Una empleada de la estación de servicios de Repsol de la ICA (Murcia) introduce en un horno una bandeja con barras de pan. Javier Carrión/ AGM

Las gasolineras reorientan su modelo de negocio hacia la cesta de la compra

Medio centenar de estaciones de servicio en la Región ya ofrecen un espacio donde poder llenar la despensa

Viernes, 10 de noviembre 2023, 01:22

Las estaciones de servicio se encuentran inmersas en un proceso de transformación para adaptarse a los nuevos tiempos y así mantener su de crecimiento. Antes se trataban de espacios con surtidores que disponían de mostradores austeros donde se podían adquirir algunos productos. Ahora, ofrecen ... todo lo necesario. Ya no se para solo para repostar combustible, sino también para llenar la despensa. La irrupción de adversarios en la comercialización de carburantes como las cadenas de bajo coste y la perspectiva de una disminución de los combustibles fósiles –sobre todo, por el aumento del uso de vehículos eléctricos– han impelido a las petroleras a reorientar su modelo de negocio en el último lustro.

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Repsol ya anunció que es el mayor vendedor de pan de España, con 14 millones de barras y bollería al año, a los que hay que sumar los siete millones de cafés. «Incluso las grandes panaderías ya nos ven como un cliente rival», afirma Miguel Espinós, responsable de comunicación de la compañía petrolera. «Las estaciones de servicio son como un supermercado, no solo por las ventajas de un horario amplio al abrir incluso todos los fines de semana sino por la calidad de lo que vendemos», prosigue el portavoz de Repsol, que subraya que «la amplia red hace llegar a sitios donde otros no pueden».

La multinacional energética alcanzó en 2017 un acuerdo con El Corte Inglés para abrir tiendas bajo la marca Supercor Stop & Go. En la Región, hay 16 establecimientos en la actualidad, de las 130 estaciones que tiene la empresa. Sin duda, las alianzas con grandes nombres del sector de la distribución están siendo clave. Repsol cuenta con 14 tiendas con servicio de Nespresso y dos con Starbucks; y también con 25 casilleros de Amazon. Y no para ahí. Hace unos días, reveló que se asoció con la cadena de restaurantes Lizarrán para abrir 50 puntos en sus gasolineras en España, dos de ellas en la Región: Librilla y Lorca.

La descarbonización lleva a las principales cadenas a prestar también servicios de paquetería y comercio electrónico

En la nueva estrategia de su máximo competidor, Cepsa, «la descarbonización del transporte por carretera y la movilidad del cliente final tendrán un papel fundamental, lo que hace que ofrezcamos una amplia variedad de servicios de ultraconveniencia y restauración que incluyen alimentos frescos, parafarmacia, comercio electrónico, puntos de recogida de paquetería y servicio de lavado sostenible de vehículos», explica el departamento de Comunicación de la empresa española, que asegura que algunos establecimientos ganan hoy más dinero con determinados productos que con los carburantes. Una tendencia incipiente. El sector prevé que irá 'in crescendo' en los próximos años. Cepsa, que mantiene una alianza estratégica con Carrefour desde hace diez años, estima que sus ventas en tienda superarán el 50% de los beneficios en 2030.

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Café y bollería

La compañía ha creado R'spiro, una oferta comercial 'premium' de café, pan y bollería dulce y salada, para atender a los conductores que estén unos 15 minutos mientras recargan la batería de su coche. «Estamos entrando en una década en la que la carga eléctrica primará en los vehículos ligeros», señalan desde Cepsa.

En la Región, más de 50 estaciones de servicio cuentan ya con un espacio donde poder realizar la compra diaria, según el sector. En la misma senda están otras gasolineras, aunque a menor ritmo, como BP y Petrogo en la Región. Ambas petroleras sellaron un acuerdo con Charter, la franquicia de Consum, que ya está en 14 estaciones de servicio, según datos de la cooperativa española. «Se trata de un negocio con una evolución magnífica que, gracias a las sinergias de ambos negocios (supermercado y gasolinera) aporta un valor añadido al cliente final», explicara Consum. «La idea es poder hacer una compra completa», insiste.

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  1. Más cómodo para el consumidor, pero también más caro

«Aunque la tendencia en la actualidad es unir compromisos comerciales entre empresas que gestionan el negocio de gasolineras con aquellas que tienen como actividad principal la venta de productos, sobre todo de alimentación, la compra por parte del consumidor de artículos que nada tienen que ver con el combustible o sus derivados naturales, sale muy caro y desproporcionado, en ocasiones por encima del 400%», advierte el presidente de la Asociación de Consumidores y Usuarios en Red (Consumur), Roberto Barceló.

Reconoce que resulta más cómodo adquirir cualquier producto en una estación de servicio mientras se reposta el vehículo, pero avisa de que «debemos ser conscientes de lo que ello implica para nuestra economía». «Hacerlo de forma ocasional es una opción razonable, pero no cabe la menor duda de que de forma continua supondría un grave error», remarca Barceló, que admite que los pequeños comercios tienen complicado competir con los grandes negocios de la energía.

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  1. «Tenemos clientes fijos que compran el pan todos los días»

«Cada vez son más los que aprovechan el repostaje de su coche para comprar todo tipo de alimentos como una rutina», explica una empleada de la gasolinera de la compañía Repsol de la ICA, en Murcia. «El pan es nuestro producto estrella; incluso tenemos clientes fijos que compran todos los días», confiesa esta trabajadora, quien asegura que hay gente que prefiere adquirirlo antes en la estación de servicio que en los varios supermercados de alrededor. Las ventas aumentan cuando las grandes distribuidoras están cerradas, más concretamente, los fines de semana, remarca, pero el flujo de consumidores que se llevan todo tipo de productos se ha incrementado. «La gente suele comprar agua, refrescos y chuches, pero también periódicos y revistas, aunque cada vez más compran otros artículos como arroz o botes de tomate», precisa la empleada.

«Ahorro tiempo»

En muchos lugares, donde hay menos población y está más lejos un hipermercado, las gasolineras se han convertido en un bazar donde se encuentra de todo, desde pañales hasta comida para mascotas. «Me acerco a menudo porque me resulta mucho más rápido que ir a un supermercado de la zona», cuenta Mariano, un comprador asiduo en la estación de servicio de la ICA antes de subirse a su vehículo. Reconoce que el precio es más alto que en una gran tienda de alimentación, pero no lo suficiente para dejar de ir: «Me compensa el coste con el tiempo que me ahorro; además, sé que tiene de casi todo lo que necesito», recalca.

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