J.G. BADÍA / F. ONRUBIA
Martes, 20 de enero 2015, 01:37
No hubo paños calientes: «Estamos en una situación de riesgo financiero». Así resumieron ayer fuentes municipales la deuda que mantiene el Ayuntamiento de Abanilla y que le ha forzado a elaborar un plan de reducción de la misma que se prolongará hasta 2019. El Consistorio no tenía otra alternativa, ya que la Ley de Presupuestos Generales del Estado no permite a las entidades locales «un endeudamiento superior al 75% de sus ingresos corrientes liquidados en el ejercicio anterior». En 2013, esta cifra en Abanilla fue del 127,35%, un 52,35% más de lo permitido, y la deuda de las arcas municipales llegó el pasado año a los 5.678.000 euros.
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La previsión para 2014 es rebajar esta ratio al 120%. Con estos niveles de endeudamiento, el Consistorio abanillero no se podía dirigir a ninguna entidad para financiarse, por lo que ha optado por elaborar un ambicioso plan que pretende reducir el nivel de endeudamiento en un 35% en solo tres años.
La previsión para 2015 es cerrar el año al 114%, pasando en 2016 al 95% y llegando finalmente al 78% un año después. Las mismas fuentes aclararon ayer que «no se contempla ninguna medida de ajuste». Es decir, no habrá recortes en Gasto Corriente ni Personal. «Lo único que hay que hacer es pagar regularmente los préstamos y destinar el remanente positivo de cada presupuesto a aminorar la deuda», indicaron.
De hecho, se prevé cerrar la cuenta de 2014 con un remanente positivo de 47.000 euros, que se destinará de forma obligada a aliviar la deuda, cuando Hacienda permite a los consistorios cumplidores con sus reglas desviarlo al capítulo de Inversiones. El plan será remitido al Ministerio esta semana para que reciba el visto bueno.
El plan no fue la única operación económica de calado formalizada por el equipo de gobierno del PP en el Pleno de ayer, ya que también se aprobó refinanciar un préstamo de 2,8 millones de euros suscrito en 2009 para pagar a proveedores. La medida pretende «reducir la carga financiera» y salió adelante con los votos del PP, la abstención del PSOE y la negativa del IUMA. Fuentes de Alcaldía explicaron que actualmente se adeudan 2.022.000 euros, que se financiarán hasta el 1 de julio de 2021, con un tipo de interés que bajará del 6,75% al 2,30%, lo que supondrá un ahorro en intereses de 300.000 euros.
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Pese a las medidas, la edil del PSOE, María José Atienza, denunció que «el PP está realizando una gestión nefasta, con préstamos refinanciados que dejan un escaso margen de maniobrabilidad para el nuevo presupuesto». Por su parte, la edil del IUMA, María Dolores Saurín, recordó que el citado préstamo «debería haberse saldado este año con el pago de 430.000 euros y que el pasado noviembre se renovó una póliza para gasto corriente por 450.000 euros. Encima de haber subido los impuestos y el IBI esta legislatura, no cumplen sus propios planes de saneamiento». Saurín criticó que «no ofrecen indicadores de cumplimiento, solo medidas improvisadas y un nuevo préstamo».
No aclara su futuro
El Pleno de ayer fue el penúltimo de la legislatura y también estuvo marcado por la reaparición del alcalde, Fernando Molina. Durante el pasado 2014, el regidor solamente acudió a dos de las siete sesiones celebradas.
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La última vez que se le vio por el Salón de Plenos fue en julio, y en septiembre dejó de ir al Ayuntamiento por recomendación médica: «Por motivos de salud, no debe llevar ninguna carga de tipo político durante al menos dos meses».
Molina no quiso aclarar ayer si volverá a liderar la lista popular: «A la prensa, ni un solo comentario, porque me habéis matado».
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