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La sede de No Te Prives, en la calle Rocamora de Murcia, ha vuelto a cobrar vida desde que en diciembre tomó posesión una nueva junta directiva, con Germán Echevarría (Alcobendas, Madrid, 1972) al frente. El reto es «dar un giro» a esta histórica asociación, que lleva décadas defendiendo los derechos LGTBI, con más actividades, más presencia en la calle y más feminismo. «Este año el Orgullo volverá a la Gran Vía», promete el nuevo presidente.
Germán Echevarría es veterano en el activismo. Ya antes de mudarse a Murcia, donde reside desde 2016, lo ejerció en el ámbito de la educación. Fue presidente del AMPA del colegio donde estudiaban sus hijos, en Alcobendas, y secretario de la federación de asociaciones de padres y madres (FAPA) Francisco Giner de los Ríos, de la Comunidad de Madrid. Su visibilización como padre bisexual y su defensa de una educación integradora y abierta a la diversidad le convirtió en víctima de una homofobia que hasta entonces no había sentido tan de cerca, confiesa.
«Un grupo de padres y madres del colegio llegó a mandar una carta a Educación en la que decían que era una vergüenza que el presidente del AMPA fuera homosexual. También me denunciaron por una coreografía musical», relata. «No soportan que haya familias con padres y madres LGTB, pero yo he sido muy mal adoctrinador, porque mis dos hijos, que ahora tienen 25 y 19 años, han salido heterosexuales», ironiza.
A Germán, la homofobia feroz contra las familias no tradicionales le resultaba desconocida, porque creció en un entorno abierto y tolerante. Su madre era maestra, y su padre, un ingeniero «ligeramente más estricto», pero que «viajaba mucho».
Su sexualidad la vivió con naturalidad desde el principio. «Con 13 años tuve mi primera novia y, con 16, mi primer novio». Finalmente, formó una familia con quien ahora es su exmujer, una concejala del PP en el Ayuntamiento de Alcobendas. «En casa discutíamos poco de política», bromea.
En Madrid se dedicó a la caracterización y maquillaje tanto en teatro como en televisión. En Antena 3 se encargó del maquillaje y peluquería en series como 'La casa de los líos', con Arturo Fernández, y en programas como 'Sorpresa. sorpresa' y 'Lluvia de estrellas'. En teatro, trabajó en la caracterización de los personajes de 'Chicago' y en óperas y espectáculos de los Teatros del Canal.
En 2016 dio un giro a su vida y se mudó a Murcia. Ahora trabaja en una peluquería del barrio de El Carmen y en varias agencias de modelos. Cuando llegó a la Región se hizo socio de No Te Prives y, aunque el avance en igualdad ha sido generalizado en toda España, se encontró con un entorno distinto al de una ciudad como Madrid. «El activismo aquí, en Murcia, es más sedentario; se mueve poco, sale poco a la calle. A veces, está un poco escondido», explica. En las primeras convocatorias del Orgullo LGTBI en la Gran Vía, los manifestantes marchaban ante unas aceras vacías. Podía más el miedo a ser vistos.
Todavía queda mucho por hacer, pero Germán también se ha encontrado con referentes, con un colectivo vivo que lleva años reivindicando. Toma el relevo del anterior presidente, Jesús Costa, e incorpora a la nueva junta a Luisa Guinea, dueña de aquel 'Maricoco' por el que Germán solía pasarse cada vez que visitaba Murcia cuando aún vivía en Madrid, y que ahora regenta el café 'Mariantonietta'. «Tenemos a Luisa, pero necesitamos una mayor presencia de las mujeres. Hay que dar un giro feminista», reconoce. El colectivo estará en la manifestación del próximo Día de la Mujer, anuncia.
Quienes acompañan a Germán en esta nueva aventura en No Te Prives le describen como alguien «comprometido» y «divertido», que tiene la alegría «como seña de identidad» y que ha asumido el liderazgo de la asociación con «un gran sentido de la responsabilidad».
Desde su puesto, toca defender la Ley de Igualdad LGTBI, que aprobó la Asamblea Regional por unanimidad cuando el respeto a la diversidad generaba un consenso hoy resquebrajado por el populismo y el aumento de discursos de odio. «La ley está parada, y el Observatorio LGTBI es un ente fantasma», lamenta. También es urgente –subraya– afrontar «la homofobia y el 'bullying' en la escuela», la mejora en la atención a las personas trans y un enfoque de la salud mental que tenga en cuenta a la comunidad LGTB.
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Álvaro Soto | Madrid
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