Así evoluciona la pandemia en los municipios de la Región de Murcia

La Región de Murcia doblegó durante noviembre la curva epidemiológica tras varias semanas de duras restricciones contra la pandemia. La caída de los casos diarios, más acelerada en la última quincena del mes, también es generalizada. En la última semana, la incidencia acumulada en 14 días solo ha subido en cinco de los cuarenta y cinco municipios.

Sin embargo, aún es pronto para dar por controlada la pandemia. La tasa de casos por cada 100.00 habitantes se ha reducido en torno a un 70%, pero aún está en 254. El Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC por sus siglas en inglés) considera que la transmisión es alta a partir de 60. Actualmente solo Ojós está por debajo.

El Ministerio de Sanidad maneja otros indicadores diferentes, pues considera que por debajo de 150 casos el riesgo es medio. Ya hay 12 municipios de la Región con datos inferiores a ese límite. De los cinco que han registrado un aumento de la incidencia estos días, cuatro tienen menos de 7.000 habitantes: Abanilla, Albudeite, Aledo y Ulea. El incremento de positivos en términos absolutos, por tanto, es escaso. El otro, Águilas, aún mantiene una tasa por debajo de la media regional.

Son otras zonas las que presentan ahora una peor cara. Cinco municipios aún superan una incidencia de 500 casos por cada 100.000 habitantes en las últimas dos semanas, y otros dos se quedan muy cerca de ese umbral. Es decir, multiplican casi por 10 el índice mencionado del ECDC. Yecla, la mayor preocupación últimamente porque superaba los 1.000, al menos ha reducido a la mitad los contagios esta semana. En la vecina Jumilla y en Totana, el pueblo más golpeado en esta segunda oleada, la tranmisión también ha disiminuido un tercio.

En San Javier, Torre Pacheco y Los Alcázares el aumento de contagios también se ralentiza, pero más lentamente. En esto puede influir que son tres territorios limítrofes, con movilidad entre ellos, aunque en San Pedro del Pinatar la situación es mucho más favorable. Aledo también supera una tasa de 500, pero solo suma 6 positivos en este periodo.

Hay nueve municipios más que rebasan la media regional de incidencia. A nivel geográfico, cabe destacar que tres de ellos son del Noroeste: Calasparra, Caravaca y Cehegín. En los dos últimos, eso sí, se está desplomando la tasa en los último días. Pero llama la atención porque esta comarca, de baja población y núcleos dispersos, es la última en la que se extendió la pandemia en la segunda oleada. No obstante, en Moratalla y Bullas la evolución sí es mucho más positiva.

En este grupo también se incluyen Lorca, Puerto Lumbreras y Alhama de Murcia. Si se añaden Totana y Aledo, el Valle del Guadalentín queda como otra de las comarcas donde la transmisión del virus es mayor desde finales de noviembre. Y, al contrario que en el Noroeste, esto ha sido una constante en el suroeste de la Región durante toda la segunda oleada.

Murcia y sus alrededores también han invertido la tendencia por completo. La capital, Molina de Segura, Las Torres de Cotillas, Santomera, Alguazas o Librilla son el mejor ejemplo del efecto que ha causado la serie de restricciones contra la pandemia. Todos están por debajo de 200 casos y muy lejos de los picos que llegaron a alcanzar en la primera quincena de noviembre.

Cartagena, que ha sido la gran ciudad que mejor ha resistido al virus en la segunda oleada, también sigue bajando la incidencia, igual que otros municipios cercanos como Mazarrón y Fuente Álamo. Y similar es la situación en el Valle del Ricote, con varios lunares que se deben simplemente a que unos pocos contagios disparan la incidencia en pueblos tan pequeños.