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La Huerta de Murcia ha recuperado otra de sus joyas patrimoniales con la rehabilitación del Molino de la Pólvora, en el paraje de Los Canalaos, entre las pedanías de Rincón de Beniscornia y Guadalupe. El Ayuntamiento acondicionó los restos del antiguo molino del siglo ... XVIII y en su entorno se ha diseñado una zona de descanso con un mirador sobre el cauce de la Acequia Mayor Aljufía, que es una de las dos más importantes que vertebran la red de riego tradicional de la huerta.
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Para información de los visitantes se instalaron paneles expositivos sobre la historia y antiguas funciones del molino, diseñados con caña, y la pasarela que cruzaba la acequia ha sido restaurada, pasando a ser un puente peatonal que permite el paso de grupos de forma segura y que ofrece una óptima vista al cauce del río.
El proyecto de rehabilitación del Molino de la Pólvora, diseñado por Santa Cruz Arquitectos y por los arqueólogos de Arqueotec, y ejecutado bajo la dirección de la Oficina Municipal de Proyectos, incluye la puesta en valor de los vestigios del propio molino, así como la restauración de los paños de piedra del entorno de la acequia Mayor Aljufía y la recuperación de sus quijeros.
Los trabajos comenzaron en octubre de 2019 y han finalizado este mes de julio. El alcalde, José Ballesta, junto al concejal de Desarrollo Sostenible y Huerta, Antonio Navarro y el edil de Cultura y Recuperación del Patrimonio, Jesús Pacheco, visitó ayer la zona. «Se trata de un hito en la recuperación del patrimonio, que además supone una reivindicación de nuestras raíces, la huerta de Murcia, nuestro legado histórico, culutural y ecológico más valioso».
La arqueología ha estado integrada en todas las fases del proyecto. Desarrollados en 2017 y 2018, han permitido desvelar la evolución histórica de este paraje natural, donde solo se conservaban las ruinas de canales de obra, que dieron lugar al nombre, bautizándose como el paraje de 'Los Canalaos'.
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Por sus condiciones ambientales y abundante canal, en la acequia Mayor Aljufía se construyó un molino harinero en el siglo XI, al que se incorporó poco después un batán trapero. Así se mantuvo hasta el siglo XVIII, cuando el administrador de las fábricas del Rey puso en marcha el Molino de la Pólvora en este emplazamiento. La primera noticia del molino harinero fue publicada en el año 1413, siendo este propiedad del matrimonio formado por Fernán Pérez Calvillo y Juana Carrillo, familia en la que permaneció hasta el siglo XVIII y de la que algunos descendientes viven aún en el entorno de este paraje.
Inicialmente se construyó como un molino harinero, pero pronto se transformó también en batán -máquina destinada a transformar tejidos-. En 1719, el por entonces administrador general de las reales Fábricas de Pólvora, Francisco Zoco, comenzó a construir una nueva fábrica junto al molino de Juan Carrillo. A finales del siglo XVIII la fábrica alcanzó su máximo desarrollo. Más tarde, en el año 1802, la Ordenanza del Real Cuerpo de Artillería decretó el cierre de la Fábrica baja (Los Canalaos).
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En 1805, el Molino de la Pólvora dejó de producir definitivamente, concentrándose la producción en la Fábrica Militar de Pólvoras de Murcia en Javalí Viejo. Aunque la fábrica se intentó vender, el inmueble quedó en manos del Cuerpo de Artillería hasta que fue permutada cinco décadas más tarde. Este proyecto de rehabilitación forma parte del Plan de Acción de la Huerta, en el que se incluyen los molinos del Amor y del Batán.
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