Diez mil conductores pasarán controles de alcohol y drogas durante las fiestas

Los exámenes toxicológicos realizados entre enero y noviembre pasados a 27 conductores fallecidos en la Región revelan que 17 de ellos, el 63%, tenían presencia de tóxicos -alcohol (12), drogas (3) y alcohol y drogas (2)-.

También se realizó el examen toxicológico a los tres pasajeros fallecidos, uno de los cuales tenía presencia de alcohol, substancia que también apareció en los exámenes de uno de los siete peatones fallecidos en el mismo periodo.

La jefa provincial de Tráfico, Virginia Jerez, ofreció estos datos ayer, en la carretera RM-513, en Abarán, durante la presentación de la nueva campaña de control de consumo de alcohol y drogas.

La Delegación del Gobierno informó de que 2.995 conductores dieron positivo en las 217.562 pruebas de alcoholemia realizadas en lo que va de año en vías interurbanas, lo que representa un 1,37% del total. «El porcentaje baja considerablemente durante las campañas específicas de control, como la última que realizamos el pasado mes de junio, en la que la cifra fue del 0,73%, y por eso creemos que estas iniciativas conciencian, aunque las cifras de siniestralidad como consecuencia de consumo de alcohol y drogas siguen siendo altas», señaló Jerez.

A lo largo de esta semana, doscientos agentes de la Guardia Civil de Tráfico controlarán en vías interurbanas en torno a unos 10.000 conductores. Además, los cuerpos de Policía Local de los veintidós ayuntamientos adheridos a esta campaña efectuarán los controles en las vías urbanas de su competencia.

Según datos del Observatorio Europeo para la Seguridad Vial, alrededor del 25% de todas las muertes en carretera en Europa está relacionadas con el alcohol, mientras que solo el 1% del total de kilómetros recorridos es conducido por personas con 0,5 gramos por litro de alcohol en la sangre o más.

A medida que la concentración de alcohol en la sangre aumenta en el conductor, la tasa de incidencia de accidentes también se incrementa sensiblemente. La tasa de incidencia de accidente de un conductor con un grado de alcoholemia de 0,8 g/l (el límite legal en España es 0,3 g/l), es 2,7 veces mayor que la de un conductor sobrio.