Antonio salió del municipio valenciano de Godella a primera hora de este martes dispuesto a disfrutar de unos días de desconexión en el municipio almeriense de Roquetas de Mar. Acompañado de su mujer, su cuñada y el marido de esta aguardó paciente a que viniera el autobús en el que tenían que recorrer el Levante en un viaje organizado del Imserso, con 44 pasajeros, que no salió como esperaba y que podría haber acabado trágicamente.
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«El autobús llegó con retraso y salimos sobre las nueve de la mañana», relata este valenciano, uno de los afectados por el accidente que causó el vehículo al volcar y que este martes colapsó la autovía A-7 a su paso por Murcia. «Desde el primer momento ya vimos algunas anomalías en el bus: algunos cinturones no funcionaban, el aire estaba puesto y no se podía apagar».
Tras una parada de alrededor de media hora para desayunar a la altura de la localidad alicantina de Crevillente, los 44 ocupantes del autobús continuaron la marcha rumbo a Almería y sucedió el siniestro. «He oído el reventón de la rueda y ya he notado que el bus cruzaba la mediana y volcábamos», relata Antonio. «Mi mujer y yo nos quedamos colgando del cinturón, porque lo llevábamos puesto», explica. «Delante había un hombre que no lo llevaba y salió disparado hacia el otro lado». Este testigo explica que algunos de los mayores tuvieron que arrastrarse para salir del autobús.
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