Apenas una veintena de jóvenes -y algún que otro veterano un poco fuera de lugar- aguardaban el pasado viernes, poco antes de las 1.30 de la madrugada y en la plaza Circular, el estreno del autobús nocturno especial a pedanías. «La verdad es que ... hemos movido poca gente esta noche», reconocía uno de los conductores encargados de este servicio, que operará los fines de semana de esta Navidad y la próxima Noche de Reyes. El motivo de la escasa repercusión de la propuesta, a pesar de su gratuidad y de las buenas intenciones de la medida, bascula entre el desconocimiento de la medida y los horarios escogidos, quizás excesivamente tempraneros para un servicio de estas características.
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«Siempre venimos en coche, pero al enterarnos de que teníamos hoy esta opción, hemos apostado por ir y volver en transporte público para poder beber algo de alcohol con seguridad y evitar buscar un taxi, que a veces tampoco es fácil», comentaba Antonio, que ya pasa la cuarentena y que se desplazaba al centro desde Puente Tocinos acompañado de Leticia. Sin embargo, la experiencia no les ha acabado de convencer. «Queremos volver a salir este sábado, pero quizás no repitamos opción; con este horario no nos hemos atrevido a tomar ni una copa, porque si empiezas, ya no llegas a tiempo de coger el autobús», añadía, pidiendo una expedición más tardía.
Ambos eran una 'rara avis' entre el resto de usuarios presentes, que, apenas saliendo de la adolescencia, no utilizaban esta propuesta para dejar el coche en casa, sino porque no cuentan con otro medio de transporte a su alcance. «No es la primera vez que volvemos andando a casa, en El Palmar, tras un camino de hora y media», confesaba Leire, que formaba parte de la expedición de viajeros más numerosa, la que se dirigía a la pedanía más poblada del municipio. «Si esto funcionara todo el año y con mayor margen, nos harían un favor», añadía Cristina, que, junto a sus amigos, se había enterado de la puesta en marcha de estos servicios especiales a través de sus padres y las redes sociales.
«La verdad es que en su etapa anterior, el servicio de búho bus contaba con bastantes pasajeros, que apenas daban problemas», comentaba el citado conductor, acompañado de un guardia de seguridad, y que se había enterado apenas un día antes de que tendría que cubrir este servicio. «Seguro que si nuestro paisano Alcaraz nos echa un cable y pide que pongan el búho definitivamente, sí que lo recuperan», zanjaba Leire.
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