EFE
Jueves, 23 de abril 2015, 01:58
Rafa Nadal, ocho veces campeón del Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó, se vengó de Nicolás Almagro por la eliminación en cuartos de final del año pasado y lo derrotó ayer, en segunda ronda, por 6-3 y 6-1.
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El partido se alargó una hora y 38 minutos, pero podía haber durado mucho menos si ambos jugadores no hubiesen protagonizado un maratoniano último juego que resumió lo que fue el choque: un Nadal sin confianza para cerrar el partido y un Almagro que encadenaba error tras error (hizo hasta 35 no forzados) y que desperdició hasta siete bolas de 'break' en ese juego para mantenerse vivo.
El número cuatro del 'ránking' ATP y segundo cabeza de serie del Trofeo Conde de Godó, se mostró satisfecho por haber jugado a «un ritmo de crucero» en su victoria ante Almagro. A diferencia del año pasado, Nadal no titubeó ante el murciano, su verdugo en los cuartos de final de la pasada edición, y pasó a los octavos de final del abierto barcelonés, manteniendo el nivel de juego mostrado en Montecarlo.
«He jugado a un ritmo de crucero y esto es lo que estoy buscando», dijo el ex número uno mundial, quien puntualizó, sin embargo, que debe mejorar en su golpe de derecha. Estaba contento Nadal por el nivel mostrado ante el murciano -«un rival peligroso»-, aunque admitió que en algunos momentos le faltó algo de «pausa» para controlar el partido. «Creo que Almagro se ha precipitado y ha cometido errores que quizás los próximos rivales no los cometerán».
Asimismo, el mallorquín criticó la actitud del murciano que, en algunos momentos del partido, pidió al arbitro que avisara a su rival por tardar demasiado en sacar. «Cada uno actúa según sus valores, según su forma de entender el deporte. Yo en mi vida he presionado a un árbitro por el tiempo que tarda un rival en sacar, o por si dice una palabra más alta que otra, que muchas veces las dicen», criticó Nadal, a quien no le pareció «bonito» lo que hizo Nico.
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Polémicas a un lado, prefiere centrarse en el partido de octavos que disputará ante el vencedor del partido entre el ruso Andrey Rublev y el italiano Fabio Fognini, verdugo en las semifinales del Open 500 de Río de Janeiro disputado este año.
Del ruso, de 17 años, dijo que es uno de los jóvenes a tener en cuenta en el futuro: «Tiene las posibilidades de tener una gran carrera, pero es temprano para decir si será el nuevo Federer, Djokovic o Nadal. Pero alguien tendrá que asumir el relevo de esta generación».
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David Ferrer, tercer cabeza de serie en Barcelona, también se deshizo en su estreno de Albert Montañés, por 6-2 y 6-3, en una hora y veinticinco minutos de juego. El cuatro veces finalista del Godó empezó muy bien el partido, al romper el servicio de su adversario ya en el segundo juego. Y otro 'break' en el octavo le permitió llevarse el primero por 6-2. Montañés, 124 del mundo y que este año juega el torneo de su club, gracias a una invitación, mejoró en la segunda manga, que llegó a dominar por 3-1. Sin embargo, Ferrer reaccionó a lo campeón.
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