Una iniciativa ciudadana pretende salvar del derribo el quiosco ubicado en pleno centro de Torreagüera, con más de medio siglo de historia, y, de paso, abre un debate acerca de dónde deben fijarse los límites a la hora de proteger aquellos bienes ligados a los recuerdos y a la memoria de las comunidades locales. La insulsa estructura metálica lleva cerrada un lustro, pero en la pedanía muchos vecinos no olvidan sus idas y venidas al 'quiosco de la Sión' para comprar helados, golosinas y coleccionables. Lo hicieron siendo niños y después acompañando a sus hijos.
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Varias generaciones lo han conocido. Durante mucho tiempo, fue el único punto para adquirir revistas y la prensa, según recuerda el cronista oficial de Torreagüera, Raúl Jiménez, promotor de la campaña emprendida para evitar que el establecimiento termine desapareciendo de la calle Mayor. En septiembre del año pasado, Jiménez presentó un escrito en el Ayuntamiento pidiendo su conservación como parte del patrimonio municipal. «Si no se mantiene como comercio, al menos podría servir para otros usos, por ejemplo, como un punto de información turística», sugiere el cronista y vicepresidente de la asociación Bicihuerta. De momento, no ha habido respuesta del Consistorio, que tampoco ha contestado a las preguntas de esta Redacción.
El quiosco, en sus inicios construido en madera, levantó la persiana en los años 50 del siglo XX. Primero estuvo junto a la iglesia y una década después se trasladó a la acera de enfrente, en la arteria principal de la población. Allí ha sido testigo de los cambios que ha experimentado la localidad en todo este tiempo. Una consulta realizada por el cronista a través de una red social revela que una amplia mayoría de vecinos no quieren que el puesto se desmantele. «La plaza no sería la misma sin el quiosco», argumenta David. «Lo recuerdo de toda la vida, y ahí donde está no molesta a nadie», comenta María José. «Quitan todos los recuerdos de los pueblos», se lamenta María Luisa.
El establecimiento ha tenido varios responsables al frente. De las hermanas Ascensión y Carmen, que lo heredaron de su padre, le viene la denominación popular de 'quiosco de la Sión', terminación del nombre de la primera de ellas. Según Jiménez, permaneció abierto hasta hace cinco años, y ahora ha caducado la concesión por lo que el Ayuntamiento ha solicitado al último adjudicatario que proceda a desmontar la estructura y a dejar la acera que ocupa en perfecto estado.
El cronista considera que el antiguo puesto de venta «tiene un valor sentimental que justifica su salvaguarda. Al menos se merece otra oportunidad». Y lamenta que elementos del paisaje urbano «con una historia para el pueblo de Torreagüera terminen por desaparecer sin más o peligre su conservación». Según Jiménez, ocurre también con el apeadero ferroviario, de 1949, junto a la actual vía verde, que sigue a la espera de su protección cultural, mientras avanza el deterioro.
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Para el experto Miguel San Nicolás, la conservación del quiosco de Torreagüera ofrece «un interesante debate. Más allá de su estética, la sociedad lo ha patrimonializado por su vínculo y ha pasado de objeto a sujeto», indica el delegado de Hispania Nostra en la Región y exjefe del servicio regional de Patrimonio Histórico. Desde su experiencia ve un camino para su mantenimiento a través de «una protección urbanística y una propuesta de uso».
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