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Fernando Vega de Seoane, ayer en el Auditorio Regional, en el Foro Avanza Empresa Familiar. JAVIER CARRIÓN / AGM
Fernando Vega de Seoane, tras el accidente que le dejó parapléjico: «Ya no tengo miedo a lo desconocido»

Fernando Vega de Seoane, tras el accidente que le dejó parapléjico: «Ya no tengo miedo a lo desconocido»

El empresario ahora recorre España ofreciendo charlas de motivación

Sábado, 16 de septiembre 2023, 07:38

Cuando aún estaba postrado en el hospital por un gravísimo accidente de esquí que en enero de 2022 le dejó parapléjico, a Fernando Vega de Seoane le advirtieron de que tendría que mentalizarse: su movilidad a partir de ese momento sería «reducida». Hoy, un año y nueve meses después, el coche de este empresario madrileño suma 72.000 kilómetros más que antes de caer brutalmente sobre la nieve de Baqueira Beret. No solo ha completado innumerables veces la distancia que separa Madrid de Calabardina, en Águilas, donde disfruta de la playa con su mujer siempre que puede, sino que ha recorrido toda España dando charlas sobre motivación.

Ayer, Seoane contó su experiencia a los empresarios murcianos en el Foro Avanza Empresa Familiar. «Vivimos en una incertidumbre permanente. Vemos las noticias y pensamos: mi empresa se cae. Pero todo es parte de la vida; lo que ocurra es porque nos tiene que pasar, y seguro traerá muchas cosas buenas», reflexionaba en un descanso, en conversación con LA VERDAD.

Seoane confiesa que su experiencia le ha liberado de los miedos que tantas veces nos atenazan: «Si me llegan a decir el día anterior al accidente que me iba a quedar en silla de ruedas, probablemente habría pensado que iba a ser incapaz de asumirlo. Pero cuando te pasa, lo asumes. De verdad, se me ha quitado el miedo a lo desconocido». Una sensación liberadora que se une a un optimismo antropológico.

«Si generas un entorno de buen rollo, se retroalimenta y se contagia»

Como buen emprendedor, siempre se ha caracterizado «por reconocer los problemas, atacarlos y resolverlos, o incorporarlos, pero no dejarlos rondando de forma indefinida». Así que cuando aún estaba tumbado sobre la nieve, consciente de que el accidente tendría graves secuelas, se decidió a coger el toro por los cuernos, cuenta. «Fue como un clic. En un momento determinado sabes que te va a cambiar la vida para siempre, y tienes dos opciones: o poner buena cara, asumirlo y confiar en que lo que va a venir va a ser igual de bueno o mejor que lo que tenías, o lamentarte y sentirte una víctima de una injusticia, algo que te va a impedir que progreses. Yo, muy rápidamente, decidí poner la mejor cara ante esta situación», explica.

Vuelta a su empresa

Vega de Seoane pasó primero por el hospital en Barcelona, donde fue intervenido, y después comenzó la rehabilitación en el Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo. Ese tiempo alejado de la empresa de limpieza que regenta le dejó algunas lecciones. «Me llevé una muy grata sorpresa después del accidente, porque uno, cuando es empresario, se siente muy relevante e imprescindible. De repente, viene algo que te saca del mundo laboral y cuando vuelves descubres que no eres tan imprescindible, que habías hecho un buen trabajo previo de liderazgo, y que la gente florece», reflexiona. «En ese sentido, mi lesión ha permitido que la gente en mi entorno crezca, mis directores se empoderen, asuman la responsabilidad y sean una versión un poquito mejor, avanzada, de lo que eran antes por mi influencia física y personal en el día a día».

Ahora, no solo está de vuelta en su empresa, sino también en el golf, una de sus grandes pasiones. Su objetivo es convertirse «en el mejor paragolfista del mundo». Ya ha ganado, en este tiempo, un torneo en Francia, y ha quedado cuarto en otro campeonato en Holanda. «El golf es un manejo de emociones; realmente, el ejercicio importante que hay que hacer es mental», explica.

Concentrarse en el campo de golf, en un entorno natural «agradable y tranquilo», le resulta «terapéutico». El golf es un apoyo, aunque su principal baluarte es su familia: su mujer y sus cinco hijos. Con ellos, y con todo su entorno, trata de ejercer su optimismo, cuenta: «Si uno, en su silla de ruedas, lo que hace es proyectar tristeza, desesperación, la gente viene a ti por pena. Me parece que mi responsabilidad como padre de familia es utilizar este episodio para que mis hijos tengan un ejemplo más de lo que es la vida. La vida es algo maravilloso, pero de vez en cuando te pone en tu sitio y te sienta».

Esa actitud positiva «lo que hace es generar un entorno de buen rollo que se retroalimenta y se contagia», subraya.

En las redes

El empresario ha puesto en práctica esta filosofía en las redes sociales. Mientras estaba todavía ingresado en el hospital comenzó a publicar diariamente un vídeo de un minuto en su cuenta de Instagram. El objetivo era comunicarse con todo su entorno en un momento en que aún había restricciones en la entrada a los hospitales, recuerda. Pero Seoane fue sumando seguidores y se fue generando un «'feedback' muy positivo». Hoy tiene más de 36.000 seguidores.

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