Meandro encauzado en la rambla de La Ventosa de Javalí Viejo, metros antes de la zona arrasada por la riada de esta semana. guillermo carrión / agm

Más del 60% de las ramblas de Murcia discurren junto a núcleos de población

34 de los 55 cauces naturales que pasan por el municipio suponen una gran amenaza cuando llueve de forma torrencial

Domingo, 2 de octubre 2022, 08:35

Tantas ramblas como pedanías. Por el municipio de Murcia discurren un total de 55 cauces naturales que se convierten en una gran amenaza cuando llueve ... de forma torrencial para los núcleos de población que se han ido desarrollando alrededor de estos enclaves hidráulicos. En concreto, son 34 las ramblas en territorio murciano cuyos cauces se encuentran muy próximos a viviendas (más del 60%), con las devastadoras consecuencias que puede tener en estos casos una repentina crecida del caudal, como se volvió a demostrar en la madrugada del pasado lunes en Javalí Viejo tras el desbordamiento de la rambla La Ventosa.

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Una riada que le costó la vida a un vecino de la pedanía y que ha arrasado con las construcciones de la calle San Nicolás, que se convirtió en un río con un caudal que superó el metro y medio de agua después de la tromba que descargó más de cuarenta litros en tan solo diez minutos. Ha sido la última rambla en saltar a la palestra, pero hay muchas más en el municipio que dan que hablar cuando se produce un episodio de fuertes precipitaciones.

A la espera del gran colector

En Murcia hay claros ejemplos de las imprudencias urbanísticas que se han cometido a lo largo de los años junto a cauces naturales. «La rambla de Espinardo es más famosa de la cuenta», destaca José Antonio García, presidente de la asociación de vecinos de este barrio de la ciudad. Lamentan que el proyecto del gran colector de aguas pluviales de la zona norte del municipio -que depende del Ministerio de Transición Ecológica y que acumula años de retraso- siga «paralizado». Por eso han vuelto a exigir soluciones a las administraciones mediante un escrito enviado hace unos días, tras la riada de Javalí Viejo.

«No paramos de reclamarlo al Ayuntamiento y a la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) porque seguimos sin proyecto ni presupuesto», recalca García. Ante esta situación, los vecinos de Espinardo anuncian que llevarán a cabo una concentración de protesta en las próximas semanas que «no será la primera» y temen que tampoco la última. «Estamos desesperados, la rambla es nuestra principal preocupación y con el colector se desviarían las aguas al río», dice el representante vecinal.

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Desde el Consistorio también instan al Ministerio a que ejecute el proyecto cuanto antes. «Aunque el colector no pueda evitar las consecuencias de una DANA, tendría utilidad como gran tanque de tormentas», destaca Mario Gómez, concejal de Infraestructuras del Ayuntameinto de Murcia. Por su parte, fuentes de la CHS solo pudieron precisar a este periódico que «el proyecto del gran colector para la zona norte se encuentra en fase de estudio» en el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas del Ministerio.

Tabala y la DANA

Los vecinos de Churra y Cabezo de Torres también saben lo que es estar alerta constante cuando hay previsión de fuertes lluvias. Dos pedanías del norte del municipio cuyas ramblas se han desbordado históricamente en episodios de intensas precipitaciones a los que también daría servicio el citado colector.

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Otra de las ramblas que ha demostrado en los últimos años que la naturaleza siempre se impone a la mano del hombre es la de Tabala, en Alquerías. Su desbordamiento durante la DANA de 2019 hizo que la localidad se convirtiera en la zona más afectada del municipio junto al Rincón de los Cobos, en El Raal, donde se rompió la mota del río. «Cuando la rambla dice aquí estoy yo, no hay nada que hacer», destaca el pedáneo de Alquerías, Fernando González. Allí los vecinos «tiemblan cada vez que llueve fuerte» y están a la espera de la construcción de la presa de laminación que exige la plataforma Rambla de Tabala. En Javalí Viejo tampoco olvidarán el efecto devastador que puede tener un cauce natural aparentemente inofensivo. «Las ramblas llevan las escrituras debajo del brazo y las sacarán cuando quieran» es el dicho huertano que más suena estos días en la zona mientras intentan volver a la normalidad.

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