Paraje muleño donde se ubica el yacimiento del Cigarralejo, aún pendiente de excavar.

El Cigarralejo aún espera más de 200 exvotos que custodia Cultura

La Asociación de Amigos del Museo Ibérico pide a la Consejería que ponga en valor ya la colección de piezas de terracota donada por la familia de Emeterio Cuadrado

José Luis Piñero

Martes, 18 de abril 2017, 01:16

La Asociación de Amigos del Museo Ibérico del Cigarralejo (Asamic), en Mula, que cuenta con medio millar de socios, reclama a la Consejería de Cultura la «musealización» de la colección de más de 200 exvotos de terracota, que se encuentran depositados y guardados en dependencias del departamento autonómico, desde hace años, y que fueron donados por la familia del insigne arqueólogo, Emeterio Cuadrado, para que fuesen expuestos en el recinto museístico muleño.

Publicidad

Estas piezas de ofrenda que los gentiles hacían a sus dioses fueron encontradas en la zona del santuario del poblado del Cigarralejo, que aún está sin excavar, aunque sí se conoce bastante del enclave, gracias a los estudios realizados en su momento por Emeterio Cuadrado.

Desde el colectivo de amigos del museo no comprenden cómo puede llevar tantos años los exvotos sin estar en el lugar que le corresponden, habiendo espacio suficiente en el edificio para que estén expuestos, y más cuando la familia Cuadrado donó la colección para que estuviera expuesta en el museo.

Por ello, Asamic solicita apoyo y ayuda al Ayuntamiento de Mula para conseguir su puesta en valor, al igual que lo ha hecho con la Universidad de Murcia, dado que Emeterio Cuadrado recibió el título doctor 'honoris causa' por dicha institución.

El museo de arte ibérico, ubicado en el palacio del Marqués de Menahermosa -una típica construcción del barroco murciano-, dispone de las dependencias e instalaciones suficientes para la correcta conservación de las distintas colecciones, así como para la difusión del patrimonio, mediante su exhibición con fines didácticos y lúdicos, sin obviar la investigación y el estudio de los materiales que allí se custodian.

Publicidad

El teniente de alcalde, Francisco Llamazares, reconoce que «es una vieja reivindicación tanto de Asamic como de la dirección del propio museo, y por supuesto de los muleños». El edil añade que «hemos mantenido conversaciones con dirigentes de la Consejería, y hemos visto buena disposición para musealizar varias salas que se encuentran ahora mismo para exposiciones, que servirían para acoger dicha colección de exvotos».

Acuerdo de la asamblea

En una asamblea de socios de Asamic fue donde se llegó al acuerdo de elevar esta petición para que se expongan ya las piezas, así como recomendar a las administraciones la compra de los terrenos donde se encuentra el poblado y santuario del Cigarralejo. En concreto, esta solicitud se le hizo saber a Manuel Lechuga Galindo, jefe del Servicio de Museos y Exposiciones de la Consejería de Cultura. Hay que tener en cuenta que exponer los exvotos ha sido un objetivo siempre presente para los miembros del Patronato del Museo El Cigarralejo, integrado por las tres administraciones implicadas en su gestión (Ministerio de Cultura, Comunidad Autónoma y Ayuntamiento de Mula), así como la Asociación de Amigos de la Arqueología.

Publicidad

Un proyecto para ese año

Desde la Consejería de Cultura quieren sacar a redacción el proyecto este mismo año. De hecho, mantienen que próximamente se abordará una iniciativa conjunta de las tres instituciones para realizar los trabajos de adecuación de las instalaciones, con el objetivo de que este año se pueda sacar adelante la redacción de la musealización.

Por el momento, solo se ha excavado la necrópolis del Cigarralejo, así que falta el poblado y el santuario. Se trata de un yacimiento arqueológico cuya época corresponde al periodo ibérico (entre finales siglo V a.C - I. a.C) y está considerado como uno de los más importantes de la Región. Se localiza en un cerro de flancos abruptos, suavizados en la vertiente sureste que desciende hacia el río Mula, a unos tres kilómetros del casco urbano. Y cuenta con una superficie de unos 3.000 metros cuadrados. Por el momento, del poblado apenas se sabe que estaba amurallado y que los zócalos de las casas rectangulares fueron elaborados con piedras sin escuadrar de la zona. Una información recogida gracias sobre todo a los restos que aún hoy en día se vislumbran en superficie. Otra de las peculiaridades de esta necrópolis es que su descubridor, Emeterio Cuadrado, le dedicó cuatro décadas de trabajos sistemáticos, practicados entre los años 1948 a 1988. Precisamente, estos exvotos, que consisten en figurillas representando a personas, animales, armas y alimentos, entre otros, se depositaban en santuarios y lugares de culto.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Primer mes por 1€

Publicidad