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Apenas entre el 20% y el 25% del pequeño comercio regional decidió ayer abrir sus puestas «para atender algunos pedidos de clientes mediante encargos para recoger o en los casos de contar con cita previa». Así lo estimó el presidente de la Federación Murcia Área Comercial (Femuac), Santiago Vera, a LA VERDAD, que manifestó que la mayoría del sector lo que hace es «aprovechar esta semana para adecuar sus establecimientos y dotarse del material necesario de protección de cara al próximo lunes».
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Porque ese día, el 11 de mayo, es cuando está previsto, en principio, el inicio de la Fase 1 de la desescalada y, por lo tanto, la apertura efectiva al público mediante el cumplimiento de todos los protocolos de seguridad. «La gente hace limpieza, así como acopio de mascarillas, guantes, geles, entre otros; y desde las propias asociaciones estamos haciendo cartelería para instalar donde se informa a los clientes de que se trata de comercios seguros que cumplen los requisitos del decreto para poder abrir», indica Vera.
«Todos nos estamos preparando para ello, asumiendo el coste económico, aunque realmente no se sabe con total seguridad si vamos a poder abrir, depende de las autoridades sanitarias, ya que aunque la evolución de la pandemia es buena, estamos supeditados a que siga siéndolo», admite.
La federación de autónomos ATA cifró también en torno al 20% el porcentaje de apertura en el primer día de la Fase 0 en la mayor parte del territorio nacional. Espera eso sí que a lo largo de la semana pueda avanzarse para llegar en torno al 40%.
Desde la Cámara de Comercio de Murcia reconocieron que «la incertidumbre supuso la tónica dominante» en este primer día en que los comercios y locales de servicios profesionales de menos de 400 metros pudieron abrir con cita previa, sobre todo, porque los detalles de los requisitos que deben cumplir se conocieron el domingo por la tarde» tras la decisión del Gobierno de España.
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De nuevo, en palabras del presidente cameral, Miguel López Abad, «la improvisación y la falta de interlocución con los sectores afectados están dificultando una situación ya de por sí complicada». Y es que, según las consultas que se reciben en los servicios de la institución empresarial, «una gran mayoría está esperando para ver qué sucede estos primeros días, si hay demanda de clientes y si les resulta rentable reabrir con las nuevas condiciones».
En concreto, se subraya la existencia de sectores «especialmente sensibles, como el textil, donde hay que implementar medidas, entre las que se incluye higienizar cada prenda ya probada antes de facilitársela a otros clientes, sin que se haya determinado el procedimiento».
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En este sentido, existe cierto desconcierto con respecto a los criterios y exigencias que se establecen. «Y entiendo que gestionar esta situación no tiene que ser fácil, pero también es cierto que muchos colectivos hemos ido por delante, por lo que tampoco puedo comprender que asociaciones sin recursos vayamos por delante de un Estado». Por ello, es evidente que «cada uno tiene que asumir su responsabilidad por difícil que sea, poniendo muchos medios encima de la mesa», en palabras de Santiago Vera.
Para el representante del comercio murciano de proximidad, lo peor es que «no veo medidas contundentes frente a la que se avecina, en cuanto a cierres de negocios y pérdidas de empleo, porque si no se vende será imposible mantener la actividad y no quedará más remedio que despedir a empleados». Y aunque a situación podrá remontar poco a poco, tiene claro que «en el camino se va a quedar mucha gente».
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Con todo, el pequeño autónomo valora de forma positiva la apertura ya de los comercios, con su adelanto al máximo en esta situación de estado de alarma, pero también es claro que, en general, se denuncia «el contexto de incertidumbre y desinformación con los protocolos de seguridad y aspectos concretos en los que se está llevando a cabo esta vuelta a la actividad», ya que se avisa «a escasas horas de tener que abrir, lo que en la práctica dificulta enormemente la apertura», denuncian desde la Confederación Española de Comercio (CEC).
Igualmente, recuerdan que «no hay suficientes EPIS disponibles para público y empresas, así como sistemas de control vírico en los procesos de venta y atención a los consumidores».
No obstante, en el caso de otras actividades, como las peluquerías en la Región, «la demanda está siendo más dinámica, con muchas citas ya concertadas, pero también deben valorar si requieren inversiones como mamparas, mostradores, señalética o material desechable que incrementarán los costes», resaltan desde la Cámara.
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Desde ATA apuntan que pudo abrir ayer el 50% de las peluquerías, mientras esperan que en los próximos días alcancen al menos al 70%. En cambio, el impacto de aperturas fue mínimo en hostelería, y tampoco se prevé mejora.
Murcia
La libreta donde Soraya apunta las citas previas tiene una decenas de hojas ocupadas con las próximas visitas de sus clientes. Hasta dentro de dos semanas están todas las horas reservadas en la peluquería Oh my cut!, situada frente al bulevar Cetina de Murcia, donde trabaja. Juana, una clienta, se asoma a la puerta. «¡Quédate en la entrada, no pases. Te apunto desde aquí!», le indica la empleada desde el interior del local. La mujer se ha acercado para pedir cita. «Está todo cogido hasta mitad de mayo, pero te voy a hacer un hueco para mañana, a las dos del mediodía. ¿Te parece?». Juana asiente: «Vale, quiero tinte y corte, un completo», expone la clienta. El propietario del local tuvo la previsión de abastecerse de todo el material de protección necesario par abrir en condiciones de seguridad: geles hidroalcohólicos, guantes, mascarillas… «solo nos falta recibir las calzas para los pies», señala Soraya.
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Las peluquerías levantaron ayer la persiana siguiendo las normas de seguridad y atendiendo con cita previa, tal y como se ha establecido en la Fase 0 de la desescalada. En la peluquería Martínez Pascal, situada en la calle Polo de Medina, Ana Belén Martínez, la encargada, cuenta que también han adaptado su actividad a la normativa de seguridad, con hidrogeles colocados en todo los tocadores, mascarillas y guantes a disposición de los clientes y desinfectante para las suelas de los zapatos.
Aquí comenzaron apuntar las asistencias programadas de los clientes hace quince días. «Publicamos en nuestras redes sociales que teníamos una lista para coger cita previa, y las próximas tres semanas están completas. ¿El tratamiento que más se pide? El tinte. Un mes y medio con canas es demasiado tiempo», apunta.
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Rocío, una clienta, confirma, en tono jocoso, que ha sido complicado no poder realizar los tratamientos capilares y de estética habituales. «Esta primavera se lleva el 'estilo Rigodón' -en referencia al personaje animado de 'La vuelta al mundo de Willy Fog'-», bromea la mujer.
La posibilidad de abrir, con cita previa y medidas de seguridad, de los establecimientos comerciales minoristas y de prestación de servicios de hasta 400 metros cuadrados sorprendió a sus propietarios. Muchos de ellos criticaron la «incertidumbre que tienen ante la falta de información y de previsión» por parte del Gobierno.
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Uno de los dueños que mantiene sus dudas sobre cómo organizar su actividad es Miguel, de Ferretería Murciana, en la calle Isidoro de la Cierva. Ayer abrió su negocio «a medias», es decir, con la reja entreabierta y atendiendo desde el interior del local a los clientes que aguardan en el exterior. «El anuncio del sábado me cogió desprevenido y sin capacidad para reaccionar, así que esta semana despacharé como pueda e iré preparando las instalaciones para el próximo lunes cuando esté todo más claro», manifiesta Miguel, el propietario, mientras pasa una tostadora a una clienta a través de la abertura de la persiana.
En el caso de los propietarios de las tiendas de ropa, la gran mayoría han optado por dedicar estos siete días a acondicionar los locales. En la tienda textil Hughon, en la calle Jabonerías, Javier Fernández, se dedica ordenar el género, limpiar y a organizar el espacio. «Nos ha pillado con el paso cambiado. Prefiero abrir el día 11 de mayo, cuando no hará falta pedir cita previa. En las tiendas de ropa es muy complicado funcionar de esa manera, salvo que sea un encargo para una boda o una comunión, celebraciones que están suspendidas», apunta el dueño, quien asegura que ha encargado una máquina de ozono para higienizar el local, «pero hay mucha demanda».
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La tienda Woman Boutique, en la calle Alejandro Seiquer, es uno de los pocos negocios textiles que ayer abrió al público con cita previa. «A las seis de la tarde viene una clienta a ver ropa», explica Ángela Carrillo, la encargada del establecimiento. La publicidad en redes le ha asegurado una veintena de clientes con turno programado esta semana. Una de las medidas para los locales textiles requiere esterilizar las prendas que el consumidor se prueba y no adquiere. «Hemos comprado una plancha de vapor con desinfectante para pasarla a cada vestido, que además dejaremos apartado para tener un plus de seguridad», concluye Carrillo.
Por Raúl Hernández
Cartagena
En la peluquería de Belén Moreno, ubicada en Cartagena, ella y sus trabajadoras no daban abasto ayer, tras casi dos meses cerradas al público. «Tenemos completo para las tres próximas semanas y aún siguen viniendo clientes», asegura esta empresaria, feliz de «volver un poco a la normalidad».
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Este sector, como el de las ferreterías, centros de belleza y de reparaciones y joyerías, entre otros, abrieron ayer sus puertas, no como las tiendas de ropa, zapatos, complementos y regalos. Estas esperarán al próximo lunes, indicaron desde varias asociaciones de comerciantes del municipio, entre ellas, Centro Comercial Abierto y Centro Comercial La Milla.
Las persianas echadas continuó siendo ayer la tónica general en Cartagena, aunque el ambiente ya fue diferente al de semanas anteriores. Por ejemplo, en el centro se vieron colas para entrar a algunos comercios, donde se atendía solo a una persona. El goteo en las tiendas fue continuo, como en la joyería Álvaro Olivares, donde atendían con cita previa.
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«Han venido muchos otros clientes sin cita y los hemos reubicado en las horas libres que teníamos», explicó la dueña, Mae Moreno. Y añadió: «Hemos sobrevivido gracias a las ventas a través de internet». Muy cerca de allí reabrió al completo -antes solo podía atender urgencias- la Óptica Oxford.
Contento de reabrir su centro de reparación de zapatos, en la calle Carlos III estaba Marian Vrinceanu, aunque el primer día tuviera pocos clientes. Sin parar estuvieron en la ferretería Cadena 88, en la avenida Reina Victoria. La afluencia en este caso fue constante. Su dueño, Juan Francisco Hernández, cree que el aluvión de clientes tan solo «aguantará unos días. Hemos tenido colas y agotado las citas de la mañana».
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En su tienda solo puede entrar una persona por dependiente, el resto debe esperar en la calle. Entre ellos estuvo Fernando Conesa, quien, aunque llevaba aguardando entrar en la ferretería casi diez minutos no le importó, «porque ahora las cosas han cambiado y nosotros también deberíamos cambiar».
Por Antonio López.
Lorca
«Necesitaba abrir, aunque no entre nadie», reconoció ayer a LA VERDAD Antonio Abellán, propietario de Lorpiel, una tienda de maletas y otra de bolsos en Lorca. Los suyos fueron de los pocos comercios de los sectores de complementos, calzado y textil que se decidieron ayer a subir la persiana en la Fase 0 de la desescalada, que exige cita previa para poder atender a los clientes. Desinfectó y preparó los establecimientos con un circuito para entrar y salir con el fin de que los clientes no se acerquen entre ellos.
En la peluquería canina Perrunos de la calle Murillo, su propietario Jhonny Muñoz se sentía «con los mismos nervios que el día de la inauguración». Tras el aluvión de citas pendientes, espera «un parón» para los próximos meses.
El presidente de la Unión Comarcal de Comerciantes, Iván López Bastida, confirmó a LA VERDAD que peluquerías y centros de estética abrieron ayer a pleno rendimiento y que el resto se prepara para la reapertura a lo largo de esta semana ajustándose al sistema de cita previa «al que no están acostumbrados. Hay ganas pero mucha incertidumbre y miedo», aseguró
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El 11 de mayo comenzará a funcionar entre los comercios asociados una plataforma de entrega a domicilio «que ha venido para quedarse» junto con la venta 'online', resaltó. El plazo de entrega, sin coste para el cliente será de un máximo de 12 horas en el casco urbano y de 24 en pedanías.
Por Inma Ruiz.
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