San Antolín pide eliminar el aparcamiento irregular sobre el talud de la Ronda Oeste de Murcia
La Junta Municipal quiere que el Ministerio permita colocar barreras, ya que este estacionamiento «favorece la inseguridad y la insalubridad»
«La situación no puede seguir así y los vecinos nos piden actuar», defiende el presidente de la Junta Municipal del Distrito-Oeste, David San ... Nicolás. Dan las 9.30 de la mañana y ya no queda ni un solo hueco libre en la calle Huerto Pomares. Esta vía que conecta de manera perimetral los barrios de San Antolín y San Andrés se ha convertido en un lugar de aparcamiento recurrente para un buen número de ciudadanos que acuden cada mañana a la capital murciana a trabajar, a pasar consulta médica o realizar otro tipo de gestiones. No solo ofrece esta estrecha vía una cifra notable de plazas de estacionamiento de zona blanca sobre la calzada, sino que, además, cuenta en una de sus orillas con una zona tierra y arbolado, junto al talud de la incorporación a la Ronda Oeste –al paso de la A-30–, que muchos conductores utilizan cada día para dejar su vehículo. Alrededor de medio centenar de coches pueblan cada día esta franja de terreno de unos 200 metros de longitud.
Sin embargo, los residentes del entorno –que también han hecho uso de este espacio– han dejado de verle cualquier tipo de ventaja a una situación que se ha prolongado a lo largo de los años y ya se han puesto manos a la obra para evitar que se siga estacionando en un área que discurre paralela a la autovía. Por ello, la Junta Municipal del distrito aprobó hace unos meses en Pleno una moción en la que se instaba al Ayuntamiento a solicitar permiso al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible para colocar barreras en el entorno, evitando que los coches puedan salvar el bordillo y aparcar libremente en este espacio.
Esta solicitud administrativa es necesaria ya que sobre parte de esa franja de terreno «recae una servidumbre» de la Demarcación de Carreteras, al encontrarse afecta a una vía de carácter estatal como es la A-30, explica San Nicolás. La propuesta pasa por instalar unos bolardos que cierren el paso a la zona, explica el pedáneo. Alude para justificar esta petición a los problemas de seguridad y salubridad que se registran desde hace tiempo en el entorno.
Esta franja de terreno tiene capacidad para albergar unos 50 vehículos; «es un desahogo para muchos», señala una limpiadora
«Se trata de una zona donde crece la maleza y se acumulan otros restos vegetales difíciles de retirar, por lo que cualquier chispa procedente de los vehículos puede generar un incendio», explica Antonio Ortiz, presidente de la Asociación de Vecinos de San Antolín. Añade, asimismo, que este entorno también acoge habitualmente otros tipo de restos procedentes de la actividad humana. «Esta franja de terreno está siendo utilizado por indigentes para pernoctar y hacer sus necesidades, por lo que no es extraño encontrarse con colchones, mantas u otras acumulaciones de basura que pueden acabar como un nido de ratas», incide Ortiz, subrayando que es «complicado acometer las necesarias actuaciones de limpieza en un terreno lleno de coches».
«Cada vez que hemos solicitado una intervención de este tipo nos encontramos que, por mucho que señalices, no siempre se retiran todos los vehículos, encontrándonos, incluso, con alguno abandonado», puntualiza San Nicolás. A todo ello suman ambos la sensación de inseguridad que genera en los vecinos una zona como esta, en la que es fácil ocultarse, «por lo que nunca sabes con qué te puedes tropezar». Tampoco es extraño encontrarse con «coches con las ventanillas rotas o con bolsos y carteras tirados por el suelo».
Carril bici frustrado
«Llevamos proponiendo desde hace años la posibilidad de que se construya en este punto un carril bici, del que carecemos en el barrio, y que nos permitiría conectar por el oeste el norte y el sur de la ciudad, pero, entre los permisos necesarios y la necesidad de lograr fondos, fundamentalmente europeos, no parece una opción a corto plazo», reconoce Ortiz, añadiendo que tampoco es factible habilitar una zona de estacionamiento adecuada. «La separación existente entre los árboles no permite aparcar en línea y, en batería se acaba invadiendo la zona en pendiente afectada por la servidumbre», añade.
Por ello, la única opción que parece quedar es la de cerrar el paso, aunque se complique aún más el problema del aparcamiento en la ciudad. «No suprimimos ninguna plaza, porque esos aparcamientos no son legales y no deberían existir como tal», defiende San Nicolás. Pero lo cierto es que ciudadanos como Pilar ven esta pequeña porción de terreno «como un desahogo para el que tiene que venir a Murcia a trabajar». «Yo vengo todas las semanas a limpiar en una casa de la zona; sí retiran esto, ya no sé que voy a hacer», zanja esta mujer.
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