Calma tensa a la espera de los pactos

Los partidos políticos se lo toman con calma en Molina, una calma tensa que los cargos electos no pueden disimular tras los resultados electorales que depararon las urnas el domingo. La pérdida de la mayoría absoluta por parte del PP abre un abanico de posibilidades diversas a la hora de formar gobierno, si bien las opciones se resumen tres, como admiten algunos dirigentes políticos.

Una primera opción es que el PP busque a Ciudadanos para gobernar en mayoría durante los cuatro próximos años. Suman 14 concejales, uno más que la mayoría absoluta. Ideológicamente son los más afines. Pero a nadie se le escapa que las relaciones entre sus dos cabezas de lista, Eduardo Contreras y Estanislao Vidal, se deterioraron hace tiempo, antes de que el ahora líder de C's dejara de ser concejal popular en 2003.

La estrategia del actual alcalde es una incógnita, entre otras razones porque es la primera vez en veinte años que se le presenta esta situación a los populares, acostumbrados a barrer del mapa electoral a sus adversarios políticos. Ya lo dijo el domingo por la noche, no sin cierto misterio: «Hemos ganado, pero veremos a ver si podemos gobernar».

En el día después de su gran resultado electoral, Vidal paseaba tranquilamente por el parque de la Compañía y advertía que esta semana sería de reflexión, pero «está claro que la gente pide cambio». En unos días los militantes de C's tienen previsto reunirse para analizar sus resultados y abordar la estrategia a seguir.

Si no prospera esta alianza habrá que estar atentos a lo que hacen unos y otros el día de la investidura, el 13 de junio. Es decir, si se producen abstenciones que permitan la investidura de Contreras, o bien los 16 concejales que suman PSOE, C's, Cambiemos Molina y Ganar Molina votan en contra. Se abriría así una segunda opción, que pasaría por un mandato en minoría del PP, pero parece demasiado ingobernable si la oposición opta por tumbar las iniciativas del equipo de Contreras. Sería un gobierno en minoría demasiado endeble que, previsiblemente, no duraría más allá del mes de noviembre, cuando se celebren elecciones generales.

La tercera vía es un gobierno tripartito. PSOE (6), Ciudadanos (5) y Cambiemos Molina (4) suman 15 escaños, que serían 16 si también incluyen al concejal de Ganar Molina. «Para eso tiene que haber voluntad, tienen que querer», indicaba un militante socialista en la jornada de ayer. Sentar las bases de un pacto de legislatura entre estas fuerzas políticas no es nada sencillo porque, a priori, las diferencias programáticas e ideológicas pueden ser insalvables. Ahora bien, un acuerdo de mínimos en los asuntos de mayor coincidencia puede ser factible para, a posteriori, conseguir desbancar al PP y enviar a Contreras a la oposición, como claman algunos.

Cambiemos Molina someterá los resultados electorales a una asamblea ciudadana, según indicó ayer su cabeza de lista, Fernando Miñana, muy satisfecho con los resultados porque han sido de los mejores conseguidos en la Región. Decidirán en función de lo que determine la asamblea.

Por su parte, Esther Clavero, alcaldable socialista, ya indicó la noche electoral que les esperan días de reflexión. Los socialistas no tienen prisa, pero tampoco habrá pausa porque saben que el 13 de junio está a la vuelta de la esquina. Habrá que escuchar y negociar.

La jornada electoral condenó a UPyD a quedarse sin representación. La formación magenta rozó el 5% (4,73%) y sus más de 1.400 votos han sido insuficientes para que, al menos, Encarna Hernández pudiese continuar cuatro años más como concejal. Con gran elegancia en el saber perder, Hernández deseaba suerte -en redes sociales- a todos los cargos elegidos para la próxima legislatura, en la que ella no podrá estar. Tampoco obtuvo representación Vox, el partido liderado por Miguel Murcia, que no alcanzó el 2% de apoyos, con 521 votos obtenidos.