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Reclamo comercial. Viandantes pasando por un escaparate del centro de Murcia que anunciaba rebajas de hasta el 40%. Nacho García/ AGM
Unas rebajas marcadas por la falta de gangas en Murcia

Unas rebajas marcadas por la falta de gangas en Murcia

La temporada veraniega de ofertas no satisface las expectativas de clientes que echan de menos artículos a bajo coste: «En realidad, no te ahorras tanto»

Lunes, 8 de julio 2024, 00:56

Muchos de los que esperaban la entrada del mes de julio para aprovechar la temporada de descuentos estivales se han llevado un chasco. «Las rebajas ya no son lo que eran» fue una de las frases más repetidas por quienes decidieron probar suerte la semana pasada en las tiendas ubicadas en arterias comerciales tan transitadas como la avenida de la Libertad y la Gran Vía de Murcia.

Pese a que todos los escaparates de establecimientos comerciales estaban repletos de carteles que anunciaban descuentos –que alcanzaban hasta un 70% en algunos artículos– el reclamo no atrajo a tantos clientes como en años anteriores, cuando la afluencia de público era mucho más evidente. Sí hubo un chorreo constante de clientes, pero no se percibían las ganas de consumir de campañas anteriores.

«No me gusta comprar por comprar, aunque cuando estoy 'depre' siempre me anima darme algún capricho», explicaba María Dolores Ramón mientras acomodaba en la cesta trasera de su bicicleta las zapatillas deportivas que acababa de adquirir para su marido en una gran superficie comercial muy conocida. «Lo único que llevo de rebajas es la bolsa porque el calzado que me ha gustado no tenía descuento», apuntaba sobre su adquisición. «No interesa esperar a las rebajas porque, en realidad, no te ahorras tanto. Acabo de ver las mismas sandalias que me compré hace unas semanas y el descuento era solo de cinco euros», señalaba esta abanillera afincada desde hace años en la pedanía de Puente Tocinos.

«Esperaré a finales de agosto por si hay alguna oportunidad», destacaba una clienta al salir de una tienda del centro

La misma sensación tenía la cartagenera Agustina Hernández, que decidió aprovechar el desplazamiento a la capital del Segura para asistir a la cita que tenía para hacerse unos retoques faciales en una clínica estética yendo de compras acompañada por su hija, Julia Rubio, una joven cargada de bolsas de ropa. «Hoy parece la Pretty Woman, ha arrasado con todo lo que le ha gustado», bromeaba la madre, quien aseguraba que «las rebajas ya no son lo que eran», refiriéndose a la ausencia de verdaderas oportunidades para dar un respiro a la economía. «Hemos entrado a bastantes tiendas y no he encontrado ninguna ganga».

«No me ha merecido la pena»

La misma sensación tenía Andrea Jiménez, una vecina de Murcia que se animó a salir a la calle en las horas centrales del día, pese a que los termómetros rozaban los cuarenta grados. «He comprado sábanas, dos bandejas y una percha para colgar bisutería, pero en realidad no me he ahorrado nada porque ninguno de estos productos estaban en oferta», contaba al salir de un famoso comercio dedicado a la decoración del hogar. «Estoy renovando la casa de la playa y me he esperado a las rebajas para hacer las compras que necesitaba, pero no me ha merecido la pena». Sin embargo, aseguraba que no ha perdido la esperanza de hacerse con algún chollo. «Esperaré a finales de agosto por si hay alguna oportunidad».

Buscando chollos. Una joven echa un vistazo a una selección de artículos rebajados. Nacho García/ AGM

Para Maite Marco y Ramón Illán la jornada de compras fue bastante más productiva. «Veníamos a por dos pantalones y al final nos llevamos cinco al 20% de descuento», resaltaba el matrimonio de la localidad alicantina de Cox. «En la Vega Baja nos sentimos más murcianos que alicantinos y por eso siempre venimos aquí de compras; nos encanta pasear por la ciudad, está todo muy amanoso», contaban al salir de una tienda de ropa de marca. «Somos de los que prefieren prendas de calidad que sirvan como fondo de armario y en las firmas sí se notan las rebajas», opinaba Maite, que se declaró una amante de las tiendas físicas después de «algún que otro fracaso» en el universo 'online'. A lo que añadió que su marido es «un maniático de los tejidos y tiene que tocarlos».

Muy cerca de ellos, María José Cano y María José Garrido, madre e hija, salían de comprar «poca cosa» convencidas de que al final de la campaña de descuentos podrán hacerse con algún abrigo por tan solo 20 euros. «Todos los años encuentro alguno en la recta final y eso sí son rebajas». En el caso de María Dolores López, salió con las manos vacías de todas las tiendas en las que echó un vistazo. «He entrado para refrescarme de camino a casa con los aires acondicionados», confesaba entre risas.

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