Ángel Martínez Codina, con su tarta de cumpleaños. NACHO GARCÍA / AGM

Un vecino del barrio murciano del Carmen entra en el club de los centenarios

Ángel Martínez Codina nació en el Paseo de Corvera el 28 de septiembre de 1924. Hoy celebra un siglo de vida junto a su familia: «Ellos son lo mejor que me ha pasado»

Sábado, 28 de septiembre 2024, 07:31

Cuenta Ángel Martínez Codina que, cuando era un crío, «Murcia era un pueblo rodeado de huerta que empezaba en el Quitapellejos (Santiago el Mayor) y acababa en Santo Domingo». Un siglo después de su nacimiento, este vecino del castizo barrio del Carmen que vino al mundo en el Paseo de Corvera ha visto cómo la capital del Segura se ha desarrollado hasta convertirse en una gran ciudad. Hijo de una ama de casa y un sastre con taller en la calle Floridablanca, tuvo que dejar de estudiar cuando estalló la Guerra Civil para ayudar a su familia a salir adelante en aquellos tiempos tan difíciles. «Yo podía haber sido ingeniero porque tenía buena cabeza y se me daban muy bien los estudios», asegura con lágrimas en los ojos que confirman que tiene una espina clavada.

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Sin embargo, la vida le llevó por otros derroteros y acabó trabajando como revisor de trenes en Renfe, aunque antes cargaba maletas en la estación del Carmen. «He trabajado como un demonio; empecé picando billetes y, con los años, conseguí colocarme como interventor en ruta», explica este ferroviario con miles de kilómetros a sus espaldas que dice haber conocido a mucha gente por su oficio. «Vi a un montón de toreros y futbolistas en el tren», detalla sobre las horas que pasó de vagón en vagón durante 44 años, hasta su jubilación, en diciembre de 1987.

Aunque su avanzada edad le ha provocado algunos achaques y padece problemas de visión, Ángel es consciente de la suerte que tiene por haber llegado a los cien años con buena salud. Desde hoy, se suma al club de las 274 personas de la Región que, según datos del último padrón del Instituto Nacional de Estadística, correspondiente a 2022, han soplado tres velas en su tarta de cumpleaños.

«Soy un viejo con mucha experiencia», destaca este exferroviario que trabajó durante 44 años como interventor en ruta

A su esposa, Obdulia Miras, le faltaron dos años para llegar al centenario. Reconoce que la echa mucho de menos desde su fallecimiento, en enero de 2023, con 98 años. «Era una mujer muy completa, con un gran corazón», resalta de la cartagenera con la que compartió más de siete décadas de matrimonio. «La conocí en la época en la que me destinaron a la estación de tren de Cartagena; me quedaba en casa de una tía mía que tenía un taller donde daba clases de corte y confección y Obdulia era una de sus alumnas. Un día la acompañé a su casa, en el barrio de Santa Lucía, y ahí nos hicimos novios», rememora sobre los inicios de la relación con la que ha sido la mujer de su vida. Con ella tuvo tres hijos, nueve nietos y quince bisnietos. Una extensa familia que, según resalta, «ellos son lo mejor que me ha pasado». Con esa apreciada estirpe celebrará hoy su cien cumpleaños. «Soy un viejo con mucha experiencia».

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