Nuevo lío en la Asamblea Regional de Murcia en el tramo final de esta convulsa legislatura. La diputada del Grupo Mixto Mabel Campuzano, hasta hace un mes consejera de Educación en el Gobierno de Fernando López Miras, dejará de apoyar por sistema las propuestas que el Partido Popular y el autodenominado Grupo Liberal (expulsados de Ciudadanos) registren en la Junta de Portavoces, el órgano que ordena cada semana la actividad parlamentaria. «Voy a ser libre de votar lo que quiera a partir de ahora», confirmó este martes a LA VERDAD.
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La exconsejera ya trasladó este martes a la portavoz del Grupo Mixto, Ana Martínez Vidal, su apoyo a algunas propuestas que PSOE y Ciudadanos llevaban a la Junta de Portavoces, con el fin de incluirlas en el Pleno de la próxima semana. Sin embargo, los servicios jurídicos indicaron que lo que debe hacer Campuzano es presentar un escrito dirigido a la Presidencia de la Cámara para derogar un documento anterior, fechado a finales de octubre, en el que la diputada indicó su voluntad de que su voto –que tiene que emitir Martínez Vidal como representante de todo el Grupo Mixto– fuera siempre a favor de las propuestas del PP en la Junta de Portavoces y en contra de las del PSOE y Podemos. «Cuando vaya a la Asamblea mañana [por este miércoles], lo dejaré solucionado», añadió Mabel Campuzano, en conversación con este diario.
El movimiento de la exconsejera supone una amenaza para el control de la actividad parlamentaria por parte del Gobierno regional en este mes y medio que queda para que finalice la legislatura, pues el 30 de marzo acabará el periodo de sesiones por la convocatoria oficial de las elecciones autonómicas del 28-M.
En la Junta de Portavoces de la Asamblea Regional, el voto es ponderado. Es decir, cada portavoz dispone de tantos votos como diputados tiene su grupo. En el caso del Mixto, debido su singularidad (ya que acoge a miembros de distintos partidos), se estableció la posibilidad de que cada diputado puedan emitir un voto distinto al de su portavoz, aunque debe reflejarlo por escrito. Por eso en octubre Campuzano, al igual que hicieron sus excompañeros en el extinto Grupo Parlamentario Vox Juan José Liarte y Francisco Carrera (hoy también en el Mixto), registró un documento en el que ordenaba que su voto fuera a favor de las iniciativas del PP. También Pascual Salvador hizo constar que su postura sería siempre la abstención.
Hasta ahora, los grupos que sustentan al Ejecutivo regional contaban con 23 votos (16 del PP, 4 del llamado Grupo Liberal y los diputados del extinto Grupo Vox Liarte, Carrera y Campuzano), frente a 21 de la oposición (17 de PSOE, 2 de Podemos y 2 de Ciudadanos), lo que les ha permitido marcar el ritmo en la Asamblea Regional, ordenando cada semana los asuntos que consideraban oportunos.
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El nuevo reparto de fuerzas que puede propiciar el cambio del voto de la exconsejera de Educación Mabel Campuzano acrecienta el interés por cómo se resuelven las próximas convocatorias en el Parlamento autónomo. La primera cita es el Pleno de esta misma mañana, en el que comparece el presidente regional, Fernando López Miras, y se vota la proposición de ley socialista sobre las familias monoparentales. Pero la primera fecha clave es el próximo martes, a las 9.30 horas, cuando está previsto que se reúna la Junta de Portavoces para establecer el calendario parlamentario de la semana siguiente. En dicha reunión se verá si el cambio de voto de Campuzano puede generar un empate y bloquear los acuerdos. El miércoles de la próxima semana, día 22 de febrero, hay convocado un Pleno de control al Gobierno en el que se procederá al debate y votación de cuatro mociones, entre ellas una sobre bonificación de la matrícula en las universidades públicas, del PSOE, y otra sobre la aprobación del plan hidrológico del Tajo, del Partido Popular.
Si la exconsejera de Educación cambia de bando y decide apoyar por sistema las propuestas de PSOE, Podemos y Ciudadanos (lo contrario que hacía hasta ahora), y Pascual Salvador mantiene su abstención, se produciría un empate a 22 que haría imposible que uno de los bloques impusiera sus propuestas de actividad parlamentaria, produciéndose una situación de bloqueo.
En el mejor de los casos, el portavoz popular, Joaquín Segado, y el del Grupo Liberal, Francisco Álvarez, tendrían que negociar con Mabel Campuzano para convencerla de que respaldara sus propuestas cada semana. Algunas fuentes señalaban que la idea de la exconsejera era optar por la abstención, como Pascual Salvador, salvo algunos casos concretos. En ese caso, no habría problema para la mayoría del Gobierno.
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Además, esa libertad de voto de Campuzano se verá también en los siete Plenos que quedan por celebrar. Así, hasta que los diputados levanten la mano para votar, el futuro de cualquier iniciativa estará en el aire.
En cualquier caso, la legislatura ya está prácticamente amortizada desde que el pasado 29 de diciembre se aprobaran los Presupuestos de la Comunidad para 2023. De asuntos de calado, solo queda pendiente de ratificar el proyecto de ley de Emergencias y Protección Civil, que todavía está en el periodo de audiencias legislativas y tiene que pasar aún el trámite de enmiendas.
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Todas las iniciativas que no se aprueben antes del 30 de marzo, decaerán y se quedarán ya para la siguiente legislatura.
El Reglamento de la Asamblea no prevé ninguna medida ante una posible situación de empate permanente en la Junta de Portavoces, que se daría en el caso de que Mabel Campuzano decida alienarse hasta el final de legislatura con los grupos de la oposición. Al contrario que en la Mesa, no existe el voto de calidad del presidente de la Cámara.
Si se quisiera establecer el voto de calidad del presidente de la Asamblea en las Juntas de Portavoces, de forma que se le permita deshacer empates, sería necesario hacer uso del artículo 222 del citado Reglamento. Este señala, literalmente, lo siguiente: «La interpretación del Reglamento y la integración de sus lagunas compete a la Presidenta o Presidente de la Asamblea, que, antes de adoptar la resolución que proceda, oirá el parecer de los demás miembros de la Mesa de la Asamblea y de la Junta de Portavoces. El criterio de estos no será vinculante para la Presidencia, pero el contenido de su resolución podrá ser revisado por el Pleno de la Cámara si lo demandan dos grupos parlamentarios. El acuerdo en que la revisión se decida deberá ser adoptado por la mayoría absoluta de los miembros de la Asamblea Regional y la sesión habrá de estar presidida por una vicepresidenta o vicepresidente».
El golpe de efecto de Campuzano llega un mes después de su cese como consejera de Educación en la última remodelación que realizó el presidente de la Comunidad, Fernando López Miras, el pasado 13 de enero. Fue la única consejera que abandonó el Ejecutivo. Isabel Franco y Valle Miguélez –quienes, como Campuzano, no pertenecen aún al Partido Popular– perdieron competencias, pero mantuvieron su asiento en el Consejo de Gobierno, en el que entraron Conchita Ruiz, Juan María Vázquez y Víctor Marín.
En octubre, Mabel Campuzano y Pascual Salvador provocaron la disolución del Grupo Parlamentario Vox, al solicitar los dos de forma casi simultánea su integración en el Grupo Mixto.
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