Confiesa que se ocultó nueve años en Torre Pacheco tras matar a un joven de un navajazo

Christian Leonardo P. S. optó por confesar. Este ecuatoriano de 29 años admitió ayer, en un juicio ante la Audiencia Provincial de Alicante, que en julio de 2008 mató de un navajazo en el corazón a un compatriota en la localidad alicantina de Novelda. El homicida confeso también relató cómo se ocultó durante nueve años en la pedanía pachequera de Roldán bajo la identidad de su hermano.

El juicio contra Christian Leonardo P. S., que en el momento de los hechos contaba con 19 años, se inició este martes ante un jurado popular, en una vista que está previsto que dure tres días. El acusado fue detenido en julio de 2017 en la pedanía pachequera de Roldán, donde utilizaba la identidad de su hermano (que había regresado a Ecuador) y donde tenía un contrato de trabajo en una empresa agrícola.

La Fiscalía y las acusaciones particulares de los padres, la viuda e hijo de la víctima -entonces de 4 años- piden 14 años de cárcel por homicidio e indemnizaciones de hasta 150.000 euros. La defensa, sin embargo, rebaja la solicitud a entre uno y 4 años por un caso de imprudencia grave con resultado de muerte.

El acusado explicó que, en la medianoche del 7 de julio de 2008, había bebido durante hora. En una calle, se encontró con otro joven con el que su hermano había tenido problemas y que iniciaron una discusión. Según su versión, el otro llamó a otro grupo cercano y estos se le «abalanzaron», por lo que se sintió «amedrentado» y con «miedo», ante lo cual emprendió la huida pero le alcanzaron.

En un momento dado, explicó que sacó el llavero, donde tenía una navaja de unos tres centímetros de hoja y, sin saber bien cómo pero en todo caso tratando de apartarles, hirió mortalmente de una puñalada a la víctima, Ricardo Vladimir M.U. El acusado recalcó que «jamás» tuvo intención de causar la muerte, aunque emprendió la huida «sin mirar más atrás».

Su intención inicial, aseguró, era entregarse, pero, explicó, sus primos le aconsejaron que esperara «unos días» porque su madre dependía económicamente de él. El procesado aseguró que le «mortifica» pensar en el hijo, la viuda y los padres de la víctima.