Se acabaron los exámenes a la carta en la Ebau. El nuevo modelo de pruebas termina con el llamado 'modelo pandemia', que permitía a los alumnos, en la práctica, dejarse parte del temario sin riesgo de no conseguir la nota máxima por la gran ... opcionalidad de las preguntas. A partir de 2025, los ejercicios podrán dar la posibilidad de elegir entre varias preguntas, pero siempre que la estructura de las pruebas no permita al alumnado dejar de estudiar una parte del temario, como viene ocurriendo desde 2020. El borrador de decreto sobre la nueva Ebau remitido por el Ministerio a las comunidades establece que en todo el país cada materia tendrá un único examen, que podrá dar alguna posibilidad de elección en alguno de sus apartados, pero siempre garantizando que el alumno se examina de todo el temario de cada materia.
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Esto, en la práctica, es el fin de las facilidades dadas en la Ebau desde el inicio de la pandemia, que permitieron subir hasta en un punto la nota media respecto a 2019. Acabará con la actual opcionalidad sin límite que permitía descartar preguntas sin penalizaciones ni exclusiones y confeccionarse un examen casi a la medida, con la parte del temario que mejor se sabían.
Esta novedad, junto a la directriz estatal de que la incorrección gramatical y ortográfica debe restar al menos un punto (el 10%), busca, según el decreto, unas pruebas con una estructura y unos parámetros comunes, homogéneos, pero no exámenes idénticos. Cada autonomía, en ejercicio de sus competencias, adaptará el modelo al contenido concreto de sus currículos, que pueden ser hasta un 50% diferentes de los del resto. Hasta la fecha, cada distrito universitario penalizaba las faltas de ortografía y gramaticales según su criterio. En la Región, las faltas podrían suponer hasta tres puntos menos en el examen de Lengua.
LO QUE SIGUE INTACTO
La fase obligatoria. El núcleo duro de la Ebau, la prueba de acceso, no sufre cambios. Serán cuatro exámenes (Lengua y Literatura Castellana, Idioma Extranjero, Historia o Filosofía y la materia específica común), o cinco si hay Lengua Cooficial.
La nota se construye igual. La nota de selectividad será la media de las cuatro o cinco pruebas comunes (que debe ser de 4 o superior) y la nota de admisión en la universidad se logra ponderando el 40% la nota Ebau con el 60% de la media de Bachillerato. El resultado será una cifra de 0 a 10, con un 5 o más. Esta calificación se eleva con la de la fase voluntaria y da un resultado de 10 a 14.
Pruebas de 90 minutos. La duración de los ejercicios no variará, 90 minutos, con descansos de 30. No se aumenta 15 minutos como se había barajado, pero sí se pide a los examinadores que tengan en cuenta el tiempo que el alumno necesita para leer y reflexionar sobre los contenidos a la hora de decidir el número de preguntas y su desarrollo.
CAMBIOS
Ortografía. Un mínimo de un 10% de la nota final, sobre un punto, dependerá en todos los territorios de la corrección gramatical y ortográfica y de la presentación de lo redactado.
Calculadoras. Salvo que los examinadores adviertan con tiempo y de forma explícita que no lo consideran necesario, se podrá acudir a las pruebas con calculadoras, diccionarios, hojas de fórmulas y tablas.
Lenguas. El examen de Lengua y Literatura Españolas, el de Lengua Cooficial y el de Idioma Extranjero se recibirán y responderán siempre en la lengua correspondiente. Para el resto deberá garantizarse siempre el idioma que elija libremente el alumno.
Normas claras. Todos los ejercicios de todas las autonomías deberán llevar especificados siempre y con claridad los criterios concretos de corrección y calificación que les van a ser aplicados.
Revisiones. Los alumnos o sus padres, en caso de ser menores, tienen derecho a la revisión de sus exámenes. La nota de la materia será la media entre la original y la del revisado. No obstante, si uno y otro difieren en dos puntos o más, un tercer tribunal revisará por completo el examen y su nota final será la única válida.
El borrador especifica la reserva de plazas que los campus deben hacer para garantizar la igualdad de oportunidades de colectivos concretos. Deberán guardar un 2% de las opciones de matrícula a quienes aprueban el acceso para mayores de 25, entre un 1% y un 3% para los mayores de 45 y los que llegan por experiencia profesional, un 5% para quienes tienen al menos un 33% de discapacidad, un 3% para deportistas de élite y entre un 1% y un 3% para titulados de otras carreras.
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Otro de los cambios que introduce el proyecto de decreto es la limitación al mínimo de las preguntas test en la Ebau. Cada examen podrá estructurarse con diferentes apartados que, a su vez, pueden contener una o varias tareas o preguntas. Pero lo que deja claro es que al menos el 70% del valor de la prueba corresponderá a preguntas abiertas (de respuesta amplia) o semiconstruidas (con una respuesta más corta) y que las cerradas (test), si las hay, nunca podrán valer más de tres puntos. En la actualidad, la norma permite hasta un 50% de preguntas cerradas, lo que garantiza hasta el aprobado.
Una de las razones del cambio del modelo de examen es que el Ministerio quiere pruebas de diseño competencial, en las que el alumno demuestre creatividad, pensamiento crítico, reflexión y madurez. Que no sea un recital de memoria sino de aplicar y relacionar lo aprendido, en línea con los currículos de la Lomloe.
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Los ministerios de Educación y Universidades van a fijar por primera vez el número máximo de exámenes que los graduados en Bachillerato de todo el país podrán hacer de forma voluntaria para subir la nota de admisión a los campus, la que aspiran que les franquee su entrada a la titulación deseada.
Los estudiantes que aspiren a mejorar nota podrán examinarse de entre una y tres materias comunes o de modalidad de las que no usaron en la fase obligada de la Ebau (incluido el descarte de Historia o Filosofía).
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Además, se les autorizará una cuarta prueba si se trata del segundo idioma extranjero, según recoge el borrador del real decreto que regulará cómo será la selectividad y el proceso de admisión en la universidad a partir de 2025. Además de adaptar la selectividad al nuevo Bachillerato competencial de la Lomloe, establece una serie de directrices comunes a todas las autonomías en el formato de los exámenes y en los criterios de corrección para homogeneizar las pruebas.
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