Francisco Villar Cabeza: «La adicción a las pantallas en un niño no es una adicción, es maltrato»

–El Consejo de Ministros validó un informe con expertos que recomienda acabar con el uso de móviles conectados en adolescentes de entre 6 y 16 años y la restricción total de los dispositivos digitales hasta los 6. ¿Qué opina?

–Son recomendaciones muy razonables en base a la evidencia que tenemos. Creo que vamos en la buena dirección. Dejar a los niños frente a una pantalla es un atentado contra su desarrollo. Vemos deterioros oftalmológicos irreversibles, problemas en la adquisición de habilidades, problemas en el desarrollo psicomotriz y en la adquisición del lenguaje. Los niños se van enfrentando al mundo desde diferentes entradas sensoriales: la vista, el oído, el tacto, y todo confluye en una única experiencia. En el momento en que yo interrumpo todo eso y lo circunscribo o lo reduzco a una estimulación en dos dimensiones, hago al niño perder esas oportunidades naturales de enriquecimiento. Aparte del impacto en la gestión de las emociones.

–¿Más impaciencia?

–Tener a un niño delante de una pantalla también frena su gestión emocional y su tolerancia a la frustración. Los niños tienen que tener pataletas. Eso es lo normal. Es sano. Tienen que encontrar que quieren algo de forma inmediata y no lo pueden tener, tener descanso de los estímulos y poder aburrirse. Cuando el cerebro necesita más actividad, genera un pequeño malestar y hace que el niño se inquiete y ponga en marcha su imaginación. Si impedimos eso dándole una pantalla, le quitamos herramientas para tolerar la frustración y la oportunidad de aprender a ser proactivo.

–Habla de los pequeños. ¿En qué se traduce en la adolescencia?

–Vemos adolescentes con menos habilidades para enfrentarse la vida, a los elementos básicos, menos empáticos, que han visto reducidas sus posibilidades de nutrirse de la interacción cara a cara con los otros, lo que les lleva a un distanciamiento que se agrava con la exposición a contenidos cada vez más violentos. No olvidemos que ya nos están hablando investigadores como Lluís Ballester de que a los ocho años el porno ya ha llegado a más del 20% de nuestros niños. Y por otro lado, tenemos unas redes sociales que han sido diseñadas para ser adictivas. Las tecnológicas están ganando 11.000 millones de dólares con publicidad dirigida a menores de 17 años. Nuestros niños no pueden defenderse de esto solos. A mí no me gusta pensar en esto como una adicción. Las adicciones en la infancia no son adicciones, son maltratos de los adultos.

–En el ámbito educativo se están dando ya algunos pasos. En la Región de Murcia se prohibieron los móviles en las aulas y este año se ha vetado el uso de libros digitales en Matemáticas, lectura y escritura hasta 5º de Primaria, pero ¿qué hay de las familias?

–Yo felicito a Murcia por todos estos avances, que van en buena línea, pero sí, piense en las familias. Muchas todavía creen que cuando le dan a su hijo un dispositivo digital, le ofrecen un recurso. Algo que es bueno para ellos, porque se les ha repetido por activa y por pasiva ese mensaje. Necesitamos un pensamiento crítico de la era digital, y poner en duda todo lo que se ha dado por bueno.