Antidepresivos en una farmacia en una imagen de archivo. P. M.

El consumo de antidepresivos se dispara en rentas bajas, pensionistas y parados

La Región es la tercera comunidad con mayores tasas de afectados por trastorno mental y del comportamiento

Lunes, 13 de noviembre 2023, 01:07

La Región de Murcia es la tercera comunidad con mayor prevalencia de trastornos mentales y del comportamiento, y las cifras van al alza. Así ... se recoge en el último Informe del Sistema Nacional de Salud (SNS), publicado la semana pasada. Por cada 1.000 murcianos, 427 tienen diagnosticado algún problema de salud mental, mientras la media nacional se sitúa en 357. Solo Canarias y la Comunidad Valenciana superan las tasas de Murcia.

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Pero el empeoramiento de la salud mental se refleja también en otros indicadores. El consumo de antidepresivos se ha disparado un 30% en la Región desde 2018. Si en ese año se consumían 86 dosis diarias por cada mil habitantes, en 2022 se alcanzaron las 112,2. Son cifras claramente superiores a la media nacional, que se sitúa en 98,8. Solo Asturias, Extremadura y Galicia presentan mayores niveles de consumo de antidepresivos que la Región de Murcia.

De este incremento en el uso (o abuso) tanto de los antidepresivos como de las benzodiacepinas se lleva tiempo advirtiendo. Pero un análisis de la información que ofrece el Ministerio de Sanidad en sus bases de datos permite ahondar en un aspecto al que no se le suele prestar tanta atención: las personas con rentas bajas, los pensionistas y los desempleados recurren a los antidepresivos con mucha mayor frecuencia que quienes disfrutan de altos ingresos o al menos tienen un trabajo.

Las dosis diarias que se ingieren en la Región se han incrementado un 30% desde 2018, hasta las 112 por cada mil habitantes

Así, entre los murcianos con rentas superiores a 100.000 euros anuales, el consumo de antidepresivos se sitúa en 54,9 dosis diarias por cada mil personas. Esta tasa se triplica entre las rentas muy bajas. En concreto, en este segmento especialmente vulnerable de la población se superan las 163 dosis por mil.

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Asimismo, mientras entre las personas activas y con empleo se consumen 69,1 dosis diarias por cada mil habitantes, los murcianos en paro llegan a las 131,07 por mil. Pero donde más se dispara la tasa es entre los pensionistas (254 dosis de antidepresivos al día por mil).

«Medicalización del malestar»

Los datos no sorprenden a los expertos. «El aumento de prescripción de antidepresivos y ansiolíticos es una deriva a nivel mundial, aunque en España llevamos la delantera, y tiene que ver con la medicalización del malestar, de problemas que son sociales», advierte el psiquiatra Félix Crespo, que actualmente ejerce en el centro de salud mental de San Andrés, en Murcia. Desde esta perspectiva, no es de extrañar que el consumo sea muy superior en los más vulnerables. Hay, además, un dato que también apunta en esta dirección. Aunque la Región de Murcia es una de las comunidades con mayor prevalencia de trastornos mentales, se sitúa en la media de ingresos hospitalarios por esta causa, de acuerdo al último informe del Sistema Nacional de Salud. «El indicador de hospitalizaciones correlaciona bastante bien con el trastorno mental grave, mientras que la prevalencia global incluye también el trastorno común, que está más relacionado con los factores sociales como renta, paro, o bajos niveles educativos», subraya Crespo. «Que Murcia esté en la mitad de España más desfavorecida hace que estas diferencias entre la prevalencia y las hospitalizaciones tenga sentido», concluye.

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El consumo en las rentas muy bajas triplica al que se registra entre las clases más altas

La Federación de Salud Mental de la Región de Murcia confirma que, «sin ninguna duda», la incidencia ha aumentado desde la pandemia, y apunta también a la importancia de los factores sociales. «Durante la crisis por la covid hubo familias que se quedaron sin ingresos. Muchos padres entraron en problemas de ansiedad, depresión o insomnio fruto de esta situación. El empeoramiento de su salud mental fue un claro efecto de la situación económica por la que estaban pasando», reflexiona Pilar Morales, presidenta de la federación.

Soledad en la gente mayor

Los consumos más elevados se registran entre los pensionistas. «Presentan tasas enormes, por situaciones de soledad y por la acumulación de tratamientos que se han alargado en el tiempo y que no han sido resolutivos. Al final, el abordaje con medicación de problemas que son sociales deriva en una cronificación, y hay situaciones en que esos fármacos ya no se pueden retirar», avisa Félix Crespo. En la soledad que castiga a muchos mayores incide Rebeca Abad, psicóloga de la Federación de Salud Mental: «Durante la crisis sanitaria por la covid, la gente mayor se vio sola y desbordada. Indudablemente, la pandemia ha tenido un efecto sobre su salud mental».

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Tras el elevado consumo de antidepresivos y otros fármacos entre los más vulnerables hay otras claves, señalan los expertos. «Las diferencias de renta inciden en la posibilidad o no de poder acceder a recursos no farmacológicos. Quien pueda tener acceso a un psicoterapeuta, es posible que se medique menos», señala Crespo. Pero el colchón económico también ayuda a «llevar a cabo cambios en tu vida» que permiten resolver las situaciones que generan este malestar. La psicóloga Rebeca Abad apunta, también, a que entre los niveles educativos más altos hay «menos estigma» de la enfermedad mental, lo que puede llevar a que busquen antes la ayuda de profesionales, sin recurrir directamente al fármaco.

El uso de estos fármacos se duplica entre los jóvenes

Aunque el consumo de antidepresivos y ansiolíticos es muy superior entre las personas mayores, los jóvenes recurren cada vez más a estos fármacos. En 2018, los murcianos de entre 15 y 34 años tomaban 16,6 dosis diarias de antidepresivos por cada mil habitantes. En 2021, la cifra se había duplicado, hasta las 32,36. La tendencia es la misma en el caso de los ansiolíticos: de 7 dosis por cada mil habitantes en 2018 se ha pasado a 14,6.

Los datos del Ministerio de Sanidad también confirman la necesidad de abordar el problema con perspectiva de género. Las mujeres murcianas consumen 139,8 dosis diarias de antidepresivos por mil habitantes, frente a las 54,6 en el caso de los hombres. Los mayores problemas de salud mental entre las mujeres se reflejan también en los datos de prevalencia: mientras entre ellas se registran más de 450 casos de trastorno mental o del comportamiento por cada 1.000 habitantes, en los hombres la cifra desciende ligeramente de los 400.

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