La católica se come la tara de los másteres con títulos 'onlin' y semipresenciales

La UCAM lidera con amplia diferencia y de manera desproporcionada el censo de alumnos de máster universitario. A pesar de tener menos títulos en su catálogo que la UMU (50 en la Católica, frente a los 81 de la pública), los alumnos matriculados en 2015-2016 (el año tomado como referencia por la Comunidad para las tres instituciones) eran muchos más. Mientras en la UMU cursaban un máster 2.347 estudiantes, en la UCAM sumaban 3.156 los alumnos de postgrado. La UPCT matriculó en esos estudios a 387 alumnos. Entre las dos públicas juntas, apenas sumaban 2.734 inscritos.

La asimetría entre la UMU y la UCAM resulta llamativa si se tiene en cuenta que la primera es muy superior en tamaño, títulos, facultades y alumnos de grado. Hay un matiz de peso que diferencia el catálogo de másteres de la UCAM: la inmensa mayoría de los títulos oficiales de postgrado que imparte son semipresenciales u 'online', lo que significa que las clases se concentran en dos o tres días (las tardes de jueves y viernes y el sábado en muchos casos) y se permite más trabajo en casa. De hecho, aunque la oferta global es de 50, en realidad son 40, pero algunos están duplicados en bilingüe u otros formatos.

En la oferta de másteres universitarios de la UCAM abundan los títulos 'online', que permiten captar a alumnos de cualquier ciudad o país. En ese formato se imparten por ejemplo los másteres de Cardiología, Bioética, Ciencias de la Salud y Criminología, Derecho Militar o Dirección de Empresas. En algunos casos, esos mismos títulos también ofrecen modalidad presencial. «Todos los títulos están acreditados, verificados, y cumplen todas las garantías. La UCAM está mirada con lupa», defiende el vicerrector de Calidad y Ordenación Académica, Manuel Ruiz, quien resta importancia al informe desfavorable que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca) emitió en 2012 sobre uno de los cursos del máster de Canales, Caminos y Puertos que imparte la UCAM. «Fue un problema puntual de organización; de hecho, ese máster acaba de ser acreditado de nuevo y nunca ha dejado de impartirse», defiende Ruiz, quien garantiza que todos los trabajos de fin de máster (TFM) son defendidos ante un tribunal integrado por al menos tres miembros y que el alumno está obligado a entregar cuatro copias en formato electrónico que quedan depositadas en el repositorio de trabajos de la institución.

La Universidad de Murcia oferta actualmente 80 títulos de máster, todos, salvo cinco, presenciales. Para el vicerrector de Planificación de Enseñanzas, José Manuel Mira, el protocolo de la UMU no deja resquicio a la duda o la trampa. De hecho, las irregularidades detectadas con el máster de Cristina Cifuentes en la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid le parecen incomprensibles. «Es sorprendente», asegura Mira, quien sostiene que los alumnos de máster de la UMU están obligados a 'subir' la memoria de su TFM antes de defender su trabajo con una aplicación informática. «Las calificaciones se firman electrónicamente, y si se detecta cualquier error y el profesor quiere modificarla, está obligado a completar una instancia explicando los motivos». El estudiante tiene que defender la tesis ante al menos tres miembros de tribunal, y su calificación también queda expuesta en la intranet de la UMU. La institución pública completa sus controles desde hace un año con un 'software' detector de plagios capaz de localizar textos pirateados.

En la UPCT, explica el vicerrector de Ordenación Académica y Calidad, José Luis Muñoz, se sigue el mismo protocolo, que no es otro que el ordenado para todos los títulos universitarios españoles por el real decreto 1393/2007, detallado después en el reglamento de todas las universidades españolas.