Ya se ha encontrado una solución a los accesos al tramo de muralla y antemuralla medieval que está excavada y restaurada en el barrio de San Antolín de Murcia. El Ayuntamiento de Murcia acaba de adjudicar las obras que permitirán visitar estos restos medievales, parte en el exterior y parte en el subsuelo, bajo un edificio privado, entre la calle Sagasta y la plaza José María Bautista. Casi cuatro años de espera acabarán el próximo verano, después de seis meses de trabajos y una inversión de 162.000 euros.
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El interior de la muralla y antemuralla están totalmente restaurados y se podrá pasear por lo que se conoce como paso de ronda: 28 metros lineales de lienzo medieval, que se suman a los tramos visibles desde el exterior, de unos 12 metros en línea.
Las obras comenzarán «en breve», según explicó este martes el alcalde de Murcia, José Ballesta, quien relató que durante el tiempo que duren el Ayuntamiento estudiará el uso que se dará a los 270 metros cuadrados de espacio expositivo que están disponibles en el interior tras la restauración.
Es una zona diáfana, «y estamos trabajando para decidir su uso, pero tomando como ejemplo el Centro de Interpretación Madina Mursiya, del barrio de Santa Eulalia, en la zona este de la ciudad, que es de lo mas visitado», subrayó Ballesta. De hecho, ese paso de ronda entre muralla y antemuralla, actualmente solo es visitable en Santa Eulalia, y lo será pronto en San Antolín.
Tras la intervención arqueológica en la zona, concluida hace tiempo, con este proyecto urbanístico se pretende mejorar la accesibilidad en el paso exterior que conecta la calle y la plaza, «suavizando la pendiente y sustituyendo la actual losa por un conglomerado de granito antideslizante para minimizar y eliminar las caídas», comentó la vicealcaldesa y concejala de Fomento, Rebeca Pérez.
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De aquí partirá la nueva entrada al espacio subterráneo de la muralla, con una escalera dividida en tres tramos, que discurre paralela a la muralla y que, tras un voladizo, llega a la plataforma que dará acceso al interior.
La recuperación y puesta en valor de estos restos del distrito oeste de la ciudad comenzó en 2020, tras licitarse el contrato; pero tras la moción de censura de 2021 y el cambio de carteras en Cultura, el concejal de Ciudadanos, Pedro García Rex, se negó a seguir el proyecto original aprobado por el Partido Popular de acceso a la parte subterránea. En su día encargó un nueva solución al servicio de Patrimonio municipal alegando que no iba a permitir «una mutilación del patrimonio», ya que el anterior proyecto incluía seccionar un tramo de la antemuralla para construir el acceso público. De no haberse paralizado entonces, la ejecución del proyecto original habría concluido en mayo de 2021.
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Este martes el alcalde y la concejala responsable de Patrimonio, de nuevo del PP, presentaron el nuevo diseño que pretende salvar el obstáculo de la entrada sin restar protagonismo a los restos. «Es una solución integradora a los restos de dentro y fuera».
El proyecto fue aprobado en una Junta de Gobierno de mayo del año pasado.
En los restos amurallados restaurados son visibles las saeteras utilizadas para la defensa de la ciudad, así como «otras referencias arqueológicas muy interesantes», dijo Ballesta, pero sin dar más detalles, a la espera de la futura inauguración del recinto. La intención con la musealización y el espacio expositivo desarrollado «es que sea un lugar al que la gente regrese y un referente cultural para el oeste de la ciudad», apuntó la vicealcaldesa, Rebeca Pérez.
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El regidor murciano comentó que la actuación se enmarca en los actos previstos por el 1.200 aniversario de la constitución de la ciudad de Murcia, en los que una de las protagonistas será la recuperación del patrimonio histórico-artístico. «Cada mes presentaremos una iniciativa», apuntó.
Asimismo, señaló que se incorpora al proyecto estratégico Conexión Oeste, que prevé la recuperación de barrios históricos como el de Barriomar, San Antolín, San Antón, y San Andrés, llegando a las calles que los conectan con el centro, como Acisclo Díaz.
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Con la actuación en la que se conoce como muralla de la calle Sagasta, el Ayuntamiento «finaliza la puesta en valor de la escena medieval a fin de conseguir un espacio urbano amable que integre todos los restos arqueológicos de la muralla y de la antemuralla, protegidos con grado de protección BIC, categoría de monumento».
El proyecto de recuperación de estos restos, que forman parte de los 3 kilómetros de la estructura defensiva circular que rodeaba a la ciudad de Murcia en el siglo XII, ha incluido la eliminación de elementos «inadecuados» como barandilla y muretes de hormigón, así como las de restauración, reconstrucción y reintegración volumétrica pertinentes. Han trabajado en la iniciativa el arquitecto municipal, Josef Pötter, y la arqueóloga Carmen Martínez.
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