El cambio climático supondrá pérdidas de 1.230 millones en la agricultura hasta 2030

En el horizonte de 2030, los días de sequía en el Campo de Cartagena aumentarán de 96 a 109 por año, y los de Lorca de 65 a 75. Son los datos aportados este martes por la organización agraria Coag en su informe sobre el impacto del cambio climático en la agricultura del Arco Mediterráneo, que fue presentado en la sede del Consejo Económico y Social de la Región de Murcia. El secretario general de Coag, Miguel Padilla, subrayó que el campo regional ya sufre una pérdida del 6% de su producción, que en los próximos siete años se traducirá en unas pérdidas económicas de 1.232 millones de euros.

Coincidiendo con el Día Mundial Contra el Cambio Climático, Coag presentó su estudio 'Más claro, agua', significando que las mayores pérdidas en los años próximos irán asociadas al incremento del estrés hídrico en los cultivos debido al aumento de la evapotranspiración, y al descenso de las precipitaciones, que irá acompañado de una mayor frecuencia de sequías, hasta 5 y 10 veces más altas si las temperaturas suben 1,5 o 2 grados.

Con José Antonio Cobacho de anfitrión, y ante los representantes del sector agrícola regional, regantes, cooperativas, la consejera Sara Rubira, el presidente de la CHS, Mario Urrea, el diputado de Vox Alberto Garre, y miembros de Cámaras de Comercio, entre otros, Coag ofreció los detalles de su segundo informe anual sobre los efectos del cambio climático con la lupa puesta en el litoral mediterráneo.

Padilla destacó que la cuenca del Segura es una de las «zonas más vulnerables», donde se conjugan fuertes y reiterados episodios de DANA, y que a la vez, como elemento favorable, cuenta con la opción de desalar agua de mar, lo cual no está al alcance de otras regiones. «En Coag no somos fundamentalistas ni negacionistas del cambio climático. Tenemos la realidad que hay», expresó. En cuanto a las disponibilidades de agua, el informe indica que habrá una disminución global del 12% en la cuenca, y que los impactos se notarán más en las zonas de secano, que atraviesan «una situación bastante angustiosa».

También puso el foco en los seguros agrarios y pronosticó que si se sigue a este ritmo de siniestralidad asociada al cambio climático «vamos a llegar a un colapso del sistema». «Esto no va a ser soportable si no se busca otra fórmula. Vamos a tener un problema grave», indicó.

Uno de los autores del estudio, Jorge Fraile, responsable técnico del Área de Agua y Riesgos Climático de Coag a nivel nacional, destacó que el seguro agrario «no está diseñado» para hacer frente a los eventos que provoca el cambio climático. Detalló que en la Región de Murcia se está acentuando desde el año 2010 el aumento de días de sequía, que escalará hasta los 109 en el Campo de Cartagena, 75 en la zona de Lorca y 99 en Mazarrón en el horizonte del año 2030. Todo ello basado en un incremento de las temperaturas de un grado y medio.

Puso como ejemplo que los almendros, cítricos y frutales tendrán un rendimiento menor y que la cuenca del Segura puede ver reducidas sus aportaciones de agua de forma significativa hasta en un 20% respecto a la demanda bruta, lo que equivale al 16% de las necesidades totales de los cultivos. También se prevé una disminución del 20% en la recarga de los acuíferos, en el horizonte del año 2050,a sí como de las escorrentías.

En promedio, un aumento de temperatura de 1,5 grados implicaría una reducción del caudal de agua en un 12% en comparación con el periodo de referencia de 1961-2000, mientras que, en caso de alcanzarse los 2 grados, esta reducción sería del 15%.

Fraile indicó que está en juego la seguridad alimentaria» y que hay que tomar conciencia de que el cambio climático «ha venido para quedarse». Coag propone que se apoye a los regadíos, que son los más vulnerables junto al secano, y que haya una «planificación hidrológica integral basada en la sostenibilidad medioambiental, social y económica». Apuesta igualmente por la modernización y el uso de tecnologías eficientes en el ahorro de agua.

La consejera de Agua y Agricultura, Sara Rubira, reclamó al Gobierno de España nuevas infraestructuras hídricas en el Levante que estén adaptadas a las acondiciones climáticas más extremas como las de los últimos años. Señaló que informes como los de Coag «nos avalan a la hora de seguir reivindicando un Pacto Nacional del Agua en el que trabajemos todos y consensuemos», siempre bajo «el principio de solidaridad para que sea un proyecto de Estado». «Solo de esta forma», añadió, «podremos acabar con la actitud arrogante y de continuo castigo a quienes mejor tratan el agua, a nuestros regantes».

El presidente del CES, José Antonio Cobacho, apuntó que hay que prepararse para afrontar las consecuencias del cambio climático. Aprovechó para realizar una defensa del Trasvase Tajo-Segura y comentó que cuando se pone en discusión esta infraestructura «me dan ataques de nervios».

El secretario nacional de Coag, Miguel Padilla, que estuvo acompañado por el responsable regional de esta organización, José Miguel Marín, indicó que están presentado su informe en el resto de comunidades autónomas, cada una con su propia realidad. Dijo que el cambio climático no es solo la subida de un grado y medio de la temperatura, sino un conjunto de inclemencias meteorológicas «que han producido en los últimos años muchísimos daños y han llevado a una merma de producción, lo que sin duda ha afectado a los precios de cara al consumo».

Añadió que en este contexto «los agricultores tendremos que hacer las mejores prácticas, lo que no quiere decir que con esto sea suficiente». Consideró que el agua será «indudablemente uno de los factores que va a marcar el futuro en los próximos años». En cuanto al relevo estado generacional en la Región, apuntó que seis de cada diez personas agricultoras, «en el mejor de los casos», se habrán jubilado dentro de 10 años.

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