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Alejandro Valverde, este martes, celebrando su triunfo en la cuarta etapa de la Vuelta a España.
Valverde le corta la coleta a Peter Sagan
CICLISMO | VUELTA A ESPAÑA

Valverde le corta la coleta a Peter Sagan

Incansable y con su mejor pegada, gana en Vejer de la Frontera, coge bonificaciones y refuerza su candidatura

G. GÓMEZ PEÑA

Martes, 25 de agosto 2015, 17:46

Alejandro Valverde está hecho de talento. Nació ciclista. No engorda aunque coma hasta reventar. No envejece. Parece infinito. Solo le ha cambiado el pelo al murc iano, que va perdiendo terreno. Hasta eso le benefició ayer. Delante veía las fachadas blancas de Vejer de la Frontera. Pero Valverde venía en ese tremendo repecho final más pendiente de fijarse en el suelo. En la sombra que delató a su rival. La silueta de Valverde, con casco, es redonda; la de Sagan, no. Al eslovaco le traicionó la coleta con que recoge su melena. La sombra. «Sabía que era Sagan el que venía a mi rueda. Por la coletilla», desveló el murciano. Valverde vigiló de reojo a Sagan y, de inmediato, observó la pancarta final. Calculó. «Lo tenía todo controlado». Majka, sin querer, se precipitó y le asfaltó el camino. Valverde, que no lo parece pero ya es un ciclista de edad, nota cuándo es el momento de descorcharse. Eso se sabe. «Vi que era mi distancia».

Así entró primero en Vejer. Entero. Eterno. «Estoy como en el Tour», avisó. En París fue tercero. Al fin en el podio. Ahora, pese a lograr ese sueño y llevar todo el año encendido en mil carreras, viene a por la Vuelta. «Sí», confirmó. Vejer le premió con diez segundos de bonificación.

«Es la rehostia»

El lunes se pegó un rato a la pantalla de internet. No conocía la cuesta de Vejer. «El Google Maps es la rehostia», agradeció. Vio la cuesta: cuatro kilómetros, estrechamientos entre fachadas de cal, muros del 15% de desnivel... «Es una llegada para mí».

En la salida de Estepona y en voz baja, lo repetía. «Mía, mía». No lo dijo en alto porque quería proteger a su equipo. Que se desgasten otros, que la Vuelta es muy larga. Y ha venido a ganarla. «Sí», insistió. Por eso, el Movistar se despreocupó de la fuga de Irizar, Durasek, Maes, Lindeman, Delagé y Engoulvent. De ella se encargaron el Orica del líder, el sonriente Chaves, y luego el Tinkoff, el maillot de Sagan. Era un día largo, de 209 kilómetros, de sofoco, de un calor que loquea las cabezas. Eso debió afectarle a un aficionado, de apodo 'Ambrosini', que al paso por Chiclana aprovechó la caída del estadounidense King para intentar -sin camiseta, con chanclas y un cigarro colgado de los labios- montarse en su bicicleta. King le miró alucinado, recuperó su montura y tiró con los demás hacia Cádiz, que esperaba bien anclada a la bahía.

El miedo genera electricidad, tensión. Así, acelerado, se tragó el pelotón la fuga y así entró en la cuesta de Vejer. Pello Bilbao, que es de Guernica, no la conocía. «He visto que todos se frenaban para coger aire y he aprovechado para dar el golpe», contó. Pedaleo lento. «Soy de subir a base de fuerza. Aún me quedaban tres piñones por meter», dijo. Músculo. Rostro crispado. «Me van estas paredes. En Cabárceno ya lo intenté el año pasado». Lástima que era una fachada demasiado alta.

Sin premio

Le cazó el Katusha, que afilaba los pedales de Purito, el especialista en derribar muros. Pero no es el único ciclista demoledor. Samuel Sánchez y Roche quisieron serlo. 'Samu' se probó en dos curvas de descenso. «He tomado demasiadas precauciones», admitió. Y por eso no cogió los metros suficientes. «Me han sobrado 300 metros», calculó. Valverde, en cambio, no cumple años.

A esa distancia de la meta de Vejer, Valverde tenía un ojo en la pancarta y otro en la sombra con coleta que le seguía. Sagan. «La etapa era mía. Lo sabía». Tras él llegaron a la meta el de la coleta, Moreno, Roche, Gonçalves y Purito Rodríguez. Pegados entraron también Quintana, Chaves -otro día de líder-, Landa, Aru y Froome, el keniano. Vejer mira de frente a África. La otra orilla del Estrecho. Era un día para mirar. Cielo raso. Y a Froome le gusta por ahora lo que ve en la Vuelta: «Estoy sorprendido por defenderme tan bien en estos finales explosivos. Noto que voy mejorando. Me da confianza», declaró. Valverde le espera: «Si Froome ha venido es para luchar por la Vuelta. Como yo. Tengo buenas sensaciones». Como siempre. Infinito.

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