LA VERDAD
Martes, 6 de agosto 2024, 12:37
Se va poner freno a la proliferación de especies exóticas invasoras en los parques regionales de El Valle y Carrascoy y de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila, por parte de la Consejería de Medio Ambiente, Universidades, Investigación y Mar Menor.
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La cercanía a entornos urbanos y zonas ajardinadas ha provocado que en su interior se desarrollen y arraiguen diversos ejemplares de flora ajena a su naturaleza. Ante este hecho, la Consejería destina 92.133 euros a dos programas para su control, identificación y erradicación. Asimismo, la actuación, que ya está adjudicada pero no ha comenzado por el alto riesgo de incendios, tiene un plazo de ejecución de dos meses y está cofinanciada en un 60% por el Programa FEDER Región de Murcia 2021-2027 y un 40% con fondos propios.
Para este fin, al Parque Regional de El Valle y Carrascoy se destinan 47.895 euros y al Parque Regional de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila 44.237 euros, para actuar sobre un total de más de 20.000 hectáreas. En un primer momento, los técnicos comprobarán el estado actual y la presencia de especies exóticas invasoras en distintos puntos de los parques, a continuación, se producirá un control poblacional de las mismas, identificando y localizando las existencias y previendo su posible propagación.
Finalmente, se procederá a eliminar los ejemplares identificados y retirar los restos de los mismos hasta un vertedero autorizado. En algunos puntos sensibles y de difícil acceso, el proyecto prevé que la retirada sea llevada a cabo manualmente. «La actuación también contempla la plantación de especies autóctonas que contribuyan a la conservación de la biodiversidad de estos espacios», especificó el consejero Juan María Vázquez.
Las exóticas invasoras son plantas no nativas procedentes de otras áreas que fueron introducidas, intencionalmente o no, y que luego se propagaron en el medio natural. Actualmente, son una competencia para la flora autóctona y pueden desplazarla. Estas especies contribuyen a la disminución de la biodiversidad de la zona donde habitan por su enorme capacidad de adaptación y de propagación, y se suelen encontrar en lugares habitados o con gran presión poblacional, como ocurre en ciertas zonas de los parques regionales de Carrascoy y El Valle y de Calblanque, Monte de las Cenizas y Peña del Águila.
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