La Ebau será del 5 al 7 de junio y mantendrá el 'modelo pandemia', con más opcionalidad

El 'modelo pandemia' de selectividad seguirá vigente en los exámenes de la Ebau 2023. El Ministerio de Educación no introducirá cambios este curso y la prueba seguirá el mismo esquema que en los tres años pasados, cuando, para paliar los inconvenientes del confinamiento y de las clases telemáticas, se decidió ofrecer a los alumnos preuniversitarios un modelo de examen con más preguntas a elegir, en lugar del tradicional, que presenta dos opciones para desarrollar una. El 'modelo pandemia' permite, en la práctica, que los estudiantes dejen un porcentaje (varía según las asignaturas) de contenidos sin estudiar.

El Ministerio de Educación entregó a finales de julio a las autonomías y a los rectores su propuesta para un cambio en profundidad de las pruebas de acceso a la universidad, que las tres partes deberán ahora debatir y negociar durante meses y que terminará plasmado en un real decreto ley que establezca el nuevo sistema.

El nuevo modelo se aplicará con un período transitorio, para que alumnos y profesores se adapten a los nuevos métodos de estudio y evaluación. Los planes del Ministerio pasan por aplicar la nueva selectividad con algunos cambios en junio de 2024 –que realizarán los alumnos que este año comienzan primero de Bachillerato y los que aún están en tercero y cuarto de la ESO– y alcanzar el formato ya definitivo, con transformaciones notables, en cinco años, en junio de 2027. Ese sistema afectará a los estudiantes que ahora están en segundo de la ESO o en cursos inferiores, y ya cursarán la etapa de Secundaria y Bachillerato teniendo en cuenta las nuevas condiciones.

El objetivo de los cambios pasa por adaptar las pruebas de acceso al Bachillerato diseñado por la nueva ley educativa, la Lomloe, que comienza a estudiarse este curso en los cursos impares. Además, el Ministerio persigue, lograr unos ejercicios «equiparables» en todas las comunidades, que minimicen las diferencias entre autonomías.

La nueva selectividad no cambiará la formulación que da lugar a la nota de acceso a la universidad. Seguirá pesando un 60% la media de Bachillerato y el 40% restante la Ebau. La calificación final podrá mejorarse con exámenes voluntarios de las materias de modalidad para elevar la calificación de 10 a 14.

La estructura de la evaluación sí cambia de forma considerable. En junio de 2027, se pasará de las actuales cuatro pruebas obligatorias, un examen de cada una de las tres asignaturas comunes (Lengua Castellana y Literatura, Historia de España e Idioma Extranjero) –más un cuarto si hay lengua cooficial– y una examen de la materia obligada de modalidad que elija el alumno, a solo dos. La primera será similar al actual examen de la materia de modalidad. La segunda, sin embargo, fundirá todas las asignaturas comunes en una sola «prueba general de madurez académica», que englobaría las materias comunes y que, además, valdría el 75% de la nota de selectividad. (los exámenes de las tres comunes suman ahora el 60% y la de modalidad, el 40%).

La prueba de madurez fusionará todos los conocimientos comunes en una evaluación de tipo competencial, similar a los exámenes PISA, que podría durar más de tres horas. El ejercicio consta de un dosier formado por una serie de documentos (textos, imágenes, infografías, gráficos, tablas, audiovisuales) que girarán en torno a un mismo tema y tendrá tres partes. Se le pedirá al alumnado que realice un análisis desde diferentes aspectos y perspectivas, después deberá responder a diversos tipos de preguntas cerradas y semi construidas (con respuestas precisas) sobre estos materiales y, finalmente, contestará tres preguntas abiertas sobre el particular. Se pretende valorar la capacidad del alumnado para analizar, valorar, extraer información o interrelacionar toda esa documentación, de forma más o menos guiada a través de las preguntas o propuestas.