Quienes no pueden irse a la playa ni tienen piscina privada, encuentran en las instalaciones acuáticas municipales una alternativa muy preciada para combatir las altas temperaturas en la ciudad. Una opción que siempre cuenta con adeptos de todas las edades y, prueba de ello, es el número de bañistas que han pasado por Murcia Parque desde que abrió sus puertas al público el pasado 11 de junio. Según el balance del Ayuntamiento, hasta ayer al mediodía la cifra asciende a 4.677 personas.
Publicidad
Detrás de este dato hay muchas historias, como la de Ana Jara, una vecina de El Ranero que se animó a ir hasta la piscina ubicada en el Malecón para pasar un día a remojo acompañada de sus dos hijos y tres amigos de estos que se unieron a este recurrente plan estival. «Es la primera vez que venimos y no hay tanta gente como me esperaba; se está muy bien, aunque echo de menos más hamacas y zonas de sombra», destacaba esta profesora que está viviendo sus primeras vacaciones escolares desde que era estudiante y no volverá a tener obligaciones laborales hasta septiembre.
«Hasta ahora, siempre las había tenido en el mes de agosto y la verdad es que este año estoy un poco desubicada porque casi todo el mundo que conozco está aún trabajando, así que hemos decidido venir a pasar el día a la piscina», explicaba poco antes de hincarle el diente a uno de los bocadillos que había preparado para comer. «Llevamos variedad: jamón con tomate, queso, paté de atún y lomo», detallaba sin quitarle ojo a los menores que iban a su cargo, que se cobijaban del calor bajo una sombrilla. «Lo que no puede faltar es la nevera llena de agua fresca y las típicas marranerías de aperitivo, que a los críos les encantan», apuntaba.
No era el caso de la rusa Tatjana Driamina, que a las dos de la tarde –y con el termómetro rozando los cuarenta grados–, prefería irse a comer a casa. «He venido con mi hija a primera hora de la mañana y estoy haciendo tiempo para que me recoja; vivimos muy cerca y se ha ido ya para ir preparando la mesa», detallaba esta mujer que se vino a vivir a Murcia hace cuatro años y medio y que aseguraba que en Moscú también hace calor en estas fechas, pero «lo de Murcia no se puede soportar».
Una opinión que compartía con Meedy Quicera, un joven procedente de Madrid y con origen africano. Resguardado en una pequeña sombra, comentaba con una amiga sus planes estivales. «Mi idea es irme a pasar las vacaciones a La Manga, pero hasta entonces tiraré de piscina; el calor en la ciudad es horrible».
El mundo cambia, LA VERDAD permanece: 3 meses x 0,99€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Te puede interesar
Pillado en la A-1 drogado, con un arma y con más de 39.000 euros
El Norte de Castilla
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.