gozará de las mejores condiciones para llevar a cabo sus exhibiciones de vuelo, que suponen un gran activo turístico y cultural para los municipios de la zona.
Este compromiso con San Javier se refleja también en los Presupuestos regionales de 2019 para impulsar medidas que ayuden a realizar esta transición.
Pero incluso tras la apertura del nuevo Aeropuerto Internacional de la Región de Murcia, las pistas de San Javier seguirán estando disponibles para el tráfico aéreo civil en caso de emergencia; una circunstancia que espero nunca llegue a producirse, pero que, de suceder, demostrará, una vez más, su permanente disposición para cumplir con todo lo que necesite de él la sociedad murciana. De ahí la gratitud infinita de toda una Región, que el aeropuerto de San Javier se ha ganado a pulso en los últimos cincuenta años.
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