Los resultados de la escala de atribución de responsabilidades sobre la situación del Mar Menor convierten al Gobierno regional en la principal institución responsable de esta crisis, aunque el Gobierno central no se sitúa, de media, a demasiada distancia. En líneas generales, se establece un nexo de causalidad entre la acción o inacción de los poderes públicos y la degradación del ecosistema, lo que implica una clara problematización de la cuestión a nivel político.
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Volviendo al papel desempeñado por los dos gobiernos, se observa una diferencia fundamental: la tendencia a atribuir responsabilidad destacada al Gobierno regional es menos dispersa entre la muestra, es decir, hay un mayor consenso social, mientras que en el caso del Gobierno de España, las respuestas se polarizan significativamente según la ideología o la adscripción partidista de los individuos. Además, resulta llamativo que los votantes de Vox atribuyan menos responsabilidad al Gobierno regional en la situación del Mar Menor que los propios votantes populares, de lo que cabría entender que las posiciones sostenidas hasta ahora por San Esteban han convencido más a los partidarios de Vox que a sus simpatizantes. Un 12,5% de los votantes de Vox exonera de toda responsabilidad al Gobierno regional, frente al escaso 3,5% de los votantes populares que se expresa en iguales términos.
Asimismo, los resultados de este Barómetro de Otoño han evidenciado mayor atribución de responsabilidad a la agricultura que al turismo y también la existencia de un destacado acuerdo a la hora de estimar la utilidad de aquellas medidas que suponen una regulación o limitación de las condiciones de desarrollo de la actividad agrícola en la comarca, especialmente en lo referido a la prohibición de vertidos. No puede pasarse por alto, no obstante, que el debate sobre la agricultura parece haberse transformado en un eje conflictivo a nivel ideológico y es que, cuanto más a la derecha se sitúan los votantes, menos tienden a culpar a este sector de la situación de la laguna. En definitiva, la clásica tensión entre economía/empleo y medio ambiente (valores materialistas y posmaterialistas) cobra vigencia destacada en este asunto.
Sobre el amplio abanico de medidas que se han planteado para solucionar la situación del Mar Menor, la conclusión más evidente del estudio es la percepción de escasa utilidad que el dragado de la gola de Marchamalo genera. Tanto es así que esta medida es, de todas las planteadas a los encuestados, la que obtiene una media de utilidad más baja, contrastando con el amplio apoyo social que despiertan el Plan de 'Vertido Cero', la prohibición de los vertidos agrícolas con nitratos o la ILP para dotar de personalidad jurídica al Mar Menor. El caso de la ILP es realmente interesante por su condición de movimiento social que ha logrado canalizar, a través de una acción colectiva de base, de alto contenido simbólico y emocional, la pulsión cívica sobre la necesidad de proteger el Mar Menor, más allá de todo debate técnico sobre su alcance real. Debe destacarse, en particular, que la ILP es asumida como más útil por los votantes populares que una de las medidas estrella de su partido en estos últimos meses, el dragado de la gola de Marchamalo. Se ha convertido la ILP, así, en una movilización transversal con simpatías múltiples más allá de pequeñas variaciones según filtros partidistas.
Si analizamos, por último, la conexión entre los ciudadanos y las posiciones que los diferentes partidos han sostenido a propósito del estado del Mar Menor, a pesar de la mayor atribución de responsabilidad al Gobierno regional y de la poca aceptación que la apertura de la gola de Marchamalo ha tenido, el Partido Popular es la formación cuyas posiciones siguen estableciendo una mayor capacidad de identificación entre los electores, algo lógico si observamos la proyección electoral del estudio. Ahora bien, se intuye cierta brecha generacional, propia de los debates posmaterialistas que vinculan a las nuevas generaciones con sensibilidades ecologistas, y es que, los más jóvenes (18 a 30 años) consideran que el partido más cercano a su propia posición en el asunto es el PSOE. Respecto al análisis de resultados por comarcas, la zona en la que más identificación con las posiciones del PSOE se produce es, precisamente y junto con el Noroeste, en la 'zona cero', la comarca de Cartagena-Mar Menor. Por el contrario, donde un porcentaje mayor de ciudadanos afirman sentir que la posición del PP es más cercana a la suya es en las comarcas del Altiplano y el Guadalentín. El futuro dirá cómo evoluciona el impacto del Mar Menor sobre el comportamiento político de los ciudadanos. Lo que nadie puede dudar ya es de que la salud de la laguna va camino de convertirse en el gran tema político regional de la década, como el agua lo fue a principios de este siglo.
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