Ana Martínez Vidal, Juan José Molina, María Marín, Rafael Esteban y Pascual Salvador LV

La entrada de Vidal y Molina convierte el Grupo Mixto en un guirigay político

La Asamblea dará un plazo a los diputados de Cs y Podemos para acordar sus normas de convivencia; si no lo hacen, decidirá la Mesa

Viernes, 18 de junio 2021, 02:48

Los platos rotos de la fallida moción de censura en la Región los termina pagando Podemos. Ana Martínez Vidal y Juan José Molina, los dos diputados de Ciudadanos que aún permanecen bajo la disciplina de la formación naranja, solicitaron ayer formalmente su entrada en ... el Grupo Mixto, como venían anunciando desde hace semanas. Esto implica que tendrán que ponerse de acuerdo con los dos parlamentarios morados, María Marín y Rafael Esteban, para compartir asignaciones económicas, medios humanos, espacios físicos, representación en comisiones y tiempos de intervención. Con lo cual, Podemos se encuentra con que puede ver limitada su capacidad para ejercer su labor política.

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La Mesa de la Asamblea tomará en consideración el lunes los escritos de Martínez Vidal y Molina, dando un plazo a los miembros del Grupo Mixto para elaborar un reglamento interno de funcionamiento, en el que tendrán que dejar claro quiénes ocuparán la portavocía, la viceportavocía y la representación en comisiones y Diputación Permanente. También deben consensuar el reparto de fondos y recursos. De no ponerse de acuerdo, decidirá la Mesa de la Cámara, donde los grupos que sustentan al Gobierno (PP, expulsados de Cs y Vox) gozan de mayoría.

El Grupo Mixto recibe 175.980 euros anuales de dinero público en concepto de subvenciones de la Cámara. Una cantidad que con la entrada de los dos diputados naranjas se verá incrementada en 57.480 euros, pues hay una parte de la asignación que depende del número de parlamentarios. Además, Podemos cuenta con tres trabajadores, dos contratados por la Asamblea y uno a cargo del grupo. Con los nuevos 'fichajes', es posible que al Grupo Mixto le corresponda algún empleado más a cuenta de la Cámara, más los que pueda contratar con las subvenciones por diputado. Vidal tendría la oportunidad de colocar en la Asamblea a algunos de sus fieles en la dirección regional de Cs, que se quedaron en el limbo tras salir la formación naranja del Gobierno.

Los diputados de Podemos solo sabían por la prensa de las intenciones de Vidal y Molina de incorporarse al Grupo Mixto. Por boca de ellos no lo supieron hasta ayer, cuando María Marín recibió una llamada instando a una próxima reunión a partir del lunes para buscar un consenso.

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Salvador no se mueve

Los diputados de Cs sí que estuvieron hablando con Pascual Salvador, el único diputado que milita en Vox. Este está en la misma situación que ellos, aislado en un grupo controlado por expulsados de su partido. El miércoles, durante el debate de Presupuestos, los tres parlamentarios estuvieron reunidos en la cafetería de la Asamblea. Un acuerdo entre los tres les permitiría sumar mayoría en el Grupo Mixto y arrinconar a los dos de Podemos. Sin embargo, fuentes de la dirección regional de Vox aseguraron que Salvador no se va a mover de donde está.

Los cambios también afectarán al Grupo Parlamentario de Ciudadanos. Se queda sin dos de sus miembros, con lo que dejará de ingresar los 57.480 euros de la asignación por diputado. También es posible que pierdan un trabajador contratado por la Cámara. Vox, con cuatro escaños, dispone de tres empleados, mientras que hasta ahora Cs tenía cuatro.

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Martínez Vidal, que apela a «la recuperación de la dignidad política» para justificar su marcha, ha estado inédita en la Asamblea desde que fracasó la moción de censura el 18 de marzo. Ni ella ni Molina han presentado mociones, preguntas, interpelaciones o solicitudes de información. Tampoco enmiendas a los Presupuestos de la Comunidad.

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