Vecinos en el cementerio de Espinardo, este domingo. Alfonso Durán / AGM

Visitas a 'cuentagotas' en el cementerio de Murcia

Sin restricciones. El aforo de Nuestro Padre Jesús, fijado en 10.000 personas, no llegó a superarse ya que en el 'pico' más alto, entre las 12 y las 13 horas, no coincidieron más de 2.000 a la vez

Domingo, 1 de noviembre 2020, 13:51

El Día de Todos los Santos con menos gente que se recuerda. Fue la tónica general en los cementerios del municipio, tanto en el de Nuestro Padre Jesús como en los de pedanías. Los mensajes de advertencia de las autoridades sanitarias hicieron mella a tenor de la escasa afluencia que se registró durante todo el día. Algo que contrastó con las terrazas de bares y restaurantes atestadas de gente en el centro de la ciudad aprovechando un día primaveral en pleno otoño.

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Las pocas personas que se veían en el camposanto no se correspondían con los ramos, bastante numerosos, que adornaban las lápidas, signo evidente de que este año se han espaciado las visitas y que son muchas las familias que han adelantado la tradición de llevar flores a sus seres queridos. «Nos han metido tanto miedo que no ha venido casi nadie», comentaba la familia Berenguer que antes de las 9 de la mañana ya estaba en el cementerio de Nuestro Padre Jesús, por si las restricciones de aforo les impedía cumplir con la tradición. «Yo me esperaba que viniera menos gente que otros años, pero tan poca, tan poca, no; así de vacío hasta da pena» comentó Toñi mientras mostraba orgullosa cómo había quedado la lápida familiar cuajada de rosas.

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Galería. El Día de Todos los Santos transcurre con normalidad en el cementerio de Espinardo. Alfonso Durán / AGM

La facilidad para aparcar en la zona sur, junto a la puerta principal, ya era un indicativo de la escasísima afluencia. También la ausencia de gorrillas, que no se dejaron ver por temor al amplio dispositivo de la Policía Local. La empresa de seguridad contratada por el Ayuntamiento para controlar el aforo lo tuvo fácil, ya que la gente llegó a cuentagotas. Manuel Rubio, jefe de seguridad de la empresa Viriato, explicó que «habíamos limitado el aforo a 10.000 personas. Este cementerio cuenta con 39.000 metros cuadrados y tiene capacidad para 25.000 personas a la vez, pero el 'pico' más alto, entre las 12 y las 13 horas, ha sido de 2.000».

Señales y vallas marcaban el circuito que debían seguir los visitantes. A la entrada, se les recordaba que tenían a su disposición gel hidroalcohólico. La subida, por la izquierda y la bajada, por la derecha. Las fuentes, por seguridad y para evitar contagios, estaban cerradas. Hay quienes llevaron garrafas desde casa. «¿Por qué te crees que traigo el carro de la compra?», indicó Carmen mostrando la suyas antes de iniciar el recorrido con sus hermanas. «Vamos a visitar cinco lápidas», aclaró.

«Yo me esperaba que viniera menos genteque otros años, pero tan poca, tan poca, no; asíde vacío hasta da pena»

Una decena de entierros

La entrada de vehículos estuvo prohibida, salvo para los coches fúnebres y los de los familiares de la decena de entierros que hubo este domingo. También se les permitió a algunos visitantes con problemas graves de movilidad.

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Las preguntas más frecuentes a los agentes de Policía Local y a los de seguridad privada fueron dónde estaba la salida y cómo podían conseguir agua.

Desde la Concejalía de Salud manifestaron su satisfacción con la respuesta de la gente. «Hemos conseguido el objetivo de que el cementerio no se convierta hoy en un foco de contagio entre las personas mayores, que son las que más acuden en este día», aseguró el jefe de los servicios municipales de Salud, Eduardo González. «Agradecemos a la gente su sensibilidad y que hayan respetado las recomendaciones de la Administración porque el cementerio está abierto y pueden traer flores a sus familiares cualquier otro día con total seguridad», añadió.

El sentir de los floristas era distinto. «Esto es insólito; no hemos vendido nada. Han confundido tanto a la gente, que no saben si el cementerio está abierto», indicó José Martínez, del quiosco Juan Simón Flores.

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Galería. Escasa afluencia en los cementerios de Beniaján y Torreaguera en el día de Todos los Santos. Nacho García / AGM

«Bájese del patín, por favor, esto no es la Gran Vía»

Los guardias de la empresa de seguridad privada, once en total, no tuvieron que emplearse a fondo porque «la gente está concienciada al 99,99%», indicó Manuel Rubio, de la empresa Viriato. Casi como anécdota, se le tuvo que llamar la atención a un joven que paseaba en patín a sus anchas por una de las calles del cementerio vacías: «Bájase, por favor, que esto no es la Gran Vía», le indicó una de las guardias de seguridad. Otra pareja llegó pedaleando y se les dijo que podían entrar con las bicicletas porque no había aparcamiento, pero que debían ir a pie.

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