Concha Velasco, en 'Reina Juana'.

Concha Velasco, reina de las tablas

La actriz gana su segundo Premio Nacional de Teatro por su «magisterio, pasión y valentía»

MIGUEL LORENCI

Jueves, 24 de noviembre 2016, 02:27

Para nadie es un secreto el enorme talento de Concha Velasco, confirmado en una larga y brillante carrera de casi seis décadas y múltiples registros. Figura crucial del cine y la televisión, se ratifica a su 77 años como la gran dama del teatro que es. Su «pasión, valentía y excelencia» para abordar personajes complejos procuró ayer a la actriz su segundo Premio Nacional de Teatro, dotado con 30.000 euros. Lo recibe «muy emocionada» como «gran regalo de cumpleaños», con «enorme felicidad» y subida a las tablas. «Es momento de agradecer y no de pedir», dice la actriz vallisoletana, que está de gira con 'Reina Juana' y que ya recibió un Nacional de Teatro en 1972 por su osado papel en 'Abelardo y Eloísa'.

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El jurado la elogia como «referente de la escena» y alaba «el magisterio que ha ejercido sobre las nuevas generaciones». Precisa que se le premia «por su momento de plenitud artística». Por esa fuerza escénica que no decae y con la que «aborda papeles complejos», apunta el jurado, recordando sus recientes interpretaciones en dramas como 'La vida por delante', 'Hécuba' y 'Olivia y Eugenio'.

Asegura sentirse «de maravilla sobre las tablas» y agradece al teatro que le haya procurado «grandes papeles», como el de 'Reina Juana', monólogo de Ernesto Caballero sobre Juana la Loca que dirige Gerardo Vera, «otro regalo» que ha llevado por media España. También que se premie su labor continuada cuando la mayor parte de sus colegas apenas puede vivir de su trabajo. «No paro de trabajar, y sé que no es lo común en esta profesión en la que apenas un 5% de los actores trabaja con regularidad», lamenta la actriz. «Mi vida es el teatro. Es mi amante fiel. Me ha permitido envejecer con dignidad», decía hace poco en el Festival de Almagro.

Tuvo noticia del galardón por una llamada del ministro Méndez de Vigo cuando se preparaba para volver al rodaje para Netflix de la serie 'Las chicas del cable'. Recordó cómo su primer Nacional de Teatro llegó en 1972, cuando a las órdenes de José Tamayo soportaba «amenazas de bomba por un falso desnudo» en 'Abelardo y Eloísa', donde salía a escena «con unas mallas de color carne».

Reclama un mayor respaldo y ayudas para los actores y las salas del teatro, «que cuenta en España con una enorme afición». Sin citar el castigo del IVA del 21% que pesa sobre la escena, quiso «romper una lanza» en favor del ministro de Cultura, Íñigo Méndez de Vigo. «Sé que apoya la cultura, es muy culto y sabe de lo que habla; pero ahora hay que conquistar al ministro de Hacienda», dice la actriz, que tuvo al político como invitado en 'Cine de barrio', el programa que presenta en TVE. «Tenemos un gran ministro de Cultura y portavoz del Gobierno porque es un hombre culto, sincero y muy preparado», aseguró.

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Nacida en Valladolid el 29 de noviembre de 1939, actriz precoz, muy querida y respetada desde sus comienzos, Concha Velasco ha tocado todos los palos de la profesión encadenando éxitos en el cine, el teatro y la televisión. Entre los 10 y los 20 años estudió ballet clásico, danza española y solfeo en el Conservatorio Nacional de Música y Danza de Madrid, ademas de Arte Dramático. Acaso más popular por sus papeles en el cine y la tele, jamás dejó de asumir desafíos escénicos. Desde su ya lejano debut en la revista '¡Ven y ven al Eslava!' (1959), escrita y dirigida por Luis Escobar, ha trabajado con todos los grandes directores y dramaturgos de la escena reciente, como Buero Vallejo, Antonio Gala, Martín Recuerda, Eduardo de Filippo, Marsha Norman y Tennessee Williams.

Encadenó comedias de Alfonso Paso como 'Los derechos de la mujer' (1961) y 'Las que tienen que servir' (1962), musicales como 'The boyfriend' (1962) y clásicos como 'Don Juan Tenorio' (1964). No desdeñó piezas más comprometidas como 'El cumpleaños de la tortuga' (1966), 'El alma se serena' (1969), 'Las cítaras colgadas de los árboles' (1974), 'Las arrecogías del beaterio de Santa María Egipciaca' (1977), 'Filomena Marturano' (1979), 'Buenas noches, madre' (1985), 'La rosa tatuada' (1997), 'Las manzanas del viernes' (1999) e 'Inés desabrochada' (2003).

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Su éxito escénico más popular llegó con 'Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?' (1981) y 'Mata-Hari' (1983), musicales escritos y dirigidos por Adolfo Marsillach, con 'Mamá, ¡quiero ser artista!', 'Carmen, Carmen', 'La Truhana' y 'Hello, Dolly!'. Este premio se suma a una inacabable nómina de reconocimientos, entre ellos tres Goyas, cinco premios de la Unión de Actores y dos Max.

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