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María Ramírez
Jueves, 1 de junio 2023, 17:50
Mientras las tormentas anegan vías en la Región de Murcia y los avisos por fenómenos meteorológicos adversos se encadenan sucesivamente, un grupo de fans de Pablo Alborán ha montado un camping improvisado a las puertas de la Plaza de Toros de Murcia para conseguir la primera fila en el concierto del sábado. Ataviados con paraguas, chubasqueros y un arsenal de provisiones, los primeros seguidores se plantaron en las inmediaciones del recinto el martes, dispuestos a soportar cualquier adversidad con tal de poder tocar las manos de su ídolo mientras actúa.
A pesar de las inclemencias del tiempo, la organización parece estar bien calculada: «Somos un grupo de 25 personas y nos vamos turnando dependiendo de la disponibilidad de la gente que trabaja o estudia», detalla Nuria Pina, tras repetir la hazaña en distintas giras del malagueño. Un planillo que organiza las guardias sin presagiar lo que pueda ocurrir durante la ronda. «La lluvia la llevamos muy mal, mis compañeros tuvieron que refugiarse en un portal y ahora están súper resfriados, por lo que tendrán que ser sustituidos», confiesa la veterana. Pero no hay chaparrón que desaloje la zona, porque «abandonar no es una opción».
El temporal tampoco achantó a Irene Pellicer, que inauguró la primera madrugada de acampada. Una experiencia que ya emprendió hace años en el tour que hizo escala en el Cuartel de Artillería, y que le sirvió como primera toma de contacto. Aun así, la joven confiesa que «se pasa un poco mal y se hace pesado», pero «todo sea por verlo a él». Unos nervios que prenden el motor de la resistencia para «intentar ser los primeros y verlo más cerca».
Con la meta cada vez más cerca, los bancos se han convertido en estanterías repletas de ropa y comida, así como la acera colindante a la Plaza de Toros, que se ha transformado en un escaparate de sillas de playa. Un escenario que acapara la atención de todos los viandantes. «Cuando empezó a granizar abrimos los paraguas, la gente nos miraba y nos decía 'os merecéis un regalo', pero nuestro regalo realmente es el sábado», relata María Reñasco, una fan a la que cada vez que mira la fachada del recinto se le «eriza la piel solo de pensarlo», ya que «de salud últimamente no estoy bien y esto me está dando vida».
Las tres jóvenes compartieron el turno matutino de este jueves ante un cielo que les regaló unas cuantas dosis de sol. «Si llueve otra vez intentaremos hacerlo como podamos. Tenemos chubasqueros y, si no, nos turnaremos para ir a los portales e intentar refugiarnos», exterioriza Irene ante el temor de las nuevas previsiones de la Aemet. Lo que está claro es que ni un huracán «podría arrebatar las ganas que tenemos de ver a Pablo Alborán» sobre las tablas. Un pulso que está a punto de dar la victoria a una legión de fans que cuentan los días para disfrutar de un concierto que llevan meses ansiando.
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Fernando López Hernández y Rubén García Bastida
Martin Ruiz Egaña y Javier Bienzobas (gráficos)
David S. Olabarri y Lidia Carvajal
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