Jesús Mudarra
Domingo, 5 de marzo 2017, 21:45
Si preguntamos por la definición del término 'partidazo' en un estadio de fútbol es probable que encontremos tantas definiciones como asistentes haya al mismo. Puede que en el Atlético Mancha Real-Jumilla de este domingo no abundasen las ocasiones claras de gol o que no hubiese tanto alguno pero para mí, el hecho de que a nadie se le hicieran largos los nueve minutos de añadido que indicó el colegiado en el segundo tiempo es más que concluyente a la hora de decir que el partido no estuvo nada mal.
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El baile comenzó con la pareja bien abrazada. Ambos bailarines querían llevar a su par a la hora de dar los pasos, pero el balón rotó entre un bando y otro, en largas posesiones, sin que ninguno de ellos lograse hacerse con la manija definitivamente. La pareja Corral-Álvaro se mostró activa desde los primeros minutos dotando al ataque de una velocidad a través de la que trataron de sorprender en los primeros minutos.
Con la banda derecha como principal pista de despegue, los verdes comenzaron a aparecer entorno al área de Jero. Pese a que entre Bello y Titi dieron un buen susto a la contra, dio alegría comprobar que el Mancha Real es capaz todavía (con lo que tiene en juego) de hacer ese fútbol vistoso y ofensivo que tanta agrada al Juventud.
Cuando mejor estaban los manchegos, aparecieron las que sin duda están siendo sus peores enemigas esta temporada: las lesiones. Antes de que se llegase a la media hora de juego, Arsenal se vio obligado a realizar dos cambios por problemas físicos de sus protagonistas. Primero fue Borja que se tiró al suelo para que León tuviese que entrar en su lugar y más tarde fue Jonathan Rivera, la manija del centro del campo local, el que dejó su hueco a Cervera. Precisamente este se encontraba recién salido de lesión, pero aun así se notó nada más pisar el césped el criterio y la calidad que atesora.
El Jumilla fue de menos a más aunque la amenaza de la velocidad de Titi a la espalda de Ramón era una constante. Apenas hubo ocasiones de peligro claras en los primeros 45 minutos pero aun así Gassama tuvo una en la que no acertó a disparar y en el bando contrario Perona. Iván cerró el primer tiempo con un disparo lejano que se envenenó aunque sin terminar encontrando portería.
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Empezó diferente la segunda mitad. Los verdes salieron decididos a ir a por el encuentro y Corral dejó ver la que probablemente ha sido mejor jugada desde que juega en Sierra Mágina. Se marchó de varios adversarios por la izquierda el 8 de los verdes y la puso al corazón del área. Remató allí Manolillo a gol pero lo hizo en posición ilegal.
El linier vio acertadamente la situación irregular de Manolillo pero lo que no vio, y eso que fue mucho más cerca de donde él se encontraba, fue la mano clarísima con la que un defensor jumillano cortó un peligrosísimo centro de Álvaro, que había encontrado un filón en la derecha.
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Cuando se llevaban transcurridos diez minutos de la segunda mitad, llegó la jugada más desafortunada para el Jumilla. Gassama saltó con Pablo e Iván que chocaron entre sí rompiéndose el primero la nariz y haciéndose una brecha en la frente. Solo Pablo tuvo que ser sustituido, por lo que podría haber sido peor para los murcianos.
Volvieron a morder ambos conjuntos tras la interrupción y si Álvaro hubiese tenido una pizca más de velocidad en su tren inferior habría dispuesto de un mano a mano inmejorable. La entrada de Israel revitalizó al equipo mancharrealeño que ya si se hizo con las riendas por completo del duelo. Sin Titi sobre el césped el Jumilla disminuyó considerablemente su rendimiento y en ese resquicio comenzaron a hacerse fuertes los de Arsenal.
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Poco a poco se iban sucediendo las ocasiones a favor de los verdes aunque no terminaba de aparecer el peligro necesario para incomodar realmente a Jero. Estuvieron tranquilos tanto él como Jesús, ya que ambos llegaron al minuto sin recibir tiro alguno sobre su arco. Bello fue el que más cerca estuvo con un disparo desde la izquierda que se estrelló en la parte externa del poste. Conforme se acercó el ocaso del choque el Jumilla volvió a meterse en el juego.
Nueve minutos de descuento
El miedo a fallar se impuso en ambas escuadras, que confiaban sus opciones de llevarse los tres puntos en la habilidad de sus hombres de arriba. En ese aspecto, Corral fue el mejor de los suyos ofreciendo, en una de sus acciones, un taconazo gourmet a los aficionados.
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La gente en Mancha Real pedía tiempo y el árbitro se lo dio. Nueve minutos de descuento hubo en un partido que, pese a las pocas ocasiones claras de gol, nadie quería que acabase.
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