Carlos, una vida atado al mar
El regatista murciano sigue «enamorado» de la vela, en la que empezó con 7 años
JUAN ANTONIO CALVO
Lunes, 6 de julio 2015, 00:33
A sus 51 años sigue teniendo la misma ilusión que cuando, hace 33, fue elegido como suplente en el equipo olímpico de vela que participó en los Juegos de Barcelona'92 o cuando se quedó fuera del equipo, en una polémica y controvertida decisión, de los de Atlanta'96. Porque para Carlos Martínez Marcos (Murcia, 1963), el mar es su vida, tanto por tradición familiar («mi padre y mi hermano se iniciaron en la vela antes que yo») como por convencimiento propio («empecé a navegar cuando tenía siete años y sigo enamorado de esto»). Y aunque se gana la vida como arquitecto técnico, el Mar Menor (vive en Santiago de la Ribera) tiene una atracción total sobre él.
Ha ido cambiando de clases según la edad y ahora mismo está compitiendo en la laser standard y en J80, «un tipo de barcos de ocho metros y con cuatro tripulantes, un monotipo que ha pegado muy fuerte, con el que navego desde 2006 y con el que en 2010 fui campeón de Europa en Italia».
Pero este último no ha sido el último título que ha conquistado Carlos, porque a finales de abril fue campeón de la Copa de Europa en Calella de Palafrugell, en la categoría máster (más de 35 años). Ahora está enamorado de los J80: «Se trata de una clase de barcos en la que todos son exactamente iguales, construidos por el mismo astillero para que no haya ventajas de ningún tipo. En el Mar Menor, en el CAR de Los Narejos, teníamos una flota de 18 barcos que con el tiempo ha ido bajando y ahora quedan ocho o diez navegando. Es una clase que se está imponiendo. Desde 2011 he estado participando en la Copa del Rey, competición que ganamos nosotros en 2012 y en la que en 2014 quedamos segundos».
Carlos ha estado regateando en Barcelona, en la Copa del Mundo de cruceros de 42 pies, en la que han participado cien barcos. Cada lunes vuelve a su ocupación habitual: «No es fácil, pero todo es cuestión de organizarte y de aprovechar los días de regata».
La frustración que sintió hace más de treinta años, cuando se quedó por dos veces sin ser olímpico, «ya está olvidada. En su momento fue una espina que tenía clavada pero con los años se ha ido diluyendo. Y no supone ningún trauma. Incluso a veces nos vemos en las regatas con aquellos compañeros que tuve en 1992 y recordamos la etapa como una época fascinante».
Por pura afición, por ese amor a navegar que lleva dentro desde la más tierna infancia y porque lo ha hecho durante toda su vida, Carlos Martínez sigue en la brecha. A sus 51 años tiene la misma afición e ilusión que siempre ha mantenido y que le tendrá atado al mar «hasta que no pueda subirme a un barco. Y como hay muchos tipos de barcos, siempre encontraré uno que se adapte a las que en cada momento sean mis circunstancias».
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.