

Secciones
Servicios
Destacamos
Pepa Martínez lleva 33 años endulzando la vida de cientos de clientes que, con el paso de los años, se han convertido en familia. «No tengo hijos, pero soy la segunda mami de muchos niños», destaca en la tienda de golosinas que regenta en el espacio comercial de Centrofama, donde tiene expuestas fotos de muchos de estos allegados. «Los he visto crecer y ahora vienen con sus hijos», cuenta orgullosa de su estirpe postiza.
Las Chuches de Pepa es un negocio de toda la vida que busca relevo por la inminente jubilación de su dueña, prevista para el mes de diciembre. «Llevo 47 años cotizados y nunca he cogido una baja. Trabajar es salud y a mí me encanta; mírame qué contenta y feliz estoy», resalta rodeada de más de 120 variedades de golosinas y 80 tipos de caramelos, entre los que llaman la atención los de sabor a carajillo, que cuentan con una versión descafeinada. «También tengo bolas de anís y peladillas, que ya no se encuentran fácilmente. Y los típicos refraneros de Semana Santa, que se venden todo el año porque los turistas se los llevan como recuerdo», apunta esta risueña vecina de la pedanía de Corvera que nació en el barrio murciano de Santa Eulalia.
Pero no todo es dulce en su tienda de Murcia. Las palomitas de maíz recién hechas son otro de los productos estrella. Una delicia muy demandada por los amantes del séptimo arte que van a ver películas a Centrofama. «No soy capaz de hacer el cálculo, pero he hecho miles de kilos de palomitas. El cine ayuda mucho; es el único que queda en la ciudad y cuando hay pases, tenemos bastante movimiento».
Sobre el traspaso de la tienda –por el que pide 180.000 euros con el local de unos treinta metros cuadrados incluido–, explica que «me han salido muchos novios, pero la gente se asusta cuando le dices que se trabaja el fin de semana». En este sentido, asegura que «todo lo que tenemos mi marido y yo nos lo ha dado la tienda, que funciona de maravilla». Algo de lo que da fe Mari Paz, una clienta que va a echar mucho de menos a Pepa cuando se jubile. «No sé qué vamos a hacer sin ella; es una mujer fantástica y todo el mundo le tiene mucho cariño».
Entre esas personas que han demostrado aprecio a Pepa hay dos deportistas de élite que la han obsequiado con sus autógrafos, plasmados en dos pelotas de tenis que conserva entre la colección de fotografías y objetos de valor sentimental que dan cuenta de la amplia historia de su tienda.
«El hijo de unos íntimos amigos le pidió hace diez años a Rafa Nadal que me la dedicara después de un partido. La de Carlitos me la firmó un día que se pasó por aquí; es un encanto de crío», detalla esta mujer, que se declara «fan absoluta» de Julio Iglesias. «Tengo toda su discografía y me pongo su música nada más despertarme», confiesa.
Tampoco falta en su local la Virgen de la Fuensanta, que comparte protagonismo con un San Pancracio que, según Pepa, no puede faltar en ningún negocio, aunque en su caso no le pone perejil. «Cuando está la cosa floja, lo castigo mirando a la pared y enseguida se espabila», bromea esta tendera de toda la vida.
Publicidad
Iker Cortés | Madrid
Sara I. Belled y Leticia Aróstegui
Doménico Chiappe | Madrid
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.