El día en que Murcia dijo sí a la Constitución
La Murcia que no vemos ·
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La Murcia que no vemos ·
Un 6 de diciembre, en una fría jornada de 1978, los murcianos apoyaron en masa la nueva Carta MagnaEl 6 de diciembre de 1978 cayó en miércoles. Un miércoles que amaneció frío, más idóneo para el carajillo que para votar nada. Sin embargo, a las nueve en punto ya había largas colas a las puertas de los colegios electorales. De los más madrugadores, ... según ancestral costumbre política, fue el presidente del llamado Consejo Regional, Antonio Pérez Crespo.
La jornada no registró ni un solo incidente, salvo los inevitables errores en los censos, que a muchos privaron de ejercer su derecho al voto en las más de 600 mesas electorales abiertas. La Policía Armada y la Guardia Civil desplegaron la denominada 'Operación Alerta', coordinada por el entones gobernador civil, el televisivo Federico Gallo.
Este dispositivo desplegó agentes de la Benemérita en el extrarradio de la ciudad y en los partidos rurales donde no llegaba la Policía. Entretanto, dos días antes del referéndum se movilizaron los soldados del regimiento de Artillería y los paracaidistas, quienes inspeccionaron lugares sensibles como depósitos de aguas, redes eléctricas o instalaciones telefónicas. No era un iniciativa baladí. Aquel año ETA asesinaría a 64 personas en España.
La prensa contaría que fue una jornada normal. El despliegue de LA VERDAD se tradujo al día siguiente en diversas páginas firmadas por periodistas de la talla de Pedro Soler, García Martínez, García Cruz o Arturo Andreu, quien, para contarlo luego, se mantuvo a pie de urna todo el día hasta el cierre de un colegio electoral a las 8 de la tarde.
El diario, pese a todo, estaba de luto. El mismo día falleció Teodoro Cano, jefe de publicidad, en un accidente de tráfico donde también murieron dos personas más.
Los primeros datos evidenciaron el éxito de la consulta a la ciudadanía, que muchos celebraron escuchando a John Travolta o Camilo Sesto, con su 'Vivir así es morir de amor'. Casi el 70% del censo electoral votó. Y en su inmensa mayoría la respuesta fue un sí a la flamante Constitución. El porcentaje de votos afirmativos rondó el 90% en Murcia, Cartagena y Lorca.
Mientras las urnas refrescaban la democracia española, aún coleaban ciertas costumbres que pronto pasarían a la historia. Algunas espléndidas, como aquella de degustar manos y mondongo de cordero con arroz en el Rincón de Pepe, que ese fue el menú de la jornada. O el cocido murciano con pava y pelotas, que ya olía a Navidad.
Pero otras eran aún casposas. Así, el mismo día en que se votó la Constitución, la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Policía expedientó a cuatro quioscos de prensa por vender revistas pornográficas.
Y de postre propuso otra sanción al Cine Coliseum por anunciar que proyectaría la película de Susana Estrada 'El maravilloso mundo del sexo'. Eso en el año en que, por fin, se estrenó en España 'El último tango en París', que ni fue el último ni fue para tanto.
Era un tiempo de cambios y de huelgas, que brotaban en cualquier sector cuando el ciudadano menos lo esperaba. Entre ellas los pequeños transportistas, a disgusto por las tarifas oficiales, o los MIR de La Arrixaca, quienes exigían que se cubrieran las plazas vacantes.
La Región seguía aún tan aislada que ni autopista la unía con Alicante. Para solucionarlo, la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia (CAAM) regaló al Ministerio de Obras Públicas el anteproyecto. El ofrecimiento provocó una polémica más monumental que la propia obra. ¿La razón? Aclarar por dónde pasaría la nueva carretera.
La entidad bancaria y el Consejo Regional no se ponían de acuerdo sobre el trazado. Esta Consejo fue el órgano de gobierno en la Región en el proceso preautonómico hasta la creación de la comunidad autónoma en 1983.
Estaba formado por miembros de UCD y PSOE, que eran la mayoría, Alianza Popular y el Partido Comunista de España. Por otro lado, desde Cartagena pedían que la autovía pasara por algún punto equidistante entre la capital y la ciudad portuaria, y no por el Norte de Murcia como estaba previsto.
Tras marear mucho la perdiz entre unos y otros, un artículo de LA VERDAD zarandeó las negociaciones. Casi literalmente, pues fue el maestro García Martínez quien lo incluyó en su sección 'La Zarabanda', precisamente, al día siguiente del referéndum.
El cronista venía a pedir a la CAAM que apoyara el proyecto en lugar de marear tanto los planos mientras la Caixa, por cierto, anunciaba que suscribiría la cuarta parte del capital de la sociedad que se encargara de construir y explotar la autovía. La Caixa, que se nutría de los ahorros catalanes.
El director general del banco, Oliver Narbona, acusó entonces a la prensa murciana de «haber desatado una campaña» contra la CAAM en connivencia por el Consejo Regional. «El señor Oliver, por lo visto, sigue anclado muy atrás», concluyó el periódico en apenas una línea. De autopista acabaría en autovía cuando la CAAM se echó para atrás. Total: Que hasta 1990 no se haría realidad el proyecto. Mire usted si iba bien encaminado mi maestro García Martínez.
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