El falso médico de la UMU que ya ha engañado a tres servicios de salud

Según informó el diario HOY, Eduardo Gutiérrez pasó consulta en Navaconcejo y Alagón del Río (Cáceres) durante la semana pasada, hasta que la documentación que había entregado previamente al SES despertó sospechas, por lo que fue apartado. El Colegio de Médicos de Cáceres advirtió de que había presentado un certificado de colegiación en Ciudad Real presuntamente falso. Tampoco era auténtico su título en Medicina por la Universidad de Murcia (UMU). Tras desvelarse el presunto fraude, el Servicio Extremeño de Salud denunció a Gutiérrez ante la Guardia Civil. HOY apunta a que el falso galeno también estuvo trabajando para el SES durante la última quincena de abril, aunque el Gobierno extremeño no ofrece información al respecto.

El Colegio de Médicos de Cáceres ya ha anunciado que se personará en la nueva causa abierta contra el falso facultativo «en defensa del sistema sanitario y contra el intrusismo profesional». Además, la institución advierte de que pedirá «responsabilidades por los tratamientos erróneos que pueda haber puesto». En declaraciones a HOY, el presidente del Colegio, Carlos Arjona, denunció que estas situaciones se producen porque «a pesar de ser obligatorio por ley, no se pide a los Colegios Oficiales de Médicos la certificación de que todos los documentos presentados son reales».

La rocambolesca historia de Eduardo Gutiérrez evidencia la falta de controles en al menos tres sistemas de salud distintos (Extremadura, Región de Murcia y Andalucía). A todas estas administraciones les convenció con éxito de que era médico, aunque en realidad es maestro. Todo comenzó el 29 de noviembre de 2007, cuando se presentó en el Colegio de Médicos de Cartagena con una burda falsificación de un título de licenciado en Medicina por la UMU. Según explicó en su día esta institución, la solicitud de colegiación no llegó a aceptarse porque saltaron las alarmas ante lo que, a todas luces, no parecía un documento auténtico. El Colegio llevó al falso graduado en Medicina ante la Justicia, que lo condenó a seis meses de trabajos en favor de la comunidad.

Gutiérrez no consiguió engañar al Colegio, pero sí al Servicio Murciano de Salud, que ese mismo año (2007) lo contrató por primera vez para cubrir un hueco en el centro de salud de Bullas. Este hecho evidencia un fallo de comunicación entre el SMS y el Colegio. En 2009 volvió a trabajar en el mismo lugar, y en 2013 estuvo cubriendo varias sustituciones en el Noroeste. Por aquella época comenzó también a concatenar contratos temporales en consultorios rurales de la provincia de Huelva.

Gutiérrez trató de compaginar la bata blanca con su trabajo como maestro en el IES Pedro Aguilera de Moratalla. En 2008 se le abrió expediente por sus reiteradas ausencias no justificadas, y en 2009 la Consejería de Educación descubrió que estaba trabajando como médico al tiempo que cubría la interinidad en el instituto, algo completamente irregular.

Educación le suspendió entonces de sueldo, pero Gutiérrez seguía disfrutando de contratos breves en el SMS. En 2014 pasó por Alhama de Murcia, Guadalupe y Aljucer, donde permaneció durante diez días. En este último centro, los profesionales dieron la voz de alarma al observar el extraño comportamiento de aquel hombre que se presentaba como médico pero que no parecía reunir los conocimientos necesarios. «Era un desastre con los tratamientos: ponía medicación que ya no se utiliza, cambiaba las pautas a los pacientes crónicos y prescribía fármacos que no estaban indicados. Cuando peor lo pasaba es cuando llegaba un 'electro'; se encerraba en la consulta y se ponía a consultar apuntes», explicaba un sanitario días después de conocerse el fraude.

Tras las advertencias de los profesionales, el Servicio Murciano de Salud (SMS) revisó la documentación y constató que podía haber un fraude. Fue entonces cuando se le rescindió el contrato de sustitución en Aljucer. Pero Gutiérrez no cejó en su empeño, y paralelamente seguía ejerciendo en municipios de Huelva. Fue denunciado y en 2016 tuvo que afrontar una condena de un año y medio de prisión.

Ahora, y con más de 60 años, Eduardo Gutiérrez ha vuelto a intentarlo y, durante varios días, ha conseguido ponerse de nuevo la bata blanca. El falso médico continúa siendo un misterio. No deja rastros, ni telefónicos ni en redes sociales. En todo este tiempo, LA VERDAD ha tratado de conocer su versión de los hechos, sin éxito.