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La tasa de reutilización o reciclaje de los desechos que los murcianos vierten a los contenedores está muy lejos todavía de alcanzar los niveles deseados. El porcentaje regional de residuos domésticos que se tratan de forma adecuada para darles una nueva vida útil acumuló ... entre 2020 y 2022 una caída de 3,5 puntos, hasta reducirse al 25,5%, una cifra que no despega pese a los plazos que marcan las políticas de la Unión Europea en sus planes sobre economía circular. En una década, esa tasa debería ser del 65%, pero es que este mismo año la Comunidad debería estar ya en el 55% de los residuos domésticos sometidos a un proceso de reciclaje.
Hace dos años, los últimos datos disponibles, 534.000 toneladas de basura de los hogares murcianos fueron rechazadas de las plantas de tratamiento y de clasificación de residuos de envases y depositadas en vertederos, a lo que habría que sumar otras 15.800 toneladas que ni siquiera se sometieron a un tratamiento previo y que acabaron en el mismo lugar. Sólo 188.000 toneladas fueron recicladas. Las directrices marcadas por Bruselas y la normativa española de residuos obligan a reducir el depósito en vertederos de las basuras de los hogares este año al 40%, veinte puntos menos en 2030 y rebajarlo hasta el 10% en 2035.
Si añadimos los residuos comerciales, en la Región de Murcia se generaron entonces 764.374 toneladas, una cantidad que ha ido creciendo en los últimos diez años conforme ha aumentado la población. Lo preocupante es que, de ese volumen de basura, un escaso 15,6% fueron desechos que se recogieron de contenedores de reciclaje (papel, metales, plásticos, vidrio, biorresiduos, textiles, aceites, etc). El 82% fue catalogado como 'recogida no separada'.
Hay trabajo por delante, y conseguir esos objetivos dependerá en buena medida de las acciones que se impulsen desde el Plan de Gestión y Prevención de Residuos de la Región de Murcia 2024-2035 de la Consejería de Medio Ambiente, a cuyo borrador ha accedido LA VERDAD y que ya llega con retraso (está en trámite ambiental) tras prorrogase la vigencia del anterior aprobado en 2016. El nuevo nacerá, incluso, con objetivos ya incumplidos, y contará con un presupuesto de 373,95 millones de euros hasta 2035, sostenido en gran medida con fondos europeos.
La mayor parte de la partida para la próxima década irá destinada a la construcción de nuevas plantas que permitan revalorizar a nivel energético los desechos que no son reciclables. «Los límites de vertido de residuos municipales establecidos en el Real Decreto 646/2020 y la situación de los vertederos en la Región de Murcia, alguno de ellos cerca del final de su vida útil, hacen necesaria la búsqueda de alternativas robustas para la gestión de los rechazos no reciclables de las plantas de tratamiento de residuos más allá de su vertido». Un primer plan, que se encargará de gestionar el Consorcio de Residuos de la Región, es la construcción de una nueva planta en San Javier para la producción de compost con capacidad para tratar 20.000 toneladas anuales.
1,31 kilogramos por habitante y día es la cantidad de residuos recogidos de forma separada.
53.000 toneladas de basura rechazada al año en los vertederos regionales, objetivo para 2035.
15,6% de la basura de los contenedores se recoge separada por tipo de residuo reciclable.
769.214 toneladas de basura gestionadas en 2021, año récord en la Región de Murcia.
La adaptación de otras instalaciones, como las previstas en Ulea y Lorca, permitiría tratar residuos orgánicos (restos de comida o podas) mediante la digestión anaeróbica para producir biometano. En plena movilización vecinal por la instalación de plantas de biogás en varios municipios de la Región, la Comunidad quiere impulsar esta alternativa en los centros de gestión de residuos para el autoabastecimiento o su inyección a la red de transporte. Cañada Hermosa ya dispone de un proceso de biometanización. En paralelo a estas medidas, las plantas también deberán adaptarse para acoger los desechos del contenedor marrón, que deberá estar instalado en todos los municipios antes de terminar 2025. Estos residuos suponen hoy en día el 35% de la basura que se recoge de los contenedores sin que esté separada.
El plan contempla inversiones en centros de tratamiento para gestionar mejor y en más cantidad los envases y desechos inorgánicos, la recogida separada de todo tipo, e incluso menciona que se deberán revisar al alza la tasa municipal de residuos (como ya está ocurriendo en la mayoría de territorios) o el impuesto de vertidos: «Se valorará la creación de nuevos cánones sobre la generación de residuos, incentivando la reducción en el origen y la valorización. Los ingresos generados se destinarán a proyectos de prevención y gestión de residuos», subraya el documento.
Medio Ambiente advierte de que se adoptará durante el siguiente ciclo del plan «un sistema de pago por generación de residuos, donde la ciudadanía y empresas paguen en función de la cantidad de residuos que generan, promoviendo así una mayor concienciación y reducción», en línea con lo que marca la ley de residuos. Serán los ayuntamientos los que estimen cómo fijar la cuota, la forma de cobrarla o las posibles exenciones, guiados por las directrices del Ministerio de Hacienda. El plan de residuos establece también la opción de que intervenga la Comunidad Autónoma «sólo en la medida en que los objetivos de la acción pretendida no puedan ser alcanzados por los agentes involucrados». El documento busca frenar el residuo en origen y en el sector privado, pero no marca líneas claras al respecto y solo incide en «limitar la generación» de basura «animando a las empresas productoras y a los consumidores a apostar por productos y servicios que generen menos residuos».
Y es que otro objetivo que marca el plan es reducir a 435,35 kilogramos por habitante la generación de residuos en la Región de Murcia, cuando ahora cada murciano desecha media tonelada anual. El Instituto Nacional de Estadística prevé que la población autonómica se incremente un 16% en doce años, un escenario que presiona aún más a las administraciones ante el temor de que la generación de residuos aumente sin que a la vez lo haga el reciclaje.
El rechazo en vertedero deberá quedarse en 53.000 toneladas anuales en 2035, hecho que también preocupa: «Si bien, en los próximos años, el escenario es optimista frente a la capacidad de almacenamiento de los residuos, la planificación frente a los emplazamientos de disposición final no se circunscribe únicamente al volumen remanente de los vasos existentes, sino que requiere de una correcta localización de los puntos de vertido y del cumplimiento estricto de las restricciones de los porcentajes de rechazo a vertedero marcados. Es por ello por lo que el volumen disponible para rechazo en vertederos en la Región de Murcia debe aumentarse llevando a cabo posibles ampliaciones de los vertederos existentes».
El Plan de Gestión y Prevención de Residuos de la Región de Murcia 2016-2022 ha tenido un avance irregular en la Comunidad, pese a que se tuvo que prorrogar durante la pandemia. El 42% de las medidas están ejecutadas y el 26% en alguna fase de ejecución, pero un tercio de ellas no se han llegado a iniciar, la mayoría correspondientes a la gestión de residuos industriales, comerciales o de la construcción. Las acciones para favorecer la gestión adecuada de los residuos domésticos son las que más se han implementado a lo largo de estos ocho años. Además, solo se ha cumplido un 14% de los objetivos establecidos en 2016, vinculados a actuaciones concretas llevadas a cabo en instalaciones o sobre desarrollo normativo.
Reducir la comercialización de plásticos de un solo uso un 50% en 2026; frenar hasta la mitad el desperdicio de alimentos en 2030 o rebajar un 5% la generación de residuos peligrosos en la Región de Murcia son objetivos marcados por el nuevo plan de residuos hasta 2035. El documento, cuya aprobación no debería retrasarse mucho más, plantea un sistema de recogida separada de aceites de cocina que dé cobertura a todo el territorio regional en 2030 y otro para la basura electrónica, la valorización energética del 25% de los residuos no reciclables o la gestión completa de los residuos sanitarios y los lodos de depuradoras en toda la comunidad.
Estas últimas medidas son propuestas incorporadas desde la propia Consejería de Medio Ambiente, pero luego hay otras de obligado cumplimiento por las directivas europeas y normas estatales. Entre ellas está la de reciclar en peso el 85% del cartón y papel, el 75% del vidrio y el 55% del plástico en cinco años. Habrá una revalorización de un mínimo del 65 % en peso de todos los residuos de envases en 2025 y del 70% en 2030.
Respecto a la recogida en contenedores por colores, el plástico deberá abarcar en diez años el 75%, los metales el 80%, el aluminio el 60%, el vidrio el 90%, el cartón para bebidas y alimentos el 90% y el papel cartón el 95%.
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