![Quejas por el vandalismo en la piscina de la pedanía murciana de La Ñora](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/08/15/1470023087-kgsG-U2001011401583bgD-1200x840@La%20Verdad.jpg)
![Quejas por el vandalismo en la piscina de la pedanía murciana de La Ñora](https://s2.ppllstatics.com/laverdad/www/multimedia/2023/08/15/1470023087-kgsG-U2001011401583bgD-1200x840@La%20Verdad.jpg)
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Los vecinos de La Ñora llevan varias semanas aguantando los ruidos que provienen de la piscina municipal, ubicada junto a la castiza rueda de esta pedanía murciana. No son las molestias habituales en este tipo de instalaciones durante el verano: ruidos en la siesta, carreras ... junto a las cubetas o golpes de balones, sino que todos los inconvenientes suceden de noche, cuando la piscina está cerrada.
«Se cuelan casi todas las noches. Saltan la valla y se ponen a beber, fumar… y ahora también están haciendo 'balconing' desde el tejado de los vestuarios, que está a unos tres metros de altura», relata un vecino a LA VERDAD, harto de tener que llamar a menudo a la Policía para que los jóvenes desalojen la instalación. Según ha podido saber este periódico, también se han producido robos de bebida y comida y desperfectos en el mobiliario de la cantina que tiene la instalación.
No es el primer verano que estos vecinos sufren la irrupción de estos vándalos, sino que las incursiones nocturnas son la tónica más que habitual de cada temporada estival. De hecho, uno de estos vecinos registró ya en junio del año una queja en el Ayuntamiento de Murcia en la que alertaba del peligro de que los jóvenes, entre los que se incluyen menores de edad, sufran alguna caída al lanzarse desde el edificio o se introduzcan en el agua habiendo consumido alguna sustancia estupefaciente que pueda provocar el ahogamiento de alguno de ellos. «El mayor problema es que un día puede ocurrir una desgracia, que algún chaval se dé un golpe malo al saltar desde el edificio», señala.
Para evitar este problema, reclaman la presencia de un vigilante nocturno que impida que se acceda al recinto, ya que las llamadas a las patrullas de la Policía solo palían un problema que es ya crónico. De hecho, cuando los agentes se acercan hasta la piscina para echar a los vándalos, estos salen corriendo y saltan las vallas del recinto para entrar a los patios de las casas de los vecinos de la zona en su huida, provocando un nuevo inconveniente. Además, también recalcan que el ruido les impide conciliar el sueño en una época que no es de vacaciones para todo el mundo.
Desde el Consistorio de Murcia señalan a este periódico que se atenderán las peticiones de los vecinos y se tratará de tomar medidas de atención policial para evitar las molestias provocadas por estas acciones.
Una de las pedanías que ha atajado este mismo problema es la de Espinardo, que ha conseguido evitar el acceso no autorizado por las noches con un dispositivo especial de vigilancia en horario nocturno, según explica su pedánea, Encarna Guillén. «Este año no hemos recibido demasiadas quejas, está mucho más tranquilo que otros», recalca. Para ello, es imprescindible la colaboración de los vecinos, que rápidamente avisan a las autoridades para que desalojen a los bañistas nocturnos.
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