![Tapiz de cristal. Agujero por el que se puede ver el interior de la geoda más grande del mundo (8x2x2m) con sus monumentales y transparentes cristales de yeso. En vídeo, visita a la geoda de Pulpí.](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202302/26/media/cortadas/1461777322-kbb-U190747165745YiD-984x608@La%20Verdad.jpg)
![Tapiz de cristal. Agujero por el que se puede ver el interior de la geoda más grande del mundo (8x2x2m) con sus monumentales y transparentes cristales de yeso. En vídeo, visita a la geoda de Pulpí.](https://s1.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/202302/26/media/cortadas/1461777322-kbb-U190747165745YiD-984x608@La%20Verdad.jpg)
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El próximo 4 de marzo, la Mina Rica, ubicada en la Sierra del Aguilón, en el Pilar de Jaravia (Pulpí), abrirá su flamante centro de visitantes, unas acogedoras instalaciones que recibirán a las más de 200 personas que acuden a diario a ver la Geoda Gigante de Pulpí. «Ya no hay temporada baja», apunta Milagros Carretero, geóloga y coordinadora de visitas, que explica que este año, desde que acabó el verano hasta la fecha, solo la semana posterior al puente de la Constitución, «por los preparativos de la Navidad», han notado una caída de público.
Y no es de extrañar, ya que en el interior de Mina Rica -con 5 kilómetros de galerías en cuatro niveles-, cuya explotación en la era actual se remonta a finales del siglo XIX y se prolongó hasta la década de los 70 del siglo pasado, se encuentra la geoda más grande del mundo, con 8 metros de longitud y casi 2 metros de altura y 2 de anchura tapizados por cristales que dejan pequeñas a las personas.
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Descubierta en 1999 por unos minerólogos de la familia Cuesta en busca de formaciones de celestina, no fue hasta 2019 cuando el Ayuntamiento de Pulpí pudo abrirla al público tras una inversión de 8 millones que la hizo segura y visitable.
En constante monitorización (se miden permanentemente temperatura, humedad relativa y CO2 para garantizar la correcta conservación de la geoda y las condiciones salubres para las personas), los geólogos José María Calaforra, de la Universidad de Almería, y Francis Fernández Amo, autor del proyecto para hacer la geoda visitable, han decidido divulgar entre la población parte de los tesoros ocultos que guarda Mina Rica: los minerales luminiscentes. Aragonita, calcita, estronciocalcita y epsomita con impurezas que, bajo la luz ultravioleta, los dotan de la propiedad de iluminarse con colores fluorescentes verdes, naranjas, magentas, amarillos y morados en la Galería del Cuartel. «Ahora estamos analizando otros dos minerales luminiscentes más que no sabemos cuáles son», avanza entusiasmado Francis Fernández.
165.000 años hace que comenzó a formarse el yeso selenítico de la geoda; dejó de crecer hace 60.000.
42 metros de altura tienen las bóvedas de la Catedral de Mina Rica, que tiene 5 km de galerías.
Aún no hace un año que el Ayuntamiento de Pulpí quiso sacar partido a esta rara cualidad de los minerales: «Solo el 15% son luminiscentes gracias a las impurezas que absorben durante el proceso de formación, hay unos 200 identificados en todo el mundo; la mayoría de esta minoría son fluorescentes (cambian de color y se iluminan cuando los alumbras con luz ultravioleta de onda corta y larga) y unos pocos fosforescentes (el proceso de excitación de electrones que provoca la luz ultravioleta en el mineral es más lento y permite apreciar su luminiscencia hasta unos segundos después de que se apague la luz ultravioleta)», explica Fernández Amo.
Para que este conocimiento llegara al público amplificado, una de las salas del Espacio Escénico de Pulpí se convirtió en diciembre de 2021 en la Sala Negra de Luminiscencia. Trece vitrinas en las que los minerales refulgen en la oscuridad con llamativos colores, despertando la admiración, en forma de coral '¡oooohhh!', de todos los presentes.
Trece vitrinas en las que se exponen un millar de piedras recolectadas por los dos geólogos de un extremo al otro del planeta, fósiles y hasta animales que brillan en la oscuridad.
Ahora, 14 meses después, Calaforra, Fernández Amo y Lucía Martegani acaban de publicar la 'Guía de minerales del Museo de Luminiscencia' -se presentó el 8 de febrero-, una experiencia visual (e impactante) con la que divulgar algunas de las propiedades más curiosas de los minerales, que comparten con algunos organismos vivos, como los escorpiones negros, y también con fósiles, y que se pueden visitar en el centro de la localidad almeriense para complementar la visita a la Geoda Gigante de Pulpí.
Geoda de Pulpí. Mina Rica (c/ Sierra de los Filabres, Pilar de Jaravia, Pulpí). De martes a domingo, de 8.30 a 13.30 y de 15 a 20 h. Precio: De 22€ a 10€.
Sala Negra de Luminiscencia. Espacio Escénico (Pulpí). De martes a domingo, de 11 a 14 y de 17 a 20 h. De 2 a 5 €.
Castillo S. Juan de los Terreros. Visita virtual de la Geoda Gigante. Todos los días, de 10 a 14 y de 17.30 a 21.30 h. Precio: de 0 a 2 €.
Ya en plena Sierra del Aguilón, por un camino descendente, se llega entre castilletes, hornos de calcinación y antiguos edificios mineros hasta las dependencias en las que, tras pertrecharse de casco, se accede al interior de Mina Rica, quince metros por debajo de los hornos de calcinación, construidos en 1903 por Alejandro Marín para extraer el hierro dulce, separándolo de parte de la escoria.
Durante el recorrido, hacia el corazón de cristal de Mina Rica que es la Geoda Gigante, el culmen de la visita, se descienden otros 45 metros, pero, antes, el itinerario pasa por el sector 'Quien tal pensara' para mostrar las marcas en la pared de las vagonetas que los mineros cargaban, el polvorín, una acción de este sector de la mina, unas alpargatas de los mineros, la 'salbanda' (una geoda de celestina que marcaba a los ingenieros de minas y a los mineros el recorrido que las galerías debían seguir para la extracción de siderita y ankerita), las huellas de los barrenos con cuyas voladuras controladas iban despegando el mineral de la tierra y creando las enormes galerías, las llaves (contrafuertes de roca para mantener la estabilidad de las galerías) y la enorme Catedral de Mina Rica, una sala mastodóntica y de bóvedas gigantescas, de hasta 42 metros de altura, por las que «en los próximos meses», anuncia el concejal de Geoda, Juan Bautista López, descenderán los participantes en la Ruta Experiencia: una visita espeleológica que recorrerá zonas ahora cerradas al visitante y solo con la luz de sus frontales.
Antes de llegar a la geoda, a la que desde la pandemia se accede con mascarilla -«al tenerla monitorizada, hemos descubierto que la humedad de la respiración perjudica a los cristales, por eso la hemos mantenido», aclara Carretero-, en la Galería del Cuartel podrán observar 'in situ' los minerales luminiscentes e ir abriendo boca para la visita a la Sala Negra, en el centro del pueblo. Y, la parada en la Geoda Partida, con cristales de tonalidades más grises, seguramente por la presencia de magnesio, adelanta el tamaño de las transparentes y enormes formaciones de la Geoda Gigante.
Por unas escaleras interminables -164 escalones y 15 m- en cuyo descenso se agita el pulso, se llega al último nivel: el punto álgido del recorrido. Por una pequeña abertura en la que deberán introducir más de medio cuerpo, se abrirá ante ustedes el majestuoso tapiz cristalino.
Antes de marcharse y para no quedarse con las ganas de apreciar en su justa medida el tamaño de los cristales de la geoda pulpileña, es recomendable ir al Castillo de San Juan de los Terreros y realizar la visita virtual a la geoda, para penetrar en el corazón cristalino de Mina Rica.
Convencidos del valor universal y excepcional de la geoda, «a la luz de las investigaciones realizadas», el Ayuntamiento de Pulpí ha encargado a expertos en patrimonio mundial un informe que justifique su declaración como Patrimonio Natural Mundial de la Unesco antes de elevar la solicitud. El informe se entregará «a finales de febrero» y demuestra sus «posibilidades, apoyado en tres pilares: la geoda, su relación con la minería del s. XIX (patrimonio industrial) y el medio natural, un paisaje cultural con endemismos y que muestra la evolución climática, y con sus planes de gestión desarrollados».
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