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Ya consiguieron los vecinos de Los Rectores frenar esta iniciativa hace algo más de tres años. Pero Cáritas Diocesana no parece dispuesto a volver a posponer una propuesta con la que pretende mejorar su ayuda a las familias de algunos de los barrios más ... favorecidos del municipio. Se trata del definitivo traslado al corazón de esta urbanización de la pedanía murciana de El Puntal de la escuela infantil del Centro de Acogida y Acompañamiento Temporal (Cayam), dependiente de la ONG católica y respaldado por movimientos cristianos de base.
Para mostrar su rechazo a dicho traslado, vecinos de esta zona, acompañados por el pedáneo, el popular Francisco López Ayllón, volvieron a concentrarse este martes en la plaza de la iglesia, justo en frente del edificio donde se planea ubicar la guardería. El inmueble, que acogía una antigua escuela infantil privada, ha sido cedido a Cáritas por su titular, la Diócesis de Cartagena, para sustituir al espacio que acoge actualmente dicho centro. Este se ubica, a día de hoy, en una casa de huerta en El Palmar «con casi cuatro décadas de antigüedad y problemas de humedades», según señalaban desde Cáritas en 2020, cuando se plantéo por primera vez la mudanza.
Añadían desde la organización humanitaria que la nueva ubicación no se encuentra en uso, pese a estar totalmente equipada para atender a los fines del proyecto. Hay que recordar que la Escuela Infantil del Cayam, Virgen de la Fuensanta, es un centro de conciliación familiar, dirigido a menores de 0 a 3 años, que dispone de tres aulas para servicios educativos, un aula de psicomotricidad, un aula-siesta, una cocina, un comedor, dos almacenes, un patio de juegos, baños adaptados para los niños y niñas, y servicio de transporte escolar en horario de 8 a 16.30 horas. Este proyecto está subvencionado por la Consejería de Política Social con el fin de atender a la población más vulnerable y, en concreto, a la infancia.
Cáritas acaba de abrir el periodo de matrícula para el curso 2024/2025, que comenzará ya este septiembre en las nuevas instalaciones de Los Rectores y se prolongará hasta julio del año próximo. La escolaridad, el comedor y el transporte de la Escuela son gratuitos para las familias que se apunten. Las plazas están dirigidas a menores que proceden de las zonas más desfavorecidas de las pedanías de El Palmar, Puebla de Soto y Nonduermas, y de los barrios del Carmen, La Purísima-Barriomar y San Pío X, que serán recogidos por el autobús escolar en una ruta ya estipulada.
La ONG de la Iglesia recuerda que una de sus misiones principales «es romper la transmisión intergeneracional de la pobreza» y que por eso da una importancia «esencial» al trabajo desde la más temprana infancia. «La estimulación temprana actúa como compensador de las desigualdades de origen entre familias y aporta estímulos adecuados para las niñas y niños más desfavorecidos».
En este caso, insisten, la escuela infantil «se adapta a las características y necesidades de cada uno de los menores» que atienden a sus aulas. Entre la población socialmente menos favorecida, «la escolarización temprana ayuda a prevenir y combatir los efectos privativos que la pobreza infantil genera en el desarrollo de los menores en etapas escolares posteriores, mejora el rendimiento escolar, disminuye la repetición y el riesgo de abandono escolar temprano».
Pero, entonces ¿por qué ese polémico rechazo vecinal ante una iniciativa social dirigida a niños de tan corta edad? Los residentes de la zona, que no cuentan con una asociación formalmente constituida, sino que se organizan a través de grupos de 'Whatsapp', han optado por cargar las tintas en esta ocasión en la ausencia de equipamientos en un barrio de 3.000 habitantes, subrayando que, «para un local que queda libre en él, se va a destinar a gente de fuera, pese a las necesidades lúdicas, de ocio o para la tercera edad que tiene esta comunidad», según señalan vecinos que prefieren no identificarse con su nombre y apellidos.
Sin embargo, su principal preocupación pasa por la posibilidad de que, por un lado, al alumnado que acoge actualmente la Escuela Infantil Virgen de la Fuensanta se sumen alumnos procedentes de la vecina y conflictiva barriada del Espíritu Santo, en Espinardo, con cuyos residentes han tenido históricamente numerosos problemas de seguridad, y que frecuenten aún más esta área de la mano de la llegada de sus hijos, hermanos o sobrinos.
Asimismo, temen que la escuela infantil sea sólo el primer paso para el traslado de otros recursos del Cayam destinados a población adolescente y adulta, para lo cual creen que «Los Rectores no es el lugar adecuado». Pese a la creencia vecinal, y ante el teléfono roto que funciona en las aplicaciones de mensajería, fuentes de Cáritas aseguran que no acudirán a la guardería niños de la vecina barriada del Espíritu Santo y recalcan que el proyecto se circunscribe a lo anunciado en su página web: el de la escuela infantil Virgen de la Fuensanta. Los vecinos siguen, sin embargo, desconfiando de la palabra de Cáritas. Y al tercer año, la polémica, resucitó.
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